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domingo, 3 de febrero de 2019

Tesoros de Kyoto

Con mucho retraso, os traigo una pequeña reseña de la exposición Tesoros de Kyoto que terminó el pasado 27 de enero y que tuvo lugar en el Museo Cernuschi en el marco del año Japonismes. Como vengo diciendo en mis últimas entradas, no tengo tiempo de casi nada de modo que fui a ver la muestra el último día.

Se trata de una exposición dedicada a la escuela Rinpa, que nace en 1615 cuando el shogun Tokugawa Ieyasu otorga al artista Kôetsu, calígrafo, ceramista y laqueador, el permiso para instalar una comunidad de artesanos en Takagamine, un pueblecito al norte de Kyoto. Durante los siguientes 300 años, los artesanos de la escuela Rinpa fueron conocidos por su actividad pictórica y también en la creación de objetos cotidianos, las llamadas artes aplicadas en madera, cerámica, papel y tela.

Los artistas de esta escuela no establecieron entre ellos el tradicional vínculo de maestro y discípulo sino una especie de relación espiritual y estética, sobre todo, a través de la apreciación de la belleza clásica. La contemplación de las obras de los predecesores y su reinterpretación pero siempre dentro del respeto a las técnicas y temas tradicionales permitieron la renovación de la estética Rinpa hasta l siglo XX.

La mayor parte de las obras aquí expuestas nunca han sido exhibidas al público ni han salido de Japón. Además de biombos, libros y pinturas en rulos de seda, la muestra contiene también estuches de caligrafía de cerámica, madera y piedra, bandejas, incensarios, braseros y abanicos. Muy interesantes son unos vídeos en los que se explica la elaboración de pinturas, pigmentos, pan de oro, tejidos y otros nobles materiales con los que los artesanos, todavía hoy, trabajan. Ésta es, sin duda, una exposición donde la belleza es el objetivo supremo.

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Mural que reproduce un dibujo de mariposas

Folleto de la exposición

Bandejas de cerámica con motivos florales

domingo, 6 de enero de 2019

Picasso rosa y azul

Hoy finaliza uno de los eventos más importantes de la temporada cultural parisina: la exposición Picasso azul y rosa en el Museo de Orsay. Inaugurada el pasado mes de octubre por el presidente de la República Emmanuel Macron acompañado de su esposa Brigitte, la muestra ha sido todo un éxito de público y ha contado con la visita de importantes mandatarios de todo el mundo durante las celebraciones del final de la Primera Guerra Mundial. La exhibición revive los 6 años críticos de la vida de Picasso entre 1900 cuando, con sólo 19 años, llega a París hasta 1906 en que comienza el periodo cubista con su obra Las señoritas de la calle Avinyó.

El Orsay ha tenido una excelente idea al dedicar una muestra a estas dos etapas tan populares del genial malagueño y que nunca habían tenido un tratamiento conjunto en ningún museo de Francia. Además del interés artístico, el museo ha realizado una excelente labor didáctica. Como ya vimos en la exposición Más allá de las estrellas, el Orsay está realizando una gran labor pedagógica en sus últimos proyectos y el espectador, además de disfrutar de las magníficas obras, también aprende y sale de la muestra con una idea clara de lo que ha visto. Lejos parecen quedar los escándalos y el morbo que acompañaban las exposiciones temporales hace unos años.

 El genial artista
 Jeanne

En octubre de 1900, el artista malagueño llegó a la capital francesa, concretamente a la Gare d'Orsay que ahora alberga este museo. Aunque venía ya influido por importantes pintores españoles de vanguardia como Santiago Rusiñol y Ramón Casas, aquí tuvo contacto con los mejores galeristas y pudo empaparse de escenas de la vida nocturna, los barrios bajos y la vida circense que tanto influyeron en la temática de esta época. Aquí en París comenzó también la influencia del arte tradicional de otros continentes como el africano y el oceánico que desencadenó el periodo cubista.

 La Espera (Margot)
 Evocación (El entierro de Casagemas), la versión macarra del Entierro del conde Orgaz.

Aunque la vida parisina marcó a Picasso en estos años, hay que recordar que en estos años también pasó temporadas en su Málaga natal, en Barcelona y en Madrid. Precisamente, cada vez que visitaba la capital española, acudía al Museo del Prado y se empapaba de la pintura de los grandes maestros como Velázquez, Goya Murillo o El Greco, tan influyentes todos ellos en esta etapa. De hecho, en la exposición se muestran postales, cuadernos de dibujo y libros de arte que le pertenecieron, dando muestra del enorme genio visual que fue. A pesar de su juventud, esta etapa azul es triste ya que muestra aspectos sórdidos de la sociedad y también por un desgraciado acontecimiento personal, el suicidio de su amigo Carlos Casagemas.

 Pierreuses au bar
 Los tejados de Barcelona

Su situación personal no era tampoco la más alegre. Las estrecheces económicas le llevaron a reutilizar algunos lienzos para varios cuadros diferentes y a quemar dibujos en la estufa para calentarse. Al más puro estilo tenebrista, Picasso pinta mendigos, prostitutas, tullidos, enfermos, borrachos... Sin duda, el estilo frío, melancólico y rectilíneo está inspirado en la pintura de Cézanne, el padre de todos nosotros, como le llamaba el propio Picasso. Es como si quisiera pintar el infierno, el Hades, el abismo, que en la mitología era un lugar frío, sombrío y lleno de ríos, es decir, azul y oscuro. También se aprecian algunas notas de erotismo y sexualidad pero no de manera sensual sino sórdida en la eterna unión de Eros y Thanatos que culminará en el cuadro La Vie, que representa las etapas de la vida y su final.

La Vida

Ya en 1904, Picasso se instala en el Bateau-Lavoir de Montmartre, concretamente en el taller que había ocupado Paco Durrio, y conoce a Fernande Olivier quien se convierte en su pareja. El amor, que como sabemos es lo que mueve el mundo, hace que la producción de Picasso se vuelva más optimista y luminosa aunque sin perder la languidez y melancolía del periodo azul. Además, al vivir en Montmartre, el malagueño empezó a tratar con otro tipo de artistas como los del circo y espectáculos varios y con poetas y escritores quienes quizá le dieron una visión más lírica de la vida. Así, empieza a utilizar el azul con sus colores contrapuestos como el rosa y el ocre. Nuevamente, Cézanne es su fuente de inspiración (el Mardi Gras) pero también Toulouse-Lautrec o Gauguin así como algunos pintores del Barroco europeo como Rembrandt o Rubens, más cálidos que sus coetáneos españoles. 

 Las Tres Holandesas
 Acróbata sobre la bola
 Los Dos Hermanos
 La Toilette

A pesar de la relajación en los sentimientos y la mayor dulzura en el color, los personajes siguen mostrándose introspectivos y enigmáticos. Asimismo, Picasso comienza a descubrir la escultura como medio artístico de modo que en esta parte del recorrido vemos algunos bustos así como dibujos, grabados y hasta cerámicas. Si durante el periodo azul, las figuras eran longilíneas y magras, en esta etapa rosa los volúmenes cambian y las figuras son más anchas pero también más rectas como si las diferentes partes de sus cuerpos empezaran a formar figuras geométricas en un claro anticipo del cubismo posterior. La presentación de las obras y el recorrido de la exposición permiten al visitante comprender perfectamente esta evolución y entender el proceso creativo de este gran genio del arte que fue Pablo Ruiz Picasso. 

 Desnudo sobre fondo rojo
 Cabeza de madera
 Dos mujeres desnudas y su boceto, como una fotografía y su negativo
 Cuaderno de dibujos
El álbum de la exposición

jueves, 27 de septiembre de 2018

Neandertal: nuestros primos reivindicados

No podía ser más oportuna la exposición del Musée de l'Homme sobre los neandertales que está siendo todo un éxito. Al tratarse de un museo que depende del Ministerio de Enseñanza Superior y no del de Cultura, da mucha importancia en sus exposiciones temporales como en la colección permanente a las actividades de aprendizaje, en especial, de los niños. El elemento pedagógico es primordial y hace que la exposición sea muy popular entre las familias.

Reproducción de los animales que el neandertal cazaba

El momento elegido para presentar esta muestra ha sido el mejor posible ya que está saliendo mucha información sobre estos humanos tan cercanos a nosotros pero diferentes. Aunque en el pensamiento popular se les considere como una especie inferior al Homo Sapiens y el término neandertal se utilice como insulto, esta muestra pone de relieve que eran individuos con pensamiento abstracto, manifestaciones artísticas y capacidad de hablar. Así vemos aquí, el uso de huesos, uñas de rapaces y plumas para decorarse como collares, penachos y brazaletes. También se han encontrado pruebas del uso de cosméticos como pintura corporal y de dibujos en las cuevas donde se refugiaban. A nivel estético, destaca la simetría en los objetos que no responde a ninguna exigencia práctica sino a una cuestión de embellecimiento. Muchos de los objetos son de marfil, sílex, cuarzo, jaspe o cristal de roca y algunos están delicadamente tallados.

Piedras y marfil tallados
Punta de lanza de ónix

Todavía se puede ir más allá ya que se tiene constancia de que los neandertales transformaban su comida, es decir, cocinaban. Esto supone una creación artificial y elaborada de algo tan primario y vital como el hecho de comer lo que significa una cierta planificación en la caza y recolección de alimentos previa a su preparación. Dicha organización no atañe solamente a conseguir y preparar lo que se va a comer sino que forma parte de una estructura social. Y así era porque ahora sabemos que vivían en tribus y que tenían sus ritos y creencias.

Cráneo neandertal. Se trata del primer resto encontrado en 1856 en el Valle de Neander (Alemania).

También resulta muy interesante la descripción física que se hace de ellos, muy alejada del aspecto simiesco con el que se les veía hace unas décadas. La mayoría eran rubios o pelirrojos, poco peludos, no muy altos pero con los pies y manos muy grandes en comparación a los del hombre actual. Lo más diferente al sapiens es la cabeza: cráneo, mandíbula e, incluso, el cuello eran más grandes y de forma distinta. Aunque la lejanía con nosotros no es tanta. La idea de que el Homo Sapiens y el Neandertal nunca se mezclaron es falsa ya que, gracias a los estudios de ADN, hoy sabemos que la mayor parte de los humanos, sobre todo los de origen europeo, tenemos ascendencia neandertal.

Reproducción de un esqueleto de un individuo

No menos interesante es una de las secciones finales en las que se habla del empleo de plantas y restos animales en lo que sería un uso farmacológico rudimentario y de los ritos que practicaban, muchos vinculados a la muerte. No sólo el Sapiens tiene sentimiento de trascendencia y pensamiento escatológico. Y respecto a la muerte se abren un montón de enigmas sobre las posibles creencias de estos parientes lejanos nuestros. Se ha demostrado que enterraban a los muertos y que celebraban ritos fúnebres pero ¿qué ocurre con el canibalismo, práctica que también realizaban? No se puede saber si se trataba de un hecho vinculado a la supervivencia en épocas de escasez o tenía algún sentido ritual. Tampoco se conoce el motivo ni con qué cadáveres se practicaba, tal vez, con los seres cercanos para imbuirse de su posible esencia o con los enemigos, como un acto de dominación absoluta. Todo son preguntas pero aún queda un largo camino por recorrer para conocer y reivindicar a estos "primos" ni tan brutos, ni tan primarios, ni tan feos como nos los imaginábamos. 

Maniquí que reproduce a tamaño natural una mujer neandertal pero vestida con ropa actual

martes, 25 de septiembre de 2018

Los Impresionistas en Londres

Ya era hora de que hablase de esta exposición que visité el día de su inauguración, que coincidió con el Día de la Música, y todavía no había publicado la reseña. Aproveché para darme otra vuelta por la expo cuando visité la de Jakuchu. Al igual que ésta úlima, la exposición de los artistas franceses en el exilio londinense termina el 14 de octubre.

¿Exilio? Sí, habéis leído bien. La guerra franco-prusiana supuso la caída estrepitosa del Segundo Imperio francés y el nacimiento de la breve Comuna. Entre la guerra y la convulsa postguerra, muchos artistas decidieron buscar refugio más allá del Canal de La Mancha, ése que se va a colapsar en cuanto el Reino Unido salga de Europa.

El Picnic de Tissot. Claramente inspirado en Le Déjeuner sur l'Herbe de Manet, muestra una merienda en su jardín.
Estas divertidas cabinas nos explican varios aspectos de la vida londinense
Recreación de un taller de pintura

Mientras Francia languidecía, el Imperio Británico estaba en lo más alto de su potencial económico de manera que, para los artistas, Londres no sólo suponía un lugar seguro y tranquilo donde vivir sino también un mercado del Arte en expansión. Los beneficios del comercio internacional y de la explotación de las colonias convirtió Gran Bretaña en un país con una burguesía rica y poderosa que deseaba modernizar sus colecciones de pintura. Al mismo tiempo, la pujante vitalidad de la ciudad del Támesis, que empezaba a convertirse en la gran ciudad que es hoy, sirvió de renovada inspiración a artistas ya consagrados (Carpeaux, Tissot, Daubigny...) y otros que empezaban a darse a conocer (Legros, Dalou...). También los impresionistas (Pissarro, Monet, Sisley...) se instalan en Londres con la intención de dar a conocer su estilo que evoluciona gracias a la especial luz gris y brumosa de la capital británica. 

Jardín de Kew, Paseo de los Rododendros de Camille Pissarro
Nocturno en azul y plata de James Whistler. El pintor americano estudió en París y se traslado a Londres donde tuvo en el Támesis una gran fuente de inspiración.  
El Parlamento de Londres, efecto del Sol entre la niebla de Claude Monet

Si la naturaleza y los paisajes vegetales son importantes para estos artistas, no menos lo son las vistas de la ciudad, los centros industriales y los puertos llenos de actividad. Otra perspectiva nueva que enriqueció la pintura de estos artistas. La exposición nos muestra una importante selección de obras de artistas franceses o residentes en Francia que vivieron durante un tiempo en Londres y se extiende hasta más allá de la postguerra, en concreto, hasta 1904 con la etapa fauve de Derain

Big Ben de André Derain: el arte evoluciona pero la inspiración permanece

sábado, 22 de septiembre de 2018

Jakuchu

Esta temporada que acaba de comenzar está dedicada a Japón. A lo largo de los próximo meses, tanto exposiciones como otras actividades tendrán como centro de atención el país del Sol naciente. 

Por el momento, uno de los eventos que ha causado más expectación es la exposición que el Petit Palais dedicada a Ito Jakuchu, importante pintor de la época Edo. La exposición fue inaugurada hace una semana por Su Alteza Imperial el príncipe Naruhito.

Dada la delicadeza de las piezas, una treintena de rollos de seda pintados, está prohibido hacer fotos. Pero os puedo asegurar que las obras son impresionantes: expuestas por primera vez en Europa y recientemente restauradas, la mayoría pertenecen a la colección de la Casa Imperial de Japón y han sido generosamente cedidas para esta muestra. 

El folleto

Las obras que aquí podemos ver pertenecen al ciclo Reino coleado de los seres vivos y fue un regalo del artista al monasterio Shokoku-ji de Kyoto en el que todavía se encuentran y la Tríada de Sakyamuni, conservada también en el mismo templo y que ofrece tres imágenes del Buda Sakyamuni, el último de los Budas para los seguidores de esta religión. Esto significa que las obras están expuestas tal y como se ven en el monasterio, un privilegio que yo he tenido la suerte de disfrutar.

Los magníficos rollos que componen la colección son un gran ejemplo de la técnica llamada urazaishiki que consiste en colorear el reverso de la tela para obtener más o menos intensidad en el color. El dominio de la misma junto con la originalidad de las formas y el agudo sentido de la observación son las características más importantes de su arte. La temática es la naturaleza en todas sus formas: animales acuáticos, pájaros, mariposas, árboles, flores, piedras, ríos, lagos... algo que me llamó especialmente la atención es que hay notas de colores vivos que destacan sobre los diferentes elementos en tonos neutros. Sin duda, Jakuchu tenía una gran capacidad para la retención de imágenes como demuestran las pinturas de animales en movimiento. Por desgracia, su taller se quemó cuando él tenía 40 años así que no sabemos exactamente cómo preparaba sus obras, quizá con bocetos, pero la maestría al representar objetos muy pequeños como los pétalos de las flores o las motas de las alas de mariposa. 

El artista

Sin duda, una oportunidad única para ver unas obras que ni los propios japoneses tienen oportunidad de ver. Sólo hasta el 14 de octubre.

domingo, 26 de agosto de 2018

Unión de los Artistas Modernos: lo práctico hecho arte

Como buen centro multidisciplinar del arte moderno, el Pompidou ha dedicado una interesante exposición a la Unión de Artistas Modernos, un grupo de creadores del siglo XX de todas las disciplinas y sectores de actividad, que proponían una forma práctica de entender el Arte y una forma estética de entender la vida cotidiana. El importante desarrollo de la tecnología, el diseño industrial y las artes aplicadas se debió en gran medida a algunos de los nombres que aparecen en la muestra: Le Corbusier, Eileen Gray, René Herbst, Pierre Chareau y muchos otros más nos hicieron ver que la producción industrial no está reñida con la belleza ni ésta con la utilidad. Más de 50 años de arte transversal, ingeniería artística y diseño práctico que se pueden resumir en una frase de André Hermant: "son útiles y bellas las formas que manifiestan el acuerdo entre las exigencias de la materia y las aspiraciones del espíritu". Esta exposición termina mañana.

El paso a nivel de Fernand Léger
Coche de carreras Rolland-Pilain, ganador del Gran Premio de España
Retrato de Mme. Heim de Robert Delaunay
Encuadernaciones de Rose Adler
Cerámicas de diferentes artistas
Proyecto de construcción para la empresa Saint Gobain

sábado, 28 de julio de 2018

Kupka: retrospectiva de un gran desconocido

Ya se acaba el lunes 30, la retrospectiva que el Grand Palais ha dedicado a Frantisek Kupka, uno de los padres del arte abstracto. Aunque la exposición comienza con su etapa clásica juvenil, vemos que el pintor checo pronto se adentra en otros estilos vanguardistas. Su llegada a París siendo muy joven marcó el desarrollo de su pintura y le amplió las miras más allá de las primeras vanguardias como el expresionismo o el simbolismo.

 Autorretrato
 La Vía del Silencio
 La Arcaica

Participó en el primer Salón de la Sección de Oro en 1912, presentando la obra Complexe, el primero de sus cuadros de formas irregulares, que supone una exploración de manchas indeterminadas e indeterminables, opuestas a lo absoluto. Este hecho evita poner orden a sus composiciones y le hace ganar espontaneidad. "Pinto, sí, pero sólo conceptos, síntesis, acuerdos...", "lo abstracto es eliminar" ... son algunas de las frases que resumen la evolución de su Arte. En esta exposición, vemos esta evolución de la simplificación, la metáfora y la armonía conceptual.

 La Gama Amarilla presentado en el Salón de Otoño de 1900
 Discos de Newton

Una de las claves para conseguir esa expresividad es el uso de los colores, por ello, Kupka tiene varias obras en diferentes gamas de colores, sobre todo, durante su período simbolista para crear efectos psicofisiológicos en el espectador. También hay varias obras suyas con el tema de los discos coloreados, que recuerdan las obras de Sonia y Robert Delaunay, nos presenta el experimento óptico de Newton en que un disco con los colores del arco-iris, al girarlo, forma el color blanco y sólo se llegan a ver todos los colores que componen la luz blanca antes de girarlo y al parar. En otras ocasiones, las diferentes gamas cromáticas van unidas a una forma particular. De hecho, fueron los vitrales de la iglesia de Saint Germain l'Auxerrois los que le influyeron para iniciar en 1919 una serie de cuadros en los que se aplica a determinar para diferentes colores la disposición formal que les corresponde mejor. De esta manera, los azules dan la impresión de entrar en sí mismos y exigen manifestarse en formas rectilíneas delgadas y alargadas. Por el contrario, los colores cálidos como el rojo, el naranja y el amarillo manifiestan una exuberancia que encaja mejor con las formas suaves y redondas. 

 Complexe
 La Forma del Azul

Después de la Segunda Guerra Mundial vuelve a su taller en Puteaux. El panorama artístico había cambiado mucho. Tras la muerte de Robert Delaunay y de Kandinsky, Kupka es uno de los últimos testigos de la época heroica del inicio del arte no figurativo. En el círculo de defensores de este arte se desarrolla la idea de la creación pictórica considerada como el nacimiento a una nueva realidad de forma que le salieron imitadores. En 1946, se crea el Salon de Réalités Nouvelles, donde expone hasta el final de su vida. Sus deseos comportan a la vez obras antiguas que muestran la anterioridad de su búsqueda con obras recientes en las que llega a retomar de manera nueva las temáticas formales personales al menos dar forma a visiones aún inéditas, siempre dando prueba de una creatividad pictórica intacta.

Conjunto estático

viernes, 13 de julio de 2018

Vitebsk: la vanguardia rusa

Preciosa exposición del Pompidou dedicada a la Escuela de Vitebsk, que termina ya este domingo. Se trata de un bonito homenaje a la escuela fundada por el pintor Marc Chagall en su ciudad natal, Vitebsk, y que sólo duró una promoción, de 1918-1922. A veces parece que la utopía es lo que no puede existir aunque, en realidad, lo impensable sí puede existir pero son los poderosos quienes se cargan estas realidades porque les molestan, como ocurrió con esta escuela: demasiada libertad creativa podía significar demasiadas ansias de libertad social pero el naciente régimen soviético no podía permitirlo.

Catálogos de la exposición 

Doble retrato con copa de vino de Marc Chagall


Vitebsk fue una escuela de arte popular gratuita y abierta a todos, una  especie de laboratorio artístico en que se juntaron diferentes disciplinas y una pluralidad de tendencias que iban desde el arte figurativo a la abstracción. Aunque, sin duda, muchos estudiantes adoptaron el suprematismo de Malevitch. Entre otros hitos de la Escuela hay que destacar que se consideraban una escuela de arte revolucionario en el sentido más político de palabra: se identificaban con los principios de la Revolución de Octubre de igualdad de todos los ciudadanos. Así, en esta escuela había una altísima presencia de mujeres y los alumnos tenían diferentes orígenes, religiones y deseos. De hecho, la escuela se encargaba de sostener económicamente a estos artistas noveles que no tenían formación debido a su origen modesto.

Autorretrato de Iuri Pen, maestro de Chagall y de otros artistas

Composición de Michail Veksler

Esta exposición, que nos presenta 250 obras y documentos que cuentan la historia de este período, pretende mostrar el desarrollo de sus técnicas de enseñanza, su trabajo creativo y redescubrir la trayectoria humana y artística de sus miembros. El iniciador de todo este asunto fue Marc Chagall (nacido Moshe Chagalov en Vitebsk, actual Bielorrusia), perteneciente a una humilde familia de judíos hasídicos. Durante su adolescencia fue alumno del artista Iuri Pen al que siempre consideró como un segundo padre. Con la instauración del régimen soviético, Chagall se convirtió en ciudadano ruso de pleno derecho debido a la reprobación de toda discriminación nacional o religiosa. Siempre estuvo muy unido a su ciudad natal y la representó en diferentes cuadros a lo largo de toda su vida. Allí también es donde pudo fundar esta escuela como gran proyecto estrella de su labor como comisionado municipal de Bellas Artes.

En cualquier lugar fuera de este mundo de Marc Chagall inspirado en elpoema de Baudelaire

Aunque Chagall fuera su fundador y primer director, en esta escuela hubo importantísimos maestros empezando por Iuri Pen, invitado por su antiguo discípulo a dirigir el taller de pintura y dibujo. Además destacaban El Lissitzky, pintor y arquitecto, encargado de los talleres de impresión, grafismo y arquitectura y Kazimir Malevitch, jefe de filas de la abstracción y creador del suprematismo, el más influyente de los estilos de la Escuela. Asimismo, fueron profesores David Iakerson, también antiguo alumno de Iuri Pen, pintor, grafista y escultor, y Vera Ermolaeva, pintora e ilustradora, que se convirtió en directora de la Escuela tras la dimisión de Chagall. Otra de los artistas que reclutó Chagall para su escuela fue Olga Rozanova, una de sus pintoras favoritas y miembro del grupo Supremus fundado por Malevitch. 

Además de Supremus, Malevitch, junto con algunos alumnos de Vitebsk, fundó Unovis, un fugaz grupo artístico que se encargó, entre otras cosas, de la decoración de las calles de Vitebsk con obras de arte y propaganda suprematista.

Dibujo para un Proun 6B de El Lissitzky

Entre las muchas obras expuestas, son especialmente reseñables los Proun: proyectos para la formación de un nuevo arte que los alumnos de esta escuela desarrollaron entre 1919 - 1920. En ellos tiene un papel activo el espectador ya que son construcciones para contemplar desde todos los lados, desde arriba, desde abajo e, incluso, alrededor puesto que algunos tienen un eje de rotación. Vinculadas a las Proun, también vemos composiciones pictóricas en volumen que marcan una etapa de transposición suprematista en la arquitectura y su extensión al espacio tridimensional.

Composición suprematista de Ilia Tchachnik

Es muy interesante ver la evolución de estos artistas y de la Escuela a lo largo de su breve pero intensa vida. Como decía al principio, fue una suerte que estos artistas hicieran suyos los principios de igualdad y libertad que preconizaba la Revolución y que, como sabemos, en eso se quedaron. Gracias a la puesta en marcha de este proyecto, estudiantes que no habrían podido tener acceso a este tipo de formación la tuvieron, de ahí la numerosa presencia de mujeres o de gente de clases modestas. Como todos los sueños, llegó el momento en que se desvaneció: demasiado bonito para que una dictadura lo permitiera. Al menos, nos queda su herencia y su influencia más allá de las fronteras de la onírica y delicada ciudad de Vitebsk.

Naturaleza muerta con tomates de Olga Rozanova

Moscú. La plaza Roja de Vassily Kandinsky