sábado, 22 de septiembre de 2018

Jakuchu

Esta temporada que acaba de comenzar está dedicada a Japón. A lo largo de los próximo meses, tanto exposiciones como otras actividades tendrán como centro de atención el país del Sol naciente. 

Por el momento, uno de los eventos que ha causado más expectación es la exposición que el Petit Palais dedicada a Ito Jakuchu, importante pintor de la época Edo. La exposición fue inaugurada hace una semana por Su Alteza Imperial el príncipe Naruhito.

Dada la delicadeza de las piezas, una treintena de rollos de seda pintados, está prohibido hacer fotos. Pero os puedo asegurar que las obras son impresionantes: expuestas por primera vez en Europa y recientemente restauradas, la mayoría pertenecen a la colección de la Casa Imperial de Japón y han sido generosamente cedidas para esta muestra. 

El folleto

Las obras que aquí podemos ver pertenecen al ciclo Reino coleado de los seres vivos y fue un regalo del artista al monasterio Shokoku-ji de Kyoto en el que todavía se encuentran y la Tríada de Sakyamuni, conservada también en el mismo templo y que ofrece tres imágenes del Buda Sakyamuni, el último de los Budas para los seguidores de esta religión. Esto significa que las obras están expuestas tal y como se ven en el monasterio, un privilegio que yo he tenido la suerte de disfrutar.

Los magníficos rollos que componen la colección son un gran ejemplo de la técnica llamada urazaishiki que consiste en colorear el reverso de la tela para obtener más o menos intensidad en el color. El dominio de la misma junto con la originalidad de las formas y el agudo sentido de la observación son las características más importantes de su arte. La temática es la naturaleza en todas sus formas: animales acuáticos, pájaros, mariposas, árboles, flores, piedras, ríos, lagos... algo que me llamó especialmente la atención es que hay notas de colores vivos que destacan sobre los diferentes elementos en tonos neutros. Sin duda, Jakuchu tenía una gran capacidad para la retención de imágenes como demuestran las pinturas de animales en movimiento. Por desgracia, su taller se quemó cuando él tenía 40 años así que no sabemos exactamente cómo preparaba sus obras, quizá con bocetos, pero la maestría al representar objetos muy pequeños como los pétalos de las flores o las motas de las alas de mariposa. 

El artista

Sin duda, una oportunidad única para ver unas obras que ni los propios japoneses tienen oportunidad de ver. Sólo hasta el 14 de octubre.

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