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lunes, 31 de diciembre de 2018

Mayo del 68 francés y V: llega la calma

Muy modestamente y con bastante retraso respecto a la fecha que yo misma me había fijado, he ido desgranando algunas de las claves del famoso pero desconocido mayo francés del 68: primero descubrimos que comenzó en Nanterre y en marzo, después vimos el efecto de las movilizaciones y huelgas obreras, continuamos con la situación política y con el papel de la mujer en esos acontecimientos y ahora toca hablar del final del proceso y las consecuencias del mismo.

El desconcierto en el país era total: a finales de mayo, de Gaulle había huido del Elíseo en helicóptero y se había presentado en Alemania en el cuartel general de las fuerzas francesas en Baden-Baden y reunido en secreto con el general Massu probablemente para estudiar una posible movilización. Mientras su país se hundía, él estaba desaparecido o, peor, reunido en secreto con militares. Envalentonado con la situación de indignación ciudadana, el poderoso sindicato CGT rechazó los pactos de Grenelle y convocó una manifestación para el 29 de mayo que marchó desde la plaza de la Bastilla hasta Saint Lazare. Aunque se desarrolló sin problemas y participaron en ella más de 800.000 personas, sí que se notaba una tensión en el ambiente.

Foto de las huelgas de Renault de Roger-Viollet y Janine Niepce, expuesta en el Palais Royal

En un inesperado vuelco de la historia, a las 16:30 del 30 de mayo, de Gaulle lanzó un mensaje a la nación por la radio en el que fue muy tajante: “No me retiraré” dijo dejando claro que seguiría en el poder al que había llegado 10 años atrás. Si bien el poder de de Gaulle se tambaleó y los líderes de la oposición de izquierda se declararon dispuestos a asumirlo, el jefe de Estado declaró públicamente su inmovilismo y su ánimo de continuar al mando del país. Frente a los innumerables bloqueos de centros educativos, el paro generalizado de trabajadores y los problemas de suministro, el caos y el rechazo al presidente parecían asegurados. Pero ese último día del mes de mayo, en coincidencia con su discurso, una marea humana recorrió la avenida de los Campos Elíseos de París. Cerca de medio millón de hombres, mujeres, ancianos y jóvenes vestidos con los colores de la bandera francesa marcharon en masa para mostrar su apoyo a de Gaulle que se presentó como el garante del orden conservador contra la revuelta estudiantil y los comunistas (sic).

Diferentes retratos del decimonónico de Gaulle realizadas por Gilles Caron

Nada menos que el consejo de ministros lideraba la marcha y todo el mundo pensaba que el movimiento estaba por terminar. El hartazgo ciudadano era comprensible: no había gasolina, los bancos no funcionaban, no había azúcar, ni harina, ni otro bienes de primera necesidad...para las personas mayores era casi como durante la ocupación alemana. Por eso ese 30 de mayo en que se despertaron los sectores más tradicionalistas de Francia supuso todo un hito ya que se movilizó la derecha francesa por primera vez desde los disturbios de 1934. Con gran astucia, el Presidente recuperó el vocabulario de la Guerra Fría y jugó con los miedos de los sectores más conservadores del país al denunciar al Partido Comunista como el mayor adversario político y llamar a la unidad nacional frente a la confrontación como la que había tenido lugar precisamente en los años 30. Como gran efecto sorpresa, convocó elecciones legislativas para un mes más tarde en las que su partido obtuvo una cómoda mayoría.

Fotografías de Gilles Caron de las manifestaciones

Neutralizada la crisis y restablecido el orden social y económico, el balance del mayo del 68 resultaba positivo. Con los acuerdos de Grenelle, los salarios aumentaron (más de un 35% en el caso del salario mínimo) y se garantizaron ciertos derechos para los trabajadores, entre otros, la jornada de 40 horas semanales sin pérdida de salario, el acceso a contratos indefinidos para los trabajadores extranjeros, quienes encadenaban contratos temporales sin límite, y ciertas facilidades para la negociación entre empresas y empleados. Por otro lado, se otorgó mayor autonomía y representación estudiantil a las acartonadas universidades. Y a nivel político, la victoria en las legislativas del partido de de Gaulle fue más forzar la prórroga que un triunfo en sí. Un año más tarde, en junio de 1969, el presidente convocó un referendo sobre la regionalización que perdió estrepitosamente lo que le forzó a dimitir. Charles de Gaulle se retiró al campo y falleció en 1970. El mayo francés, por tanto, también participó en el proceso de poner fin al gaullismo histórico.

Si bien la sociedad francesa continuaba siendo bastante conservadora, sí hubo avances significativos en materia social durante los años siguientes, por ejemplo, se concedió el derecho al voto a los mayores de 18 años en 1974 y se despenalizó el aborto en 1975. Paradójicamente, muchos franceses piensan en la actualidad que aquellas reformas están vinculadas a los eventos pero, tan sólo con las fechas, ya se ve que no fueron consecuencias directas de las revueltas sino del propio avance de la sociedad. Muchos han querido ver en las movilizaciones de los chalecos amarillos, la continuidad de aquella mecha contestataria del 68 pero nada más lejos: desde el principio, este movimiento, que nació conservador pero que tenía reivindicaciones legítimas, se vio secuestrado por la ultraderecha.

El Ayuntamiento de Nanterre organizó actos durante todo el año para conmemorar las revueltas estudiantiles que comenzaron en su campus universitario

Desde hace años tenía mucha curiosidad de conocer un poco más y mejor qué era aquello del mayo parisino del 68 en que Francia vivió una revolución social y resulta que ni es en mayo ni parisino ni hubo ninguna revolución. Como dije antes de empezar esta serie de artículos, los franceses consultados tampoco parecen tener una idea muy clara de lo que fue y cuando me comentan algo, resulta que no tiene mucho que ver con los hechos acaecidos en aquellos días. Me ha resultado muy interesante aprender tantas cosas y, aunque sólo sea por la satisfacción personal, me ha encantado escribir estas entradas y poder terminarlas antes de que acabe el 2018.


sábado, 1 de septiembre de 2018

Mayo del 68 francés IV: el silencio forzado de las mujeres

Uno de los motivos por los que me interesé por el tema del mayo del 68 es porque no entendía nada y, para mi sorpresa, los franceses tampoco. No sabía lo que era el fenómeno en sí ni sus causas ni las consecuencias del mismo. Pero cuando preguntaba a franceses, aún sabían menos que yo.

Como la Historia es la memoria que los pueblos guardan de su pasado, lo importante no es lo que ha ocurrido sino lo que la gente cree que ha ocurrido. Y en el caso concreto del mayo francés, el 79% de los jóvenes actuales piensan que es una herencia positiva ya que las manifestaciones permitieron progresos para la sociedad. Uno de los más destacados, según ellos, es la liberación de la mujer, la relajación de las costumbres y la revolución sexual. Que dos hechos ocurran a la vez, no significa que uno sea consecuencia del otro, ni siquiera que estén relacionados entre sí. Parece como si se confundieran un montón de situaciones en una especie de nube de la memoria. Toda esta evolución social referida a las costumbres sociales está ligada a la evolución moral de la sociedad y la aparición y popularización de los métodos anticonceptivos, sobre todo, la píldora. La ley Neuwirth de legalización de la anticoncepción es de 1967 y la evolución de la situación jurídica de la mujer se fue produciendo poco a poco, por ejemplo, la posibilidad de abrir cuenta bancaria por una mujer sin necesitar el permiso de su marido data de 1965.

Engañoso cartel de la exposición del Ayuntamiento de París sobre el mayo del 68

Desde la conservadora España, la situación de las mujeres extranjeras parecía muy avanzada pero, ahora que han pasado varias décadas, vemos que no lo era tanto: la emancipación de la mujer (el reconocimiento de su capacidad jurídica plena) llegó a Francia en los primeros 80, es decir, más tarde que en España. Por no hablar de la mentalidad machista de los franceses y, peor, de las francesas. Ya llevo cuatro años viviendo aquí y puedo asegurar que los franceses son muchísimo más machistas que los españoles y, encima, tienen la poca decencia de culpar a los demás: cuando saco el tema siempre me responden que si los musulmanes, que si los extranjeros... los franceses de souche siempre encuentran una excusa con tal de no reconocer lo atrasado que está su país en tema de derechos de la mujer y la mentalidad tan retrógrada que tienen en este sentido.

Una mujer gritando en una manifestación

A nivel político es parecido. Ningún partido se ha declarado nunca abiertamente feminista, ni siquiera los de izquierdas: hasta hace 10 años, sólo un 20% de los diputados eran mujeres. En otros aspectos de la vida el resultado es similar: apenas hay profesoras universitarias de más de 50 años, ni en puestos directivos en las empresas y, en el ámbito laboral, son legión las mujeres que tienen jornada reducida, lo que lastra sus aspiraciones profesionales.

El mayo del 68 no fue una excepción: mujeres que estuvieron implicadas en las protestas contaban que los obreros estaban en el techo de la fábrica y ellas fuera intentando entrar y que la propia CGT se lo impedía con golpes y empujones. El movimiento estudiantil tampoco escapaba a esta discriminación: hablaban los hombres y no las mujeres y en los iconos del movimiento lo único que se ve de las mujeres son aquellas que aparecen con el torso desnudo. Pero no hay mal que por bien no venga: todas estas reivindicaciones dieron fuerza al incipiente movimiento feminista francés que empezó a organizarse al modo de las asambleas revolucionarias.

miércoles, 29 de agosto de 2018

Mayo del 68 francés III: la esclerosis política

Si en mayo del 68 el descontento cundía entre los estudiantes y los trabajadores, también la política estaba en el punto de mira de los ciudadanos. El deterioro vital y político de de Gaulle coincidía con el de la Francia institucional. Años atrás, de Gaulle consiguió instalarse sine die en el poder gracias a los poderes plenipotenciarios que la Asamblea Nacional le otorgó para redactar una nueva Constitución y, por tanto, establecer un nuevo sistema político a su medida, la Vª República.

Estatua del antiguo jefe de Estado vestido con su ropa favorita: el uniforme de general de brigada, el cargo que nunca ejerció

Todas estas circunstancias, calificadas años más tarde como golpe de Estado por François Mitterrand, acabaron con el sistema parlamentario existente, el tradicional en Europa, y crearon un marco legal más parecido al de una dictadura que al de una democracia. El Presidente tiene absoluto control sobre el Parlamento, tanto en la convocatoria de elecciones como en la disolución del mismo, y sobre el Gobierno, al que nombra y destituye a su antojo. Además, el Presidente tiene verdadero poder de decisión en las relaciones diplomáticas, en defensa y seguridad y en todo aquello que se proponga dado que el Parlamento no fiscaliza su gestión sino la del Gobierno. También se definía al Presidente como no responsable de los actos de su labor presidencial, como un presidente de una república parlamentaria o un monarca acartonado, cuando sí tiene capacidad de decisión y muy amplia. Por si no fuera suficiente, el mandato presidencial duraba siete años con un límite de dos elecciones y no se establecía ningún sistema de revocación o destitución del Pesidente, salvo por alta traición o pérdida de las facultades mentales. El primer defecto fue subsanado en la época de Chirac en un ley impulsada por su archienemigo Giscard d'Estaign. La segunda, más recientemente, en la época de Hollande. Con razón decía José Luis de Vilallonga que los franceses elegían un monarca absoluto cada siete años. De hecho, los presidentes son como los emperadores de Japón: las etapas de la Historia reciente de Francia se conocen por sus nombres.

Pero volvamos al 68, la desastrosa política económica de sus gobiernos, sobre todo la decisión de convertir las reservas francesas de dólares en oro, que provocó un crisis financiera mundial, unido al incremento del desempleo y una importante devaluación salarial causaron un gran descontento social. Como vimos en el anterior articulo, las movilizaciones y huelgas paralizaron aún más la economía y produjeron un caos nunca visto en un período de paz. El suministro de bienes de primera necesidad se realizaba controlado por los sindicatos en una especie de administración comunitaria paralela: Mitterrand decía que el Estado había desaparecido y así era. Paradójicamente, el autoritario general hizo una completa dejación de sus funciones al no garantizar a los ciudadanos el acceso a bienes y servicios de primera necesidad.

El discurso por radio desde Londres: junto con el de Juan Carlos I el 23-F, el discurso que más réditos políticos ha otorgado a su emisor

Mientras su primer ministro Georges Pompidou negociaba con los sindicatos que lograron, con los Acuerdos de Grenelle, significativos avances para los obreros, de Gaulle no cede nada del lado político. Y aquí se produjo su gran error, como decíamos al principio, muestra de su propio declive personal: un anciano presidente que se encontró con una situación que no supo gestionar. El decimonónico Charles de Gaulle no hizo absolutamente nada en los primeros estadios de la crisis, lo fue dejando y la situación fue degenerando y, cuando por fin reaccionó, se enrocó en una posición autoritaria e inmovilista. El Jefe de Estado, en su conservadurismo extremo, no estaba dispuesto a hacer ni una sola concesión. Fuera por falta de reflejos, por su carácter marcial o por simple dejadez, no es que la situación le pillara en fuera de juego, es que no sabía ni que se estaba jugando un partido. No se puede dirigir un país como si fuera un cuartel y, cuando hay un problema se pueden plantear soluciones de izquierdas, de derechas, de centro, híbridas... pero no se puede dejar pasar las cosas y actuar como en la Edad Media; que le pregunten a Luis XVI o a Mariano Rajoy.

Reconozco a pecho descubierto, que mi opinión sobre de Gaulle no puede ser más negativa. Aunque hay gente que lo adora y muchos derechistas franceses lo consideran su personaje de referencia, su cambiante actuación durante la Segunda Guerra Mundial, su oportunismo en la Liberación de París, sus intrigas en la postguerra y su golpe de Estado al sistema democrático para crearse uno a su medida, me provocan un rechazo absoluto. De Gaulle supone la instalación de un poder personalista, paternalista y marcial que no existía en Francia antes de él. En el 68 y después de toda una vida en el poder y en sus aledaños, ya se ha convertido en una figura autoritaria y obsoleta para la mayor parte de la población que pensaba que con 10 años de gobierno ya bastaba. Y encima ante una crisis grave, no fue capaz de reaccionar.

Las famosas declaraciones de de Gaulle tras la liberación de París: durante años ocultó que los primeros en entrar fueron los republicanos españoles. Fuera por estrategia patriótica o por su admiración por Franco, se encargó personalmente de tapar la realidad.

Por supuesto, no todo eran detractores: sus fieles organizaron una manifestación de apoyo el 30 de mayo de 1968 en la que participaron sus ministros y muchos alcaldes, siendo la primera manifestación de derechas en Francia desde 1934. "No me retiraré. Tengo un mandato del pueblo y cumpliré con ello", declaró solemne. En efecto, había ganado las elecciones generales por sufragio universal tres años antes pero después de haber pasado seis años como Jefe de Estado elegido por un colegio electoral de 80.000 cargos públicos. Frente a la presión social y política, de Gaulle disolvió la Asamblea Nacional y convocó para finales de junio una elecciones legislativas que ganó su partido. Muchos franceses estaban ya hartos del desorden en el país y el propio de Gaulle dijo que había ganado el partido de los temerosos. Se puede entender de esta manera pero también hay que tener en cuenta que la izquierda en ese momento, y casi siempre en Francia, estaba muy dividida. Aquella apuesta le salió bien pero, unos meses más tarde, se pasó de listo convocando un referéndum para ampliar las competencias de las regiones pero lo perdió. Tras este fracaso, dimitió y abandonó la política. En noviembre de 1970 falleció en su residencia familiar. 

domingo, 1 de julio de 2018

Mayo del 68 francés II: el 1 de mayo y la huelga en la que se pararon hasta los relojes

Si ya vimos aquí que el mayo del 68 parisino no fue en origen ni parisino ni de mayo, sí teníamos bastante claro que la chispa que incendió Francia prendió entre los estudiantes universitarios. Sin embargo, los acontecimientos se desbordaron y el descontento social y político estalló afectando a todos los órdenes de la sociedad.

A finales de los años 60, empezaron a notarse los primeros efectos de una incipiente recesión económica como la pérdida de poder adquisitivo y el aumento del desempleo (más de 500.000 personas en enero de 1968). La firma del Tratado de Roma, que debía entrar en vigor en julio de 1968, con la consiguiente apertura de los mercados y la modernización de la economía, provocaron un fuerte rechazo entre amplios sectores de la sociedad. La bajada de salarios causó las primeras huelgas en los años 66 y 67 pero, como buena parte de ellas tuvieron lugar en las provincias más industriales del norte, no alcanzaron gran repercusión mediática en un país tan centralizado como Francia. Algunas reformas sociales fueron muy mal acogidas por los trabajadores y en los barrios y ciudades obreros empezó a gestarse el caldo de cultivo de las futuras revueltas. Uno de esos municipios, especialmente afectado por el paro juvenil, fue Nanterre, donde comenzaron las protestas estudiantiles.



Pero hubo un importante punto de inflexión.  El 1 de mayo del 68 tuvo lugar la primera manifestación del Día del Trabajador autorizada en la Vª República, convocada por el Partido Comunista Francés  y el sindicato CGT. Sin proponerlo, aquélla fue la primera de una serie de movilizaciones y paros laborales que sacudirían Francia durante todo el mes.

El desalojo de la Sorbona por parte de la policía y la violencia ejercida sobre los estudiantes en los siguientes días desataron una ola de apoyo social que se vio respaldada por los sindicatos después de la Noche de las Barricadas. El secretario general de la CGT declaró "esto no se puede tolerar" y convocó una huelga general para el día 13. Hubo un entendimiento espontáneo entre los estudiantes y los trabajadores pero cada colectivo se mantuvo en su lugar, sin interferir en el otro, de manera que los primeros ocupaban sus facultades y los segundos, sus fábricas. Los representantes de alumnos mantenían reuniones con los portavoces de los obreros y viceversa: se ponían al tanto de sus reivindicaciones, tomaban conciencia de la situación de los diferentes entornos y proponían soluciones políticas y sociales.



Los obreros de las fábricas eran gente que no se amilanaba fácilmente, no sólo porque sus trabajos fueran duros físicamente, sino también porque entre los de mediana edad había muchos que habían participado en la Resistencia a la ocupación nazi. Especialmente reseñable fue la guerrera actitud de los miles de empleados de la empresa Renault: primero, los trabajadores de la fábrica de Cléons en Normandía ocuparon su centro de trabajo y, a continuación, los empleados de Boulogne-Billancourt ocuparon su enorme sede de más de 98 hectáreas. La decisión fue tomada en ese mismo lugar el 16 de mayo por una asamblea de más de 25.000 trabajadores. La huelga duró 34 días en los que, además de protestar contra el Gobierno, se presionó para forzar la negociación de los salarios, la reducción de la jornada laboral (en ese momento de 48 horas semanales) y la jubilación a los 60 años. También se pretendía la equiparación de los trabajadores nacionales e inmigrantes ya que éstos recibían un trato diferente, encadenando contratos temporales más allá de la legalidad. También se sumó a la huelga el gran competidor de Renault, Citroën, cuyos obreros ocuparon la fábrica parisina del barrio de Javel. Hubo importantes huelgas en Sud Aviation, situada en Nantes, en los sectores del carbón, el transporte, el gas, la electricidad, los medios de comunicación, la administración pública...


Durante las siguientes semanas, hubo entre 7 y 10 millones de huelguistas en todo el país. El día 13 se paraliza Francia por completo y se producen en París dos marchas multitudinarias: una de trabajadores que se concentra en la place de la République y que alcanza Denfert Rochereau (más de un millón de asistentes) y otra de estudiantes que parte de la Gare de l'Est.



Muchas vías importantes del país fueron cortadas y los suministros sólo llegaban a algunas ciudades con autorización de los Comités de Huelga, con precios fijados por éstos y sólo a algunas tiendas autorizadas en una especie de poder paralelo al Estado. Semejante situación, que no se veía desde la Guerra, provocó que el Gobierno de Pompidou abriera unas negociaciones el 25 de mayo a tres bandas entre empresarios, sindicatos y Gobierno. Dos días después se llegó a los Acuerdos de Grenelle, que calmaron moderadamente el ambiente social pero no el político.

viernes, 29 de junio de 2018

Mayo del 68 francés I: 22 de marzo en Nanterre

Ni mayo ni París; los acontecimientos ocurridos en la primavera francesa del 68 empezaron en marzo y en Nanterre, capital del departamento Altos del Sena, concretamente en su universidad que, en ese momento, era una sede de la Sorbona de París. Como casi todos los hechos muy trascendentes, la primavera francesa empezó por un motivo bastante rutinario: unos estudiantes fueron detenidos por protestar contra la guerra de Vietnam (asunto que coleaba desde que en 1946 Francia y el Viet Mihn entraron en guerra). Como se puede ver nada de particular ya que arrestos de estudiantes por este motivo, y por otros, se daban en todos los países europeos y en Estados Unidos.

El paso siguiente fue que 142 compañeros de estudios de los jóvenes detenidos se amotinaron en un edificio del campus de Nanterre para protestar por este hecho. Esta primera movilización también incluyó protestas contra la propia universidad, demasiado rígida con sus estudiantes. En un documental de la televisión hablaron de la imposibilidad de los chicos de entrar en las residencias de las chicas y viceversa. Chicos y chicas sólo podían juntarse en clase, en los salones de actos y en la cantina. Tanta insistencia hubo en este punto que pareciera que hubiera estallado semejante conflicto por un calentón de unos chavales. Obviamente no fue así. Detrás había toda una retórica marxista de lucha de clases, el descontento vital de la generación del baby-boom, nacida después de la Segunda Guerra Mundial, y la sensación de que el mundo iba a ser el mismo que el que habían vivido sus padres y los dos grandes baños de sangre del siglo XX no habían servido para nada.

Como detalle, hay que decir que Nanterre y alrededores, de donde provenían los estudiantes de dicho campus, son ciudades limítrofes a París habitadas mayoritariamente por votantes de izquierda, una especie de cinturón rojo de la capital. Muchos de los alumnos matriculados en ese centro eran hijos de trabajadores y de pequeños comerciantes de los municipios de alrededor. Había entre ellos una gran indignación por el trato recibido por parte de la elitista universidad así como por la deteriorada calidad formativa. Es un hecho que, después de la Guerra, vio la luz la generación más numerosa de la historia de Francia y la primera en la que accedían a los estudios superiores chicos y chicas (la primera vez en la historia en que las mujeres llegaban masivamente a las facultades y no de forma anecdótica) procedentes de todos los estratos sociales. La acartonada y vetusta universidad no estaba preparada para acoger tantos estudiantes ni tan variados: la homogeneidad social y el elitismo habían desaparecido entre los jóvenes pero no en las instituciones. Además, los medios económicos y prácticos eran insuficientes para atender las demandas de tantos matriculados y la masificación dificultaba impartir una enseñanza de calidad.

Edificio de la Universidad de Nanterre

Todos estos elementos ya habían provocado protestas en años anteriores pero eclosionaron a partir de las detenciones del 22 de marzo. Tanto protestaron aquellos jóvenes que el rector se cansó y decidió cerrar la Universidad de Nanterre sine die. Ante semejante despropósito, los estudiantes de la sede central de la Sorbona comenzaron una huelga indefinida y una serie de manifestaciones que acabaron en enfrentamientos con la policía. En un próximo artículo, hablaré de las controvertidas movilizaciones obreras del 1 de mayo que calentaron el ambiente y al Gobierno de entonces. Dos días después, el 3 de mayo, la tensión social era ya insoportable y un grupo de 400 estudiantes decidió ocupar la Universidad de manera, en principio, pacífica. Un grupo de extrema derecha llamado Occidente decidió marchar sobre la Sorbona y, ante el peligro de confrontación, el rector pidió la intervención de las fuerzas del orden público quienes entraron en el emblemático edificio de la Sorbona para desalojarla en una acción sin precedentes.

Ni que decir tiene que ese acto de invasión de la policía fue violentamente contestado por los estudiantes en los días sucesivos con enfrentamientos con la policía, calles cortadas y diversos actos de protesta que culminaron la noche del 10 al 11 del mismo mes con la llamada noche de las barricadas en que hubo más de 1000 heridos entre manifestantes y policías. A diferencia de los alumnos de Nanterre, los estudiantes del centro de París eran de familias burguesas pero también se veían afectados por la masificación y el deterioro de la enseñanza superior. Las cargas de la policía no sentaron nada bien entre los movimientos sociales, como los sindicatos, que nada tenían que ver con los universitarios ni con sus demandas pero que también andaban muy descontentos con la actuación del gobierno. La CGT, el sindicato con mayor número de afiliados de Francia, hizo un llamamiento a unirse a las protestas estudiantiles y convocó una huelga general para el día 13, uno de los días claves para entender este fenómeno.

Universidad de Nanterre

miércoles, 27 de junio de 2018

Edouard Philippe: el hombre de moda

Llegó de una manera discreta a Matignon, ensombrecido por la sorpresa mayúscula que supuso la victoria de Macron en las elecciones presidenciales y de su recién creado partido en las legislativas. Apareció en escena criticado por todos, especialmente por su antiguo partido, Los Republicanos. Se le calificó como un político frío, gris y sin personalidad pero ahora supera en popularidad al Presidente (54% frente al 49%). Pero las circunstancias lo han convertido en el hombre del momento: la dura huelga de los ferroviarios, la crisis de Notre-Dame-des-Landes o el referéndum por la independencia de Nueva Caledonia.



El hartazgo de los usuarios por la larguísima huelga de SNCF, que consideran injusta, y la salida más o menos airosa al conflicto de NDDL, que llevaba décadas enquistado, le han hecho ganarse el respeto de los ciudadanos. Además su estilo comedido y moderado, sin dar grandes voces ni titulares demagógicos, es del agrado de muchos franceses quienes estaban cansados de los altisonantes comentarios y el autoritarismo de Manuel Valls y de los altercados entre los diputados del Partido Socialista que boicoteaban a su propio gobierno. Parece que Philippe ha decidido hacer de la discreción su seña de identidad, pero no una mesura surgida de la indolencia y del dejar pasar el tiempo al estilo rajoyano sino basada en el trabajo diario y silencioso. De hecho, es Macron el que acapara las críticas por sus salidas de tono y sus declaraciones extemporáneas, lo cual hace que aún se aprecie más la contención del primer ministro. Para que la falta de titulares no dé la impresión de que el gobierno no hace nada, en las últimas semanas, tanto el presidente del gobierno como sus ministros están apareciendo en los medios de comunicación de forma más frecuente.



Aún tomando decisiones importantes, algunas más acertadas que otras, la política es una fuente inagotable de conflictos. La crisis del barco de rescate marítimo Aquarius que ha reabierto la polémica sobre la nueva ley de inmigración, cerrada en falso hace unas semanas, junto con la reforma del impuesto de la solidaridad (el impuesto a los grandes patrimonios) y la reforma del código laboral siguen disgustando a amplias capas de la población, sobre todo, las más humildes. Si bien es cierto que el viento sopla a favor de este gobierno ya que la creación de empleo va en aumento y las inversiones en ecología, formación de adultos y programas sociales de inserción laboral pueden empezar a dar sus frutos a partir del año que viene. Como ya vimos aquí, las grandes inversiones deben servir para colocar a Francia en la cabeza de Europa a nivel económico y de empleabilidad. Esto es un ejemplo de hacer política de cara al futuro a medio plazo y por el bien del país y no de intereses partidistas o buscando los beneficios en una legislatura sólo para ser reelegido. Ciertamente, fue Macron el que inició este movimiento y esta nueva forma de hacer política que le ha superado y que puede llegar, incluso, a ensombrecerle.

domingo, 22 de abril de 2018

El otoño tranquilo y la primavera convulsa

Una vez pasado el larguísimo período electoral, con las primarias de los partidos tradicionales y las elecciones presidenciales y legislativas a dos vueltas, el recién estrenado presidente formó un gobierno con representantes de diferentes trayectorias vitales e ideas políticas, una especie de gobierno transversal o de concentración. Recién estrenado el año legislativo a principios del otoño, el primer ministro anunció un ambicioso plan de inversión de 57.000 millones de €uros para relanzar la economía del país desde distintos frentes. Al estilo de lo que hizo Obama en 2009 y en una línea completamente opuesta a la del austericidio que han impuesto otros países, como España.

La prensa recoge el plan de inversión
Por el momento, una buena parte del presupuesto se lo lleva la educación lo cual siempre es positivo. Unos 15.000 millones estarían destinados para la formación profesional, sobre todo, de desempleados con baja cualificación y jóvenes que han abandonado los estudios prematuramente. Se calcula que en torno a dos millones de personas podrían beneficiarse de esta medida que pretende fomentar el empleo en los próximos cinco años. Asimismo, se financiarán nuevos cursos para la formación de profesores y maestros. Otro de los puntales educativos será la adaptación a la tecnología digital mediante la concertación con empresas e instituciones públicas para la formación de gestores de Big Data, programadores informáticos, administradores y desarrolladores de programas destinados a empresas, grafistas, creadores de contenido multimedia, expertos en cyberseguridad, community managers, integradores web y un largo etcétera de profesiones vinculadas al mundo digital. Dichos cursos estarán dirigidos a desempleados y también a trabajadores que busquen una nueva salida laboral.

Imagen de La Défense. Todas las empresas, en especial, las grandes van a necesitar profesionales de la tecnología digital

De hecho, la transformación digital y la implantación de la inteligencia artificial es uno de los grandes desafíos de este gobierno. La administración pública francesa está muy retrasada en lo relativo a tecnología, de hecho, los franceses flipan cuando ven mi documento de identidad con un chip con el que puedo hacer todo tipo de gestiones en línea. Aún más alucinan cuando les digo que este sistema funciona desde hace 20 años en España. Esta primavera, y después de varios meses de trabajo, el gobierno dio a conocer las líneas generales de este proyecto de desarrollo tecnológico elaborado por el brillante matemático y diputado Cédric Villani. Para acelerar el proceso de transformación digital de la administración, el gobierno va a destinar 9.000 millones de €uros hasta tener el 100% de los servicios públicos desmaterializados.

Exterior de la Escuela Politécnica de La Sorbona

Pero la innovación y la competitividad no se queda sólo en los trámites administrativos. También se van a dedicar en torno a 13.000 millones a la aplicación de la inteligencia artificial en la industria, sobre todo en sectores estratégicos, y en la agricultura. Además, se busca que la transición no sea sólo tecnológica sino también ecológica. La lucha contra el cambio climático es uno de los compromisos más importantes de Macron desde antes de ganar las elecciones y el desarollo de una tecnología limpia es una de las formas de conseguirlo.

Las torres de La Défense se ven difusas como si estuvieran en un cuadro con una veladura muy espesa pero, no. Es simplemente la contaminación.

La ecología es, además, la gran protagonista de esta inversión con más de un 35% de la misma, unos 20.000 millones de €uros, a través de diferentes medidas prácticas. Se calcula que los edificios son responsables del 20% de las emisiones de gas con efecto invernadero de manera que el gobierno ha decidido mejorar la eficiencia energética de los edificios públicos y de viviendas, en especial, aquéllas mal aisladas térmicamente y que consumen mucha energía. La verdad es que tienen trabajo por delante ya que la mayor parte del parque de vivienda en Île-de-France (desconozco cómo es en otras regiones) es viejísimo y muy poco eficiente. El viejo París que tan bonito y romántico nos parece no es más que un montón de viviendas vetustas, incómodas y húmedas. Algo mejor están los edificios públicos pero también se van a acondicionar para que su rendimiento sea mejor a nivel energético.

Encantadores edificios del viejo París. Por dentro, son incómodos, viejos y muy fríos y húmedos

Otro tanto va a ocurrir con los transportes, responsables de una tercera parte de las emisiones de gas. El gobierno hará una especie de plan renove otorgando una prima a los hogares más modestos para cambiar los vehículos viejos y contaminantes por modelos más ecológicos. De esta manera, se podrán sustituir los vehículos de gasolina anteriores a 1997 o de diésel anteriores a 2001 por otros con etiqueta ecológica Crit'Air o por scooter eléctricos, especialmente útiles en las grandes ciudades.

Coche eléctrico

Y precisamente es el transporte uno de los grandes quebraderos de cabeza del presidente y su gobierno. Dispuestos a reformar el estatuto de los ferroviarios (que no están sometidos al estatuto general de los trabajadores sino que tienen un situación laboral específica), algo que ya intentó el exprimer ministro Manuel Valls, han visto como los empleados de la SNCF, la empresa pública, han convocado lo que se llama una huelga perlada, es decir, que va como un collar de perlas. Al ser dos días de huelga por cada tres de trabajo, todos los fines de semana se ven afectados para ir o para volver. Los usuarios están que trinan ya que no sólo se ven alteradas las grandes líneas, también una buena parte del recorrido de los cercanías como los famosos RER de los que hemos hablado en otras ocasiones como ésta, ésta o ésta.

Calendario de la huelga

Si los RER funcionan mal, sus hermanos mayores no les van a la zaga. Mi compañera de piso, que tiene un abono anual, compra sus billetes con meses de antelación pero, a la hora de viajar, el tren sale con retraso. Si ella tiene el billete, significa que la empresa sabe que tiene un tren ese día a esa hora. Su pregunta siempre es, ¿por qué mi tren no está listo? Si ya andaba descontenta con la empresa, ahora mucho más. Ya se están formando asociaciones de afectados para presentar las reclamaciones pertinentes o, llegado el caso, interponer demandas judiciales. Hay cientos de miles de personas que usan el tren cada día para ir a trabajar y tienen que amoldarse a las circunstancias pidiendo días de vacaciones, permisos, usando sus propios vehículos, a veces compartidos con otros usuarios afectados, o utilizando los autobuses sustitutivos para asegurar que ciertas zonas no se queden incomunicadas, aunque éstos tarden el doble de tiempo y sean la mitad de cómodos. El problema de esta huelga es que la presión no se ejerce sobre la empresa, que acumula una deuda de 50.000 millones, sino sobre los viajeros. Bien al contrario, cuantos menos trenes salgan, menos dinero pierde la SNCF.

Anuncio de huelga para el 18 y 19 de abril

Otro inconveniente es que la realizan en tres meses, abril, mayo y junio, en que ha habido vacaciones escolares y muchos festivos nacionales de manera que acaba impactando en el turismo. Por otro lado, al ausentarse del trabajo tantos días, los empleados van a ver su nómina muy reducida lo que causará que los empleados peor remunerados decidan no secundar la huelga. Además, como tantas y tantas empresas, la plantilla de empleados de SNCF se ha quedado estancada desde hace muchos años. Cada vez más servicios están externalizados y los prestan empresas contratistas (o colaboradoras en lenguaje eufemístico neoliberal) de manera que quedan como empleados públicos los trabajadores mejor cualificados y, por tanto, mejor pagados.

Sólo funciona un tren de cada tres

Ya hemos comentado en otras ocasiones que los franceses consideran que la huelga es el deporte nacional. Por eso, el primer día, en solidaridad con SNCF y para protestar en general, se unieron los empleados de RATP, amplios sectores de funcionarios, estudiantes universitarios y empleados del sector hospitalario, entre otros. En días sucesivos, ha habido huelgas de Air France, de los servicios de recogida de basuras, empleados de Correos e, incluso, abogados. Mucho más graves se presentan las huelgas de los trabajadores de EDF (eléctrica) y Engie (gas). ¿Qué van a hacer? ¿nos van a cortar la luz y el gas? Se oyen todo tipo de especulaciones como que pretenden cortar la luz y el gas en sectores estratégicos como el transporte (otra vez). Si esto es como lo cuentan, se puede armar un lío importante puesto que se podría considerar un secuestro del espacio público y declarar el estado de emergencia, enviar al Ejército a controlar la situación e incoar un larguísimo y complicadísimo proceso judicial. De hecho, ya hay voces que reclaman la actuación del Ejército puesto que, con la huelga, ha habido zonas que han quedado incomunicadas como algunos municipios del sur del departamento 77 (Seine et Marne). 

Gare de Lyon, importante estación llena de pasajeros cabreados

Otra de las recriminaciones de los usuarios es que siempre hacen huelga los privilegiados, es decir, los que no pueden ser despedidos (funcionarios o trabajadores de empresas públicas) o empleados muy cualificados con sueldos muy altos y condiciones laborales y sociales por encima de la media. Es cierto que nunca vemos haciendo huelga a la gente que gana el salario mínimo, a los que tienen contratos eventuales, a los que encadenan varios contratos con la misma empresa o a los trabajadores de empresas de recursos humanos.

La enorme Gare Montparnasse, otro lugar donde reina el caos estos días

Pero éste de la huelga no es el único conflicto que tiene abierto el Gobierno. Uno de los más inesperados es que se están abriendo brechas en la unidad de su propio grupo parlamentario y por un tema en el que no tendría que haber conflicto: el proyecto de ley de asilo e inmigración. Aparte del rechazo de las asociaciones de ayuda a extranjeros, la aprobación del proyecto por parte del Consejo de Ministros causó una huelga (otra) de los agentes de la Oficina de protección de refugiados y apátridas y de los funcionarios del Tribunal de derecho al asilo. El debate parlamentario está siendo mucho más tenso de lo que se esperaba ya que, incluso dentro de las filas de LREM, hay diputados en abierto desacuerdo con el texto. Los diputados del partido fundado por Macron han presentado más de 200 enmiendas. Ahora el proyecto está debatiéndose en la comisión y el propio jefe del grupo parlamentario ha amenazado con medidas disciplinarias en caso de romper la disciplina de grupo, incluída la expulsión del mismo. Si hacemos caso al espíritu fundacional de dicha formación, los diputados no son políticos del sistema sino gente con una carrera profesional, a veces muy exitosa, fuera de la política por lo que las posibles amenazas de no repetir en sus escaños no deberían amilanarles y, de hecho, ya empiezan algunos a anunciar su voto en contra del proyecto.

La Asamblea Nacional

Para finalizar, hay otro problema al que Macron se ha enfrentado y ante el que, por lo visto, ha capitulado. Aunque no ha trascendido más allá de sus fronteras, en Francia llevamos meses con el tema del aeropuerto fallido de Notre-Dame-des-Landes, uno de estos asuntos que nacen con polémica, se complican hasta el absurdo, van dando tumbos durante años y se enquistan de una manera que ya no tienen solución, ni buena ni mala, ninguna. Para no eternizar también este artículo, resumiré diciendo que en 1973 (sí, hace 45 años) el Gobierno del momento decidió crear un aeropuerto en Notre-Dame-des-Landes, al norte de la ciudad de Nantes, para acoger la actividad de los vuelos intercontinentales del Concorde. El lugar pasó a ser una zona de desarrollo especial o ZAD (zone d'aménagement différencié). Pero el alto coste de mantenimiento de estos aviones y su desproporcionado consumo de carburante los hicieron poco atractivos comercialmente, sobre todo, a raíz de la crisis del petróleo. Mientras tanto, la zona fue abandonada por los agricultores que habían sufrido las expropiaciones de sus terrenos y empezó a interesar a los ecologistas ya que se trata de un área de humedales con especies en peligro de extinción.

Imagen de Paris Match

El problema se dejó apartado hasta el año 2000 en que se decidió retomar el proyecto de aeropuerto para reemplazar el ya existente en Nantes a pesar de que éste funciona perfectamente, incluso fue nombrado mejor aeropuerto europeo en el año 2011. La ciudad tiene previsto aumentar su población en los próximos 20 años y necesitaría un aeropuerto más grande, argumentan los favorables al mismo. Se podría derivar una parte de la actividad al infrautilizado aeropuerto de Rennes, responden los contrarios. En todo caso, hay varios puntos de inflexión en este proceso: el primero de ellos en 2008 con la declaración de utilidad pública del proyecto, lo que convertía los terrenos en expropiables, incluso a título gratuito. Otro de ellos en 2009 con la creación de Zone À Défendre (ZAD igual que el proyecto), una organización de tipo anarquista opuesta al proyecto y que lleva ocupando los terrenos desde entonces y que se ha enfrentado a las autoridades en multitud de ocasiones. A ellos se han ido sumando durante este tiempo numerosos campesinos y asociaciones ciudadanas de muy distintas ideologías. Y el más importante, el referéndum local celebrado el 26 de junio de 2016 cuyo resultado salió favorable al aeropuerto. Todo ello acompañado de varios procesos judiciales, algunos aún en curso.

La Operación César de evacuación de la ZAD en 2012 fue un fracaso y los zadistas volvieron al día siguiente. Imagen tomada de L'Express.

Aunque la votación tuvo lugar en los últimos meses del gobierno de François Hollande, Macron se comprometió a respetar el resultado del mismo. En algún momento, el presidente cambió de idea y, este mismo 17 de enero, el Gobierno decidió abandonar el proyecto de construcción del aeropuerto después de haberse reunido con las partes implicadas. Al considerar que el tema ya estaba zanjado, se ordenó el desalojo de la zona pero los ocupantes se han amotinado y las fuerzas del orden no consiguen echarlos. El propio Macron ha hecho diferencias entre este conflicto y los anteriores que he citado. El presidente dice entender el malestar de los huelguistas por las reformas que se están llevando a cabo pero considera que la cólera de los llamados zadistas es injustificada e ilegítima. El propio ministro de Ecología, Nicolas Hulot, se ha reunido con ellos y con otras personas contrarias al ya fallido aeropuerto para que abandonen el lugar antes del 23 de abril. Veremos qué pasa. No sería de extrañar que en unos años, la ZAD acabe como Christiania en Copenhage.

Mapa de la zona sacado de aquí. Se vende a 1€.

martes, 14 de junio de 2016

Un día memorable

El 14 de junio va a pasar a mi memoria histórica personal como un día increíble. En primer lugar, los sindicatos decidieron convocar una huelga aunque habían anunciado que no lo harían durante la celebración de la Eurocopa. Segundo, esta manifestación transcurría junto a mi trabajo en el barrio de Montparnasse de manera que, al salir de trabajar, me quedé encerrada entre varias manzanas y no podía acceder al metro. Éste es otro motivo, el tercero, porque toda la Gare de Montparnasse estaba cerrada y varias calles de alrededor también y tuve que caminar un buen rato hasta encontrar una entrada de metro disponible. Por supuesto, el metro estaba llenísimo y los pasajeros íbamos como sardinas en lata en los vagones. Pero no, no es el primer día que llegar a casa o hacer actividades normales se convierte en algo desesperante. Ayer fui a la peluquería (de la que ya os hablaré) y la línea 13 iba llenísima y se paraba cada medio minuto, así fuera en mitad de un túnel, de manera que cada vez se acumulaba más y más gente en los andenes. Cuando salí de la peluquería, no se podía ni subir en los trenes. Y no por haber tanta gente había mejorado la frecuencia, al revés, la espera era de 7 minutos o más lo que me parece vergonzoso teniendo en cuenta que todos los RER tenían incidencias, lo que significa que el metro va más lleno. Otra de las consecuencias es la acumulación de basuras y las zonas verdes pendientes de desbrozar. 


 Consecuencias de los actos vandálicos de algunas protestas

La reforma laboral se zampa el Estatuto de los Trabajadores
 
Ese parterre necesita una buena poda

Además entre inundaciones, huelgas, manifestaciones y disturbios, no tengo apenas tiempo para publicar mis entradas sobre las exposiciones que he visitado esta primavera y que son magníficas. Espero que entre el fútbol y los alborotos sociales, me dejen algunos días libres para daros a conocer mis últimas visitas a los museos, algunos de ellos vacíos por la bajada de turistas y los problemas sociales y de transporte. Y hablando de museos, hoy han estado cerrados por culpa de la huelga. 


domingo, 29 de mayo de 2016

Disturbios varios

Cuando empecé a escribir este blog en octubre de 2014, no me imaginaba que tendría que hablar tanto de política y de problemas sociales. Pero la tensión que se está viviendo estos días con tantas huelgas, protestas, manifestaciones y demás es muy fuerte: algunos ya la comparan con el mayo de 1968. Ahora es el mayo de 2016. Este blog no es político pero la actualidad manda, de hecho, estoy pensando crear una nueva etiqueta que se llame altercados o algo parecido.

A la huelga general que hubo a finales de abril, se sumó la que hubo el jueves 19, una huelga en los transportes que paralizó media ciudad. Pero a los paros siguen sumándose sectores como las centrales nucleares y los distribuidores de gasolina, racionamiento de la misma incluido. También se han unido al abstentismo laboral, los controladores aéreos. Por supuesto, no se trata sólo de paros laborales, las huelgas van acompañadas de protestas, manifestaciones y contramanifestaciones, cada día más violentas y multitudinarias. Y no sólo es la policía la que reparte leña: me han impresionado especialmente las espeluznantes imágenes de un ataque a un coche policía pero ha habido muchas más acciones violentas. Los sindicatos no piensan ceder ante el gobierno y su reforma laboral de modo que se presenta un futuro próximo lleno de altercados. Ya se anuncia la muerte política de François Hollande, el Presidente de la República más impopular de la historia, y la división del Partido Socialista no ayuda nada a sus aspiraciones como candidato a la reelección.

Una manifestación pacífica

Y si no hay movimientos sociales, ocurren también accidentes. Hace tres días, cayó un camión en las vías del RER B, una línea de tren importantísima que cruza la región de París de norte a sur y que, entre otros lugares, lleva al aeropuerto Charles de Gaulle.

Por supuesto, tampoco hay que olvidar la amenaza terrorista. El despliegue de militares y gendarmes es enorme. Y se prepara un final de primavera y comienzo de verano muy movidito. Ya ha empezado el Roland Garros (mi admirado Nadal se ha retirado asi que no podrá lograr su décima copa en este torneo), pronto lo hará la Eurocopa (que tendrían que haber suspendido o trasladado), a continuación vendrá el Tour, durante el mismo tendrá lugar la celebración del 14 de julio con su tradicional desfile y sus fuegos artificiales...París y toda Francia tomada por el Ejército. Prefiero no pensar.

sábado, 21 de mayo de 2016

Huelga del 19 de mayo

Si ya había comentado que las diferentes manifestaciones y huelgas no me habían afectado demasiado, ésta que tuvo lugar el jueves 19 me causó un montón de problemas. En gare de l'est, los accesos a la línea 4 estaban cerrados así que decidí ir a gare du nord a coger el RER B pero había tanta gente que los operarios de SNCF no permitían bajar a las vías hasta que se fueran llenando los trenes que estaban allí. Cambio de planes. 

 Multitud deseosa de subir en un tren

Allí mismo, me subí a la línea 5 en la que íbamos todos como sardinas en lata hasta el final de trayecto, place d'Italie, donde cambié a la línea 6 puesto que aún me quedaba un buen trecho por recorrer hasta mi trabajo. Llegué por los pelos. 

 Cuando por la noche salí a cenar, la huelga todavía estaba allí

miércoles, 18 de mayo de 2016

La Declaración de la Renta

Hoy, 18 de mayo, es el último día para presentar la declaración de la renta en Francia pero no es una declaración como la que se puede hacer en España que uno solicita un borrador que ya contiene los datos fiscales y los corrige o añade la información que falta. Francia es el único país de Europa en el que no se practican retenciones mensuales sobre nóminas y otros ingresos del trabajo sino que el sueldo se cobra íntegro, con las únicas deducciones de la seguridad social, y al año siguiente se presenta la liquidación con todos los ingresos así como los gastos deducibles. De esta manera, hay que pagar lo que corresponda en diferido y en uno o varios plazos. Aunque siempre es mejor ahorrar y guardar el dinero para hacer frente a las obligaciones tributarias, hay personas que tienen que buscarse un trabajo extra o pedir un crédito para pagar los impuestos. Además el primer año que se presenta se debe descargar el formulario y cumplimentarlo a mano. Los que ya han presentado su declaración al menos una vez pueden descargar en internet el borrador de la correspondiente al ejercicio anterior y enviar el justificante firmado por correo o también se pueden validar las declaraciones directamente por internet. A partir de enero de 2017, se empezarán a realizar retenciones en los salarios de modo que será el último año en que se realizará el pago de este impuesto en diferido y se juntará la retención del año en curso con el pago de la liquidación del ejercicio anterior. Mucho me temo que será un año duro, con menos dinero disponible para la mayoría de la gente, contracción del consumo y agravamiento de la crisis. Lo siento, me sale la economista que llevo dentro.

 Centro de finanzas públicas 

 Papeles, papeles, papeles

viernes, 13 de mayo de 2016

Segundo moción de censura en un año

Parece que fue ayer cuando publiqué esto. Pues bien, quince meses después la historia se repite. El gobierno de Manuel Valls ha vuelto a emplear el artículo 49.3 de la Constitución francesa para evitar el debate parlamentario y sacar adelante una polémica ley, en este caso la reforma laboral, con la consiguiente oportunidad de la oposición de presentar una moción de censura en las siguientes 48 horas. Y, al igual que la vez anterior, la moción ha sido rechazada por la Asamblea. A pesar de las disputas internas dentro del grupo socialista, éste ha mantenido la disciplina de voto. De hecho, algunos diputados socialistas muy críticos con la ley argumentaron, en los últimos días, que estaban en contra del proyecto original pero que han quedado satisfechos con las modificaciones realizadas antes de su aprobación final. Otros, en cambio, intentaron presentar un texto alternativo al de la ministra Myriam El-Khomri pero no han conseguido el número de votos necesarios.

Toda la elaboración y discusión de la propuesta, ha estado acompañada de continuas protestas y manifestaciones además de una huelga general. Aunque los propios franceses dicen que el deporte nacional es la huelga, estas movilizaciones están superando lo esperado, no sólo en participación ciudadana, sino también en número de convocatorias así como en despliegue de fuerzas de seguridad. No ha sido difícil encontrar por el centro de la ciudad diferentes manifestaciones sectoriales aunque la aprobación definitiva de la ley no se producirá hasta dentro de unas semanas, después de pasar por el Senado y volver a la Asamblea, de modo que se han convocado nuevas movilizaciones el 17 y 19 de este mes.

Manifestaciones de ferroviarios cerca de la Grae de Montparnasse

domingo, 1 de mayo de 2016

Double Je: Informe de investigación

«He cometido un asesinato»- Es la mano derecha aún cubierta de sangre seca del artesano Ganel Todanais que se entrega a la policía. Son las 8:47 y sus manos tiemblan mientras confía a la joven teniente una daga de acero damasquino cuyo mango reproduce las vértebras de una serpiente. El extremo del filo lleva restos de las heridas de su rival, el célebre Natan de Galois, algunas de cuyas obras parecen inspiradas por las suyas... Una patrulla se apresura a ir al domicilio de la víctima. Pero no se encuentra el cuerpo.

El jueves 28 visité el Palais de Tokyo para ver Double Je, su última instalación de gran tamaño inspirada en la novela del mismo nombre de Franck Thilliez. A lo largo del recorrido, pasamos por el apartamento del artista Natan de Galois, su taller, su garaje, el laberinto, el taller de Todanais y una sala de cine. Enredos físicos, artísticos y policíacos para una obra colectiva multidisciplinar y con un importante contenido social. La Fundación Bettencourt Schueller patrocina este proyecto que pretende dar a conocer el trabajo de artesanos dedicados a oficios manuales que están desapareciendo. Aunque como ya comenté aquí la industria francesa es muy protectora con los empleos artesanos, el mundo industrializado y el alto coste de los trabajos manuales los está haciendo desaparecer. Por eso una posible salida laboral para el talento y la pulcritud de estos artesanos es su colaboración con los artistas conceptuales y proyectos de gran envergadura. Una treintena de profesionales, entre particulares y talleres, han participado en esta gran escenografía con los más variados oficios: desde cineastas hasta bordadoras pasando por alfareros, electricistas, litógrafos, encuadernadores, chapistas, decoradores, herreros, ebanistas, doradores.... cualquier oficio tradicional que uno pueda imaginar está aquí. Un cuadernillo llamado Informe de investigación nos va dando la información sobre los diferentes objetos que encontramos, su importancia en la trama de la novela y su ficha técnica así como los datos de su creador.


Imágenes del apartamento
 Una de las secciones del taller de Natan

 La moto en el garaje

 El Laberinto

El taller de Ganel

Toda este montaje ha sido concebido por la propia Fundación Bettencourt Schueller y ha sido coordinado por el comisario Jean de Loisy y su equipo. Aunque no suelo citar a los comisarios de las exposiciones, en este caso vale la pena. Además de la originalidad del proyecto (qué menos tratándose del Palais de Tokyo), destaca el detallismo, el cuidado y la posibilidad de que los visitantes formemos parte de la puesta en escena. Estamos visitando la escena del crimen: hay sábanas ensangrentadas, testigos métricos y cintas de acordonamiento de la policía científica. Nos podemos acercar a algunos de los objetos, tocarlos e incluso crearlos como una impresora en 3-D que forma jarroncitos con las ondas de nuestra voz. Double Je no sólo es sorprendente y diferente a otras exposiciones sino también muy divertida. Pero hay que darse prisa puesto que finaliza el 16 de mayo.

Informe de la Investigación (atención contiene spoilers)

viernes, 1 de abril de 2016

Seguimiento de la huelga general

Ayer, 31 de marzo, hubo una huelga general con desigual seguimiento dependiendo de los sectores económicos. La industria la ha seguido y algunos transportes, como el cercanías, también. No así el metro que funcionaba mejor que nunca, paradójicamente. Por el contrario, el sector servicios funcionaba bastante bien pero la Torre Eiffel (curiosamente era el aniversario de su inauguración) estuvo cerrada. Además, diluvió sobre París así que las manifestaciones programadas no fueron especialmente numerosas aunque sí se produjeron algunos disturbios. Por tanto, lo más reseñable es que ésta ha sido la primera huelga convocada en Francia en período de estado de urgencia, cuando se supone que están limitados algunos derechos públicos como el de reunión y manifestación o el de libre circulación. Aparte de los problemas en el tren de cercanías y algún otro incidene aislado, no tuve la sensación de haber vivido un día de huelga.

Los RER funcionaban uno de cada tres pero los metros iban perfectamente