Casi tres años en París y aún no había estado en los parques Disney. Es una deuda que tenía y que se ha saldado parcialmente porque en un solo día y, además festivo, no da tiempo a verlo todo. Una amiga muy especial, llamada Nani, que tiene un pase anual me invitó y tuve que aprovecharlo y, para ello, sólo me pidió un favor: la receta de rosquillas de anís de mi madre.
No puedo contar nada de los parques Disney que no sepáis. Todo es perfecto: la decoración, las flores y plantas, las atracciones, el personal que es maravilloso y supersimpático, el recorrido... el único pero que se puede poner es la comida, que es toda industrial y bastante mala, incluída la de los restaurantes más serios.
Os dejo con las imágenes.
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sábado, 10 de junio de 2017
jueves, 9 de marzo de 2017
Eterno retorno
El final del invierno está resultando muy interesante. No duermo nada porque vivo un poco lejos de mi trabajo así que, durante el trayecto, leo libros que voy sacando de la biblioteca: a pesar de la pésima impresión que me dejó el último libro de Jean Teulé, le he dado otra oportunidad por consejo de una amiga que me recomendó éste que acabo de leer: Mangez-le si vous voulez, la historia de Alain de Monéys, un joven que se había enrolado en el Ejército para defender a su país en la guerra franco-prusiana y que, por una confusión, acaba linchado, torturado, quemado vivo y comido por una multitud fuera de sí. El libro se deja leer pero tampoco me ha encantado y, además, no aprovecha la situación de histeria colectiva que se vivía en Francia durante aquella guerra para profundizar en los motivos de por qué Francia perdía batalla tras batalla ni cómo la población se iba desmoralizando conforme eran conscientes de la situación. Al igual que en Héloïse, ouille!, la obra se queda en una sucesión de anécdotas, descripciones morbosas y un hecho aislado contado de forma superficial y sin referencias al contexto histórico. No está mal pero podría haber sido mucho mejor: al igual que la otra vez, tengo la sensación de no haber leído una obra literaria sino un cotilleo.
A veces, tengo la sensación de que algunos elementos vuelven a mi mente y llaman mi atención como la primera vez. Esta historia de la guerra franco-prusiana que acabó con el Segundo Imperio francés, la Comuna y el proceso de autodestrucción que la siguió aparece en todas partes. Es un tema cuyas repercusiones todavía se viven hoy en día y que está plasmado en muchos rincones de París. Aquella guerra, en la que los prusianos acabaron desfilando por París, secuestrando al emperador Napoleón III e instalándose en Versalles, produjo un sentimiento de impotencia y rechazo a Alemania que fue el germen de la Primera Guerra Mundial y ésta, a su vez, de la Segunda. De hecho, ya hablé aquí ligeramente de la historia de la Comuna y del motivo por el que se construyó el Sacré-Coeur. Un amigo francés que vive a caballo entre Francia y España me lo definió como el Valle de los Caídos francés. Y, cada cierto tiempo, aparecen informaciones en la prensa de iniciativas para demolir el Sacré-Coeur. A pesar de su gran interés turístico, la historia que hay detrás es escandalosa: es un monumento al régimen que sofocó una iniciativa popular y que acabó con la vida de 50.000 personas inocentes cuyo único crímen fue oponerse a los asfixiantes impuestos para pagar la liberación de París. Es una historia tan compleja que creo que le debo un artículo en profundidad.
Y en ese trayecto tan largo hasta mi trabajo, me he llevado una agradable sorpresa cuando he visto en el metro los carteles de la película Paula que cuenta la vida de Paula Modersohn-Becker, admirable pintora cuya exposición visité hace unos meses. Una vida interesante pero demasiado breve. Si consigo encontrar un rato libre, me gustaría verla.
Recordemos que esta exposición se celebró en el Museo de Arte Moderno, lugar que ha vuelto a la actualidad y no por su actividad. Ya os hablé en esta entrada de que este Museo fue objeto de un robo en el que un hombre enmascarado se llevó cinco importantísimas obras de grandes maestros. Las alarmas no sonaron y el ladrón pudo completar el robo con toda tranquilidad, tanta, que se tomó el tiempo de sacar los lienzos de los marcos para transportar las piezas más cómodamente. Pues bien, después de casi siete años de pesquisas policiales infructuosas, el ladrón confesó su crimen. Vjeran Tomic, llamado Spiderman por su habilidad para escalar paredes, ha contado toda la historia del robo no sólo al tribunal sino también a la prensa. En esta entrevista emitida por la cadena de televisión France 2, Tomic cuenta cómo procedió aquella noche. Primero, levantó los cristales de una ventana ya que estaban colocados a la antigua, es decir, los cristales encajados en un hueco del marco y sujetos con tornillos y no sellados a éste como ahora; a continuación, abrió una verja con unos alicates y entró. Como no sonaron las alarmas, que llevaban dos meses fuera de servicio, se llevó los cinco lienzos.
Después del robo, el director del Museo declaró que los ladrones eran idiotas porque esas obras son invendibles. En fin, tampoco hace falta ser un lince para darse cuenta de que si se habían robado es porque ya estaban vendidas de antemano. En efecto, Tomic ha declarado que su objetivo era llevarse el cuadro Naturaleza muerta con candelabro de Léger para un comprador saudí anónimo pero, una vez dentro, se apropió de cuatro más y, en concreto, de La Pastoral de Matisse, obra de la que se enamoró en cuanto la vio. Recibió el encargo a través del anticuario Jean-Michel Corvez y contó con la ayuda de Yonathan Birn, relojero, quien se ocupó de la receptación y fue la persona que sugirió el robo de Mujer con abanico de Modigliani, otro de los cuadros robados. De propina, cayeron también La paloma con guisantes de Picasso y El olivo cerca de l'Estaque de Braque. Por mucho juicio y condena que haya habido, lo más importante es que las obras son irrecuperables: nadie sabe dónde están, ni siquiera, los propios ladrones. Además de un robo al patrimonio de la ciudad de París, propietaria de las obras, es también un hurto a los amantes del Arte contemporáneo que ya no podremos disfrutar de la contemplación de estas pinturas.
El libro en cuestión
A veces, tengo la sensación de que algunos elementos vuelven a mi mente y llaman mi atención como la primera vez. Esta historia de la guerra franco-prusiana que acabó con el Segundo Imperio francés, la Comuna y el proceso de autodestrucción que la siguió aparece en todas partes. Es un tema cuyas repercusiones todavía se viven hoy en día y que está plasmado en muchos rincones de París. Aquella guerra, en la que los prusianos acabaron desfilando por París, secuestrando al emperador Napoleón III e instalándose en Versalles, produjo un sentimiento de impotencia y rechazo a Alemania que fue el germen de la Primera Guerra Mundial y ésta, a su vez, de la Segunda. De hecho, ya hablé aquí ligeramente de la historia de la Comuna y del motivo por el que se construyó el Sacré-Coeur. Un amigo francés que vive a caballo entre Francia y España me lo definió como el Valle de los Caídos francés. Y, cada cierto tiempo, aparecen informaciones en la prensa de iniciativas para demolir el Sacré-Coeur. A pesar de su gran interés turístico, la historia que hay detrás es escandalosa: es un monumento al régimen que sofocó una iniciativa popular y que acabó con la vida de 50.000 personas inocentes cuyo único crímen fue oponerse a los asfixiantes impuestos para pagar la liberación de París. Es una historia tan compleja que creo que le debo un artículo en profundidad.
Y en ese trayecto tan largo hasta mi trabajo, me he llevado una agradable sorpresa cuando he visto en el metro los carteles de la película Paula que cuenta la vida de Paula Modersohn-Becker, admirable pintora cuya exposición visité hace unos meses. Una vida interesante pero demasiado breve. Si consigo encontrar un rato libre, me gustaría verla.
Cartel de la película
Aspecto de las ventanas del Museo
Después del robo, el director del Museo declaró que los ladrones eran idiotas porque esas obras son invendibles. En fin, tampoco hace falta ser un lince para darse cuenta de que si se habían robado es porque ya estaban vendidas de antemano. En efecto, Tomic ha declarado que su objetivo era llevarse el cuadro Naturaleza muerta con candelabro de Léger para un comprador saudí anónimo pero, una vez dentro, se apropió de cuatro más y, en concreto, de La Pastoral de Matisse, obra de la que se enamoró en cuanto la vio. Recibió el encargo a través del anticuario Jean-Michel Corvez y contó con la ayuda de Yonathan Birn, relojero, quien se ocupó de la receptación y fue la persona que sugirió el robo de Mujer con abanico de Modigliani, otro de los cuadros robados. De propina, cayeron también La paloma con guisantes de Picasso y El olivo cerca de l'Estaque de Braque. Por mucho juicio y condena que haya habido, lo más importante es que las obras son irrecuperables: nadie sabe dónde están, ni siquiera, los propios ladrones. Además de un robo al patrimonio de la ciudad de París, propietaria de las obras, es también un hurto a los amantes del Arte contemporáneo que ya no podremos disfrutar de la contemplación de estas pinturas.
jueves, 2 de febrero de 2017
Presuntas culpables
Me ha resultado muy interesante la exposición de los Archivos Nacionales sobre los procesos judiciales e inquisitoriales a mujeres. Se parte de la base de que muchos de ellos eran exclusivos de mujeres: se las acusaba de delitos específicos que no existían para los hombres y se las interrogaba, torturaba y condenaba de una manera especialmente humillante. El recorrido está organizado de forma cronológica y dividido en cinco secciones. Por desgracia, no se pueden hacer fotos pero hay tan poca luz que, igualmente, no habría podido publicarlas.
En primer lugar, encontramos los procesos de brujería. Hay varias actas de la Inquisición en francés antiguo y en unas pantallas aparece la traducción al francés moderno. También está los interrogatorios de Juana de Arco quien fue capturada por los borgoñones, enemigos del rey de Francia, y quemada viva por hereje. En muchas ocasiones, hay testimonios de los vecinos que acusaban a estas pobres mujeres de aquelarres, relaciones sexuales con demonios, canibalismo de niños y otras locuras con la intención de apropiarse de sus bienes ya que los delatores recibían como compensación una parte de los bienes confiscados a las víctimas. En algunos casos, las mujeres acusadas de brujería tan sólo eran las matronas de su pueblo o ciudad de modo que ayudaban en los embarazos y partos pero también practicaban abortos. Muchas veces el poder político no veía con buenos ojos estas actividades, sobre todo, en período de guerra o postguerra en que era deseable un incremento de la natalidad. De esta manera, en algunos países como Francia, la persecución de estas mujeres fue cuestión de Estado y la acusación de brujería, la excusa recurrente para eliminarlas. Hay descripciones de los interrogatorios y de las torturas sufridas por las acusadas y también la explicación de una práctica vejatoria que era la búsqueda de la marca del diablo. Para ello, un tribunal compuesto exclusivamente por hombres, las obligaba a desnudarse, las depilaba y rapaba la cabeza y las examinaba concienzudamente. Algunas víctimas de esta práctica explicaban que habían sufrido tocamientos, mordiscos y otros actos de abuso sexual.
La siguiente sección trata de las envenenadoras. El asesinato por este método eminente femenino era condenado con mucha más dureza que la violencia masculina porque el envenenamiento conlleva premeditación mientras que una muerte por agresión puede ser espontánea. Yo sabía que el veneno era usado por las mujeres por su debilidad física mientras que en la exposición se hace hincapié en que se consideraba un ejemplo de inferioridad moral de la mujer: se decía que los hombres hacían correr la sangre pero las mujeres la corrompían. Nuevamente, vemos varias actas de interrogatorios y archivos policiales en que se acusa a la mujer de muertes de familiares. En algunos casos, puede ser cierto el asesinato pero en otros es difícil saberlo. En épocas con condiciones higiénicas inexistentes, enfermedades desconocidas, utilización de productos tóxicos sin ningún control y sin medios de investigación forenses como los de ahora, me temo que muchas fueron acusadas falsamente y condenadas sin pruebas.
Continuamos en la exposición con otro delito femenino: los infanticidios. En esta parte, aparecen varios documentos que nos explican que algunas mujeres ocultaban los embarazos y partos por miedo a la condena social ya que habían quedado encinta a causa de una violación o un incesto. La mayoría de estas chicas eran pobres y analfabetas y la sociedad las consideraba culpables de la situación. A veces, se intentaba practicar un aborto pero no siempre era fácil encontrar quien lo realizara con garantías: muchas de ellas morían en la intervención. Vemos en esta sección un edicto de 1556 por el que se obligaba a las mujeres a declarar el embarazo y el parto lo que llevó a muchas, de nuevo, a esconderse. Se produjeron partos clandestinos en soledad, con las complicaciones de salud que eso puede tener para la madre y el bebé, así como abortos y abandonos.
La siguiente sección está dedicada a las petroleuses. Éste es el nombre que recibieron las defensoras de la Comuna porque empleaban petróleo para provocar incendios. Al tratarse de un período más reciente, además de las actas policiales y judiciales, vemos también fotografías de estas chicas que aparecen vestidas como hombres. Un total de 1051 comuneras fueron detenidas y procesadas. Sus condenas fueron similares a las de los hombres pero disfrutaron de menos derechos procesales y tuvieron que responder a preguntas de su vida íntima, lo que no ocurría con sus compañeros de lucha. Destaca entre ellas, Louise Michel, llamada la virgen roja, que tiene una plaza dedicada en Montmartre.
Los interrogatorios sobre la vida privada también fueron una constante para las mujeres que aparecen reflejadas en la última parte de la exposición: las traidoras de la II Guerra Mundial. Lo de traidor ya es de por sí un concepto muy ambiguo porque recordemos, como ya vimos aquí, que los franceses entregaron su país a la Wehrmacht así que traidor podría ser cualquiera que tuviera el más mínimo contacto con los alemanes en una Francia que estaba ocupada por ellos. De nuevo, las mujeres sufrieron una situación que no padecieron los hombres: fueron interrogadas sobre aspectos de su vida privada como sus relaciones afectivas y sexuales, sus sentimientos, su familia... de tal modo que el 26% de colaboradores condenados fueron mujeres cuando, normalmente, sólo entre el 5 y el 10% de los delitos eran cometidos por ellas. A veces, estas mujeres entraban en relación personal, amistosa o amorosa, con los alemanes para obtener ciertas ventajas materiales ya que los miembros del Ejército del Reich disfrutaban de unas comodidades (comida, calefacción, ropa...) impensables para el resto. Otras veces se trataba de meros intercambios comerciales: vemos un acta de procesamiento de una mujer condenada por haber vendido cinco jerseys de lana que ella misma había tricotado a unos soldados alemanes. En otros casos, sí hubo una verdadera colaboración política como delaciones de resistentes o delincuentes. Una vez acabada la guerra, las sospechosas de colaboración fueron sometidas a la tonte, literalmente, al esquilado. Se les rapaba la cabeza en la vía pública entre insultos y gritos. Era una forma de castigo social pero muchas de las mujeres que sufrieron la decalvación luego no fueron condenadas por ningún tribunal legal así que, nuevamente, el castigo y la humillación pública a las mujeres era un chivo expiatorio que no sufrían los hombres. Aparecen en esta sección las actas de los procesos a las artistas Arletty y Corinne Luchaire. La primera participó en varias películas alemanas ambientadas en el París ocupado y vivió un romance con un oficial del Reich en la vida real. En su defensa dijo: "Mi corazón es francés pero mi culo es internacional". A pesar de la ocurrencia, la actriz nacida en Courbevoie, pasó un breve período en la cárcel y después en libertad vigilada. La segunda, había pasado buena parte de su infancia en Alemania y pertenecía a un familia colaboracionista, de hecho, su padre fue condenado a muerte y fusilado por este hecho y varios miembros de su familia estuvieron en prisión después de la contienda. Ella misma fue encarcelada y moriría poco después de la tuberculosis que padecía desde joven.
Cartel de la exposición
En primer lugar, encontramos los procesos de brujería. Hay varias actas de la Inquisición en francés antiguo y en unas pantallas aparece la traducción al francés moderno. También está los interrogatorios de Juana de Arco quien fue capturada por los borgoñones, enemigos del rey de Francia, y quemada viva por hereje. En muchas ocasiones, hay testimonios de los vecinos que acusaban a estas pobres mujeres de aquelarres, relaciones sexuales con demonios, canibalismo de niños y otras locuras con la intención de apropiarse de sus bienes ya que los delatores recibían como compensación una parte de los bienes confiscados a las víctimas. En algunos casos, las mujeres acusadas de brujería tan sólo eran las matronas de su pueblo o ciudad de modo que ayudaban en los embarazos y partos pero también practicaban abortos. Muchas veces el poder político no veía con buenos ojos estas actividades, sobre todo, en período de guerra o postguerra en que era deseable un incremento de la natalidad. De esta manera, en algunos países como Francia, la persecución de estas mujeres fue cuestión de Estado y la acusación de brujería, la excusa recurrente para eliminarlas. Hay descripciones de los interrogatorios y de las torturas sufridas por las acusadas y también la explicación de una práctica vejatoria que era la búsqueda de la marca del diablo. Para ello, un tribunal compuesto exclusivamente por hombres, las obligaba a desnudarse, las depilaba y rapaba la cabeza y las examinaba concienzudamente. Algunas víctimas de esta práctica explicaban que habían sufrido tocamientos, mordiscos y otros actos de abuso sexual.
La siguiente sección trata de las envenenadoras. El asesinato por este método eminente femenino era condenado con mucha más dureza que la violencia masculina porque el envenenamiento conlleva premeditación mientras que una muerte por agresión puede ser espontánea. Yo sabía que el veneno era usado por las mujeres por su debilidad física mientras que en la exposición se hace hincapié en que se consideraba un ejemplo de inferioridad moral de la mujer: se decía que los hombres hacían correr la sangre pero las mujeres la corrompían. Nuevamente, vemos varias actas de interrogatorios y archivos policiales en que se acusa a la mujer de muertes de familiares. En algunos casos, puede ser cierto el asesinato pero en otros es difícil saberlo. En épocas con condiciones higiénicas inexistentes, enfermedades desconocidas, utilización de productos tóxicos sin ningún control y sin medios de investigación forenses como los de ahora, me temo que muchas fueron acusadas falsamente y condenadas sin pruebas.
Continuamos en la exposición con otro delito femenino: los infanticidios. En esta parte, aparecen varios documentos que nos explican que algunas mujeres ocultaban los embarazos y partos por miedo a la condena social ya que habían quedado encinta a causa de una violación o un incesto. La mayoría de estas chicas eran pobres y analfabetas y la sociedad las consideraba culpables de la situación. A veces, se intentaba practicar un aborto pero no siempre era fácil encontrar quien lo realizara con garantías: muchas de ellas morían en la intervención. Vemos en esta sección un edicto de 1556 por el que se obligaba a las mujeres a declarar el embarazo y el parto lo que llevó a muchas, de nuevo, a esconderse. Se produjeron partos clandestinos en soledad, con las complicaciones de salud que eso puede tener para la madre y el bebé, así como abortos y abandonos.
La siguiente sección está dedicada a las petroleuses. Éste es el nombre que recibieron las defensoras de la Comuna porque empleaban petróleo para provocar incendios. Al tratarse de un período más reciente, además de las actas policiales y judiciales, vemos también fotografías de estas chicas que aparecen vestidas como hombres. Un total de 1051 comuneras fueron detenidas y procesadas. Sus condenas fueron similares a las de los hombres pero disfrutaron de menos derechos procesales y tuvieron que responder a preguntas de su vida íntima, lo que no ocurría con sus compañeros de lucha. Destaca entre ellas, Louise Michel, llamada la virgen roja, que tiene una plaza dedicada en Montmartre.
Los interrogatorios sobre la vida privada también fueron una constante para las mujeres que aparecen reflejadas en la última parte de la exposición: las traidoras de la II Guerra Mundial. Lo de traidor ya es de por sí un concepto muy ambiguo porque recordemos, como ya vimos aquí, que los franceses entregaron su país a la Wehrmacht así que traidor podría ser cualquiera que tuviera el más mínimo contacto con los alemanes en una Francia que estaba ocupada por ellos. De nuevo, las mujeres sufrieron una situación que no padecieron los hombres: fueron interrogadas sobre aspectos de su vida privada como sus relaciones afectivas y sexuales, sus sentimientos, su familia... de tal modo que el 26% de colaboradores condenados fueron mujeres cuando, normalmente, sólo entre el 5 y el 10% de los delitos eran cometidos por ellas. A veces, estas mujeres entraban en relación personal, amistosa o amorosa, con los alemanes para obtener ciertas ventajas materiales ya que los miembros del Ejército del Reich disfrutaban de unas comodidades (comida, calefacción, ropa...) impensables para el resto. Otras veces se trataba de meros intercambios comerciales: vemos un acta de procesamiento de una mujer condenada por haber vendido cinco jerseys de lana que ella misma había tricotado a unos soldados alemanes. En otros casos, sí hubo una verdadera colaboración política como delaciones de resistentes o delincuentes. Una vez acabada la guerra, las sospechosas de colaboración fueron sometidas a la tonte, literalmente, al esquilado. Se les rapaba la cabeza en la vía pública entre insultos y gritos. Era una forma de castigo social pero muchas de las mujeres que sufrieron la decalvación luego no fueron condenadas por ningún tribunal legal así que, nuevamente, el castigo y la humillación pública a las mujeres era un chivo expiatorio que no sufrían los hombres. Aparecen en esta sección las actas de los procesos a las artistas Arletty y Corinne Luchaire. La primera participó en varias películas alemanas ambientadas en el París ocupado y vivió un romance con un oficial del Reich en la vida real. En su defensa dijo: "Mi corazón es francés pero mi culo es internacional". A pesar de la ocurrencia, la actriz nacida en Courbevoie, pasó un breve período en la cárcel y después en libertad vigilada. La segunda, había pasado buena parte de su infancia en Alemania y pertenecía a un familia colaboracionista, de hecho, su padre fue condenado a muerte y fusilado por este hecho y varios miembros de su familia estuvieron en prisión después de la contienda. Ella misma fue encarcelada y moriría poco después de la tuberculosis que padecía desde joven.
viernes, 6 de enero de 2017
Avedon en la BNF
Muchos meses antes de que se inaugurara esta exposición, yo ya quería verla y, como soy socia de la Biblioteca Nacional desde hace dos años, tengo la entrada gratis a sus exposiciones. Se trata de una retrospectiva del trabajo de Avedon, principalmente, el desarrollado en Francia.
El recorrido empieza con una sala con enormes fotografías de la película Funny Face (Una cara con ángel en España) de la que fue consultor visual y gracias a la que nos dejó un montón de preciosas fotografías protagonizadas por Audrey Hepburn y realizadas en algunos de los sitios más icónicos de París: el Arco del Carrousel, la Ópera de París, el Louvre...
En otras salas, hay imágenes del mundo de la moda y el diseño como posados de modelos con impresionantes vestidos de Dior o Givenchy o fotografías de desfiles y editoriales de moda así como retratos de personalidades importantes como la supermodelo de la época, Suzy Parker, o la directora de la revista Harper's Bazaar, Carmel Snow. Precisamente para esta revista, Avedon realizó algunas de sus más celebradas colaboraciones. Aquí vemos fotografías de reportajes y campañas de publicidad para las marcas de moda, cosmética y perfumería del momento: elegantes, vistosas, impactantes... con una clase y un encanto que, por desgracia, se han perdido.
Continuando la visita, hay una enorme sala de retratos en blanco y negro de ilustres franceses y extranjeros residentes en el país como Coco Chanel, Pablo Picasso, Rudolf Nuyerev (completamente desnudo y en plano frontal), Jeanne Moreau, Marguerite Duras o Catherine Deneuve. A continuación, hay otra sala en la que se aprecia el trabajo de Avedon como productor y asesor para el libro de su colega Lartigue. Para completar la exposición, aparecen algunas de las mejores portadas de la revista Egoïste para la cual trabajó en los años 80 y que le devolvió la inspiración que creía perdida. En ellas, se muestra una imagen más profunda e introspectiva de los personajes fotografiados.
El recorrido empieza con una sala con enormes fotografías de la película Funny Face (Una cara con ángel en España) de la que fue consultor visual y gracias a la que nos dejó un montón de preciosas fotografías protagonizadas por Audrey Hepburn y realizadas en algunos de los sitios más icónicos de París: el Arco del Carrousel, la Ópera de París, el Louvre...
En otras salas, hay imágenes del mundo de la moda y el diseño como posados de modelos con impresionantes vestidos de Dior o Givenchy o fotografías de desfiles y editoriales de moda así como retratos de personalidades importantes como la supermodelo de la época, Suzy Parker, o la directora de la revista Harper's Bazaar, Carmel Snow. Precisamente para esta revista, Avedon realizó algunas de sus más celebradas colaboraciones. Aquí vemos fotografías de reportajes y campañas de publicidad para las marcas de moda, cosmética y perfumería del momento: elegantes, vistosas, impactantes... con una clase y un encanto que, por desgracia, se han perdido.
Continuando la visita, hay una enorme sala de retratos en blanco y negro de ilustres franceses y extranjeros residentes en el país como Coco Chanel, Pablo Picasso, Rudolf Nuyerev (completamente desnudo y en plano frontal), Jeanne Moreau, Marguerite Duras o Catherine Deneuve. A continuación, hay otra sala en la que se aprecia el trabajo de Avedon como productor y asesor para el libro de su colega Lartigue. Para completar la exposición, aparecen algunas de las mejores portadas de la revista Egoïste para la cual trabajó en los años 80 y que le devolvió la inspiración que creía perdida. En ellas, se muestra una imagen más profunda e introspectiva de los personajes fotografiados.
Folleto de la exposición
Ejemplares de la revista Harper's Bazaar
martes, 3 de enero de 2017
La gilipollas que está de moda
No veo mucho la tele pero sé que están reponiendo un programa muy divertido llamado La Connasse, que podríamos traducir como La Gilipollas. Se trata de un programa de cámara oculta en el que una actriz llamada Camille Cottin gasta bromas a la gente pero son bromas divertidas, sin insultar ni humillar, sino simplemente comportándose de forma inesperada y sorprendente. Las propias víctimas del programa acaban muertas de risa. Connasse es el femenino de connard pero, a diferencia de éste, connasse ha pasado de ser un insulto a ser una palabra utilizada voluntariamente, algo muy común en Francia donde los insultos se acaban convirtiendo en marcas de identidad reivindicadas por quienes los reciben como ocurrió con impresionista o bobo (bohemio-burgués).
Cottin era profesora de inglés en un instituto pero siempre sintió una gran atracción por la interpretación, el teatro y la danza de manera que, en sus ratos libres, se formaba como actriz. Después de algunos trabajillos como aficionada, el salto a profesional le vino gracias a La Troupe à Palmade en 2009. Esta compañía, fundada por Pierre Palmade, uno de los cómicos más famosos de Francia, sirve de formación y trampolín profesional a muchos jóvenes actores y se caracteriza por la representación de comedias frescas, desenfadadas y de temas de actualidad.
De ahí, dio el salto a su programa de la tele en 2013. Algunas de sus gamberradas se hicieron muy famosas como cuando intentó encontrarse con el Príncipe Harry en Londres. Canal +, la cadena que emitía el programa, aprovechó el tirón y grabó dos películas sobre estas anécdotas. El éxito sigue sonriendo a Cottin que acaba de estrenar una película como protagonista llamada Cigarettes et chocolat chaud y ha puesto su voz al personaje principal de la peli de dibujos Ballerina. Sin duda, la connasse está de moda.
Cottin era profesora de inglés en un instituto pero siempre sintió una gran atracción por la interpretación, el teatro y la danza de manera que, en sus ratos libres, se formaba como actriz. Después de algunos trabajillos como aficionada, el salto a profesional le vino gracias a La Troupe à Palmade en 2009. Esta compañía, fundada por Pierre Palmade, uno de los cómicos más famosos de Francia, sirve de formación y trampolín profesional a muchos jóvenes actores y se caracteriza por la representación de comedias frescas, desenfadadas y de temas de actualidad.
De ahí, dio el salto a su programa de la tele en 2013. Algunas de sus gamberradas se hicieron muy famosas como cuando intentó encontrarse con el Príncipe Harry en Londres. Canal +, la cadena que emitía el programa, aprovechó el tirón y grabó dos películas sobre estas anécdotas. El éxito sigue sonriendo a Cottin que acaba de estrenar una película como protagonista llamada Cigarettes et chocolat chaud y ha puesto su voz al personaje principal de la peli de dibujos Ballerina. Sin duda, la connasse está de moda.
Cartel de la película
Cartel de Ballerina
miércoles, 23 de diciembre de 2015
Los galácticos escaparates de Navidad I
Como dijo Andy Warhol: "Todos los grandes almacenes se convertirán en museos y todos los museos se convertirán en grandes almacenes". De hecho, cada vez que visito el Louvre me acuerdo de esta frase porque nunca sé dónde termina el centro comercial y empieza el museo y viceversa. Este año, las grandes galerías del Boulevard Haussmann se han rendido a Star Wars, el súper estreno de la temporada. Pero no sólo para la venta de juguetes y otros objetos relacionados con la saga galáctica sino también en su decoración navideña que parece venir del espacio.
Este año, el árbol que cuelga de la cúpula de las Galerías Lafayette no está del revés como el del año pasado
Los escaparates muestran seres robotizados, nubes y muchas estrellas
Y hablando de estrellas, yo ya vi la nueva entrega de Star Wars, antes de que se estrenara en el resto del mundo. Como seguidora de la saga que se conoce los diálogos de la primera trilogía (episodios IV, V y VI) de memoria, me sentí defraudada, engañada, estafada y todos los adjetivos que queráis añadir cuando vi la primera película de la nueva trilogía el año 1.999. No mejoró mi opinión con la segunda entrega pero remontó ligeramente en la tercera que ya no fue una soberana tontería a pesar de que el nivel seguía siendo muy bajo y había errores de bulto en la trama. Pues bien, este séptimo capítulo de la galaxia muy, muy lejana me ha dejado un sabor de boca mucho mejor. Cierto que mis expectativas no eran muy altas tratándose de una producción de Disney con dirección y dramaturgia de J.J. Abrams, también conocido como J.J. Lost. Afortunadamente, la película está bien; no está dirigida a niños lobotomizados como el episodio I y los personajes tienen gancho, lástima que algunos estén tan mal interpretados. En fin, las actuaciones siempre han sido el punto débil de estas superproducciones. Me dio ternura reencontrarme con viejos amigos como Luke, Leia y Han Solo y conocí otros que me gustaron más o menos. Los efectos especiales fueron espectaculares (además vi la película en 3D así que resultaron más impresionantes todavía), la historia tenía algunas lagunas y algunas situaciones bastante increíbles, algunos personajes carecen de interés o personalidad propia y el folletín familiar se complica tanto que haría las delicias de Freud. Pero me gustó. Me lo pasé bien y eso es mucho más de lo que puedo decir de las últimas tres películas.
martes, 8 de diciembre de 2015
Star Wars: ya falta poco
Llevamos más de un mes con publicidad, eventos públicos (algunos cancelados después de los atentados) y ahora han llegado los escaparates. El estreno de la película que abre la tercera y última trilogía de Star Wars será todo un acontecimiento y la maquinaria publicitaria está invadiendo París desde hace semanas. Esto sí que es una conquista espacial y lo demás son tonterías. Y es que París será la ciudad elegida para el estreno mundial. Mientras en EE.UU. y otros países como España el estreno tendrá lugar el día 18, en París podremos verla a partir del 16. Espero estar allí para verlo y para contarlo aquí en este blog que tantas alegrías me está dando. Ésta es mi entrada número 200 así que también es un gran evento para mí. No imaginé cuando empecé con esta aventura del blog que llegaría hasta aquí. Pero estoy encantada y espero continuar con, al menos otras doscientas entradas más. Que la Fuerza nos acompañe a todos.
Las jugueterías están llenas de personajes de la saga galáctica
Hay tanta policía y militares por París que, cualquier día, vemos a estos patrullando
Éste ¿quién es?
Parece que en la tercera trilogía habrá más personajes femeninos pero seguirán llevando peinados y estilismos imposibles
No sólo los grandes almacenes se han llenado de material de Star Wars, previo pago obviamente. Por esto, la decoración espontánea y voluntaria de esta pequeña tienda de lanas tiene más mérito. Os invito a que busquéis los guiños a la saga
jueves, 19 de noviembre de 2015
Vuelta a la vida nocturna en París (aunque no a la normalidad)
Intensa noche la que pasamos mis amigos y yo el martes. Para recuperar la actividad nocturna en la ciudad, la guía Le Fooding propuso el día 17 como la noche del bistrot o, lo que es lo mismo, la noche para salir a cenar fuera. Los restaurantes parisinos aceptaron la idea de buen grado ya que la vida debe continuar y los ciudadanos, recuperar un poco la normalidad. Dado que varios atentados se produjeron en restaurantes y bares, esta iniciativa se alza también como un acto de homenaje a las víctimas, de solidaridad con el sector hostelero y de reinicio de la vida nocturna de París después de un par de días en que no hemos podido ni salir de casa.
La tarde empezó con un cine. Fuimos a ver una película que, precisamente, trata el mundo de la restauración: Burnt, aquí llamada À vif!. Como es imposible ver esa película sin sentir hambre, ya que cuenta la historia de un cocinero y su equipo y la mayor parte de las escenas muestran la preparación y restauración de platos, decidimos ir a algún local de la zona de Grands Boulevards y nos decidimos a entrar en una taberna llamada James Hetfeeld's Pub donde tomamos unas pintas y comimos hamburguesas, patatas fritas y aros de cebolla. Además, vimos el partido de fútbol amistoso entre Inglaterra y Francia que acabó con victoria para los primeros. No se puede tener una noche más hostelera. Ni más patriótica. A pesar de perder y de no jugar demasiado bien, el público allí reunido no dejó de animar ni de cantar, De hecho, se cantó La Marsellesa varias veces antes de que terminara el partido y otra vez más al finalizar. Bonita noche si no fuera porque otra vez no pude dormir. El ruido de los helicópteros y las sirenas me lo impidió pues, mientras yo estaba tranquilamente en casa, en otro lugar la Policía detenía a varias personas relacionadas con los atentados del viernes. Todos los inconvenientes que estamos sufriendo en el transporte y en nuestra vida cotidiana no son nada en comparación con el riesgo que corremos. Pero no hay que amilanarse. Quedarse en casa sería lo peor para nuestras vidas y para la economía de la ciudad, basada en gran medida en el ocio y el turismo. Además de que sería nuestra pequeña venganza contra los terroristas, que han calificado de ateos, apóstatas y cosas semejantes a la gente que estaba tranquilamente disfrutando la noche del viernes: les molesta que disfrutemos de la vida. Por eso, hay que salir y disfrutar y que rabien los amargados y sectarios.
La tarde empezó con un cine. Fuimos a ver una película que, precisamente, trata el mundo de la restauración: Burnt, aquí llamada À vif!. Como es imposible ver esa película sin sentir hambre, ya que cuenta la historia de un cocinero y su equipo y la mayor parte de las escenas muestran la preparación y restauración de platos, decidimos ir a algún local de la zona de Grands Boulevards y nos decidimos a entrar en una taberna llamada James Hetfeeld's Pub donde tomamos unas pintas y comimos hamburguesas, patatas fritas y aros de cebolla. Además, vimos el partido de fútbol amistoso entre Inglaterra y Francia que acabó con victoria para los primeros. No se puede tener una noche más hostelera. Ni más patriótica. A pesar de perder y de no jugar demasiado bien, el público allí reunido no dejó de animar ni de cantar, De hecho, se cantó La Marsellesa varias veces antes de que terminara el partido y otra vez más al finalizar. Bonita noche si no fuera porque otra vez no pude dormir. El ruido de los helicópteros y las sirenas me lo impidió pues, mientras yo estaba tranquilamente en casa, en otro lugar la Policía detenía a varias personas relacionadas con los atentados del viernes. Todos los inconvenientes que estamos sufriendo en el transporte y en nuestra vida cotidiana no son nada en comparación con el riesgo que corremos. Pero no hay que amilanarse. Quedarse en casa sería lo peor para nuestras vidas y para la economía de la ciudad, basada en gran medida en el ocio y el turismo. Además de que sería nuestra pequeña venganza contra los terroristas, que han calificado de ateos, apóstatas y cosas semejantes a la gente que estaba tranquilamente disfrutando la noche del viernes: les molesta que disfrutemos de la vida. Por eso, hay que salir y disfrutar y que rabien los amargados y sectarios.
Imagen de la campaña
La taberna donde cenamos
Ambiente en el interior
Las hamburguesas tenían muy buena pinta y estaban muy ricas pero es la primera vez que me ponen el huevo a la plancha por fuera del pan
Guitarra rota en la decoración de una pared
Una de las varias ocasiones en que el público empezó a cantar espontáneamente el himno nacional
miércoles, 30 de septiembre de 2015
Imago: desarrollo del festival
Ya tenemos ganador del festival Imago de cortometrajes iberoamericanos. La película triunfadora ha sido la argentina La Reina de Manuel Abramovich, la historia de una niña ganadora de un certamen de belleza infantil. Además también han sido galardonadas con la mención especial el corto de animación Fuligem y la original Todo un futuro juntos, portuguesa y española, respectivamente. Esto en lo referente a los premios que otorga el jurado. En lo relativo a los premios populares, Muros se ha llevado a casa los dos premios, es decir, el del público y el de los estudiantes.
Me ha encantado poder participar en este festival ya que los cortos son la cenicienta del cine, los grandes olvidados, y no es fácil acceder a ellos. Como dijo Baltasar Gracián: "lo bueno, si breve, dos veces bueno" y en Imago se ha cumplido esta máxima. Debo dar las gracias nuevamente a la organización por haberme invitado y por haberme dado la oportunidad de darlo a conocer a través de mi blog. También debo felicitarles por la preparación del evento y por la selección de los filmes que han sido variados, entretenidos, emotivos, divertidos... de todo un poco. Además de poder disfrutar de los cortometrajes, también había otras actividades como conciertos y entrevistas a los realizadores, incluso una degustación de jamón al corte, gentileza de Monte Nevado, uno de los patrocinadores. En resumen, una experiencia fantástica y un plan alternativo a lo habitual. Estoy deseando que llegue la próxima edición.
Me ha encantado poder participar en este festival ya que los cortos son la cenicienta del cine, los grandes olvidados, y no es fácil acceder a ellos. Como dijo Baltasar Gracián: "lo bueno, si breve, dos veces bueno" y en Imago se ha cumplido esta máxima. Debo dar las gracias nuevamente a la organización por haberme invitado y por haberme dado la oportunidad de darlo a conocer a través de mi blog. También debo felicitarles por la preparación del evento y por la selección de los filmes que han sido variados, entretenidos, emotivos, divertidos... de todo un poco. Además de poder disfrutar de los cortometrajes, también había otras actividades como conciertos y entrevistas a los realizadores, incluso una degustación de jamón al corte, gentileza de Monte Nevado, uno de los patrocinadores. En resumen, una experiencia fantástica y un plan alternativo a lo habitual. Estoy deseando que llegue la próxima edición.
Mesa con platos de jamón recién cortado
Carol Villanueva, la directora del festival, con Javi, nuestro cortador de jamón
Presentación de una sesión de cortos
Los directores respondieron las preguntas del público asistente
martes, 22 de septiembre de 2015
Imago: festival de cine iberoamericano
Mi agradecimiento a Carol Villanueva por invitarme al evento y darme a conocer este festival.
El pasado domingo fui invitada a la inauguración del festival de cine iberoamericano Imago. El acto, que tuvo lugar en el Café El Sur en pleno Barrio Latino, fue una breve presentación de los actos de divulgación de la cultura iberoamericana en París. Este festival no sólo consta de proyección y concurso de cortometrajes de los países iberoamericanos sino también conciertos, conferencias y encuentros lúdicos y gastrónomicos. Diversos lugares como el cine La Clef o la Universidad París VIII serán los centros donde se podrán ver estas películas y disfrutar de los actos que les acompañan. Durante esta semana, os iré informando del desarrollo de Imago y de los actos más destacados que se produzcan en él.
El pasado domingo fui invitada a la inauguración del festival de cine iberoamericano Imago. El acto, que tuvo lugar en el Café El Sur en pleno Barrio Latino, fue una breve presentación de los actos de divulgación de la cultura iberoamericana en París. Este festival no sólo consta de proyección y concurso de cortometrajes de los países iberoamericanos sino también conciertos, conferencias y encuentros lúdicos y gastrónomicos. Diversos lugares como el cine La Clef o la Universidad París VIII serán los centros donde se podrán ver estas películas y disfrutar de los actos que les acompañan. Durante esta semana, os iré informando del desarrollo de Imago y de los actos más destacados que se produzcan en él.
Imagen del folleto
Al ser un bar argentino, qué mejor que una cerveza Quilmes y unas empanadas
Momento de la presentación
viernes, 24 de abril de 2015
Cine negro
Uno de tantos paseos por el Marais en zonas en las que he estado decenas de veces y, de repente, descubro algo nuevo: una exposición en la galería de bibliotecas de París sobre el primer cine negro francés. Además de contemplar carteles de películas, en la muestra también hay objetos utilizados en las películas, guiones y recortes de prensa así como monitores para ver cortes de algunas películas. Los efectos especiales son tan rudos y mal acabados que dan ternura. Lo más increíble es que, en las primeras películas, muchas historias estaban inspiradas en crímenes reales. Poco a poco, van saliendo los protagonistas de estas historias que son personajes malvados como Fantomas o Zigomar y, posteriormente, surgen los investigadores o detectives, los héroes de la trama. La mayor parte de las películas que aquí aparecen son de cine mudo pero hay alguna del periodo más antiguo del cine sonoro. Los carteles son un poco tétricos pero algunos son verdaderas obras de arte del dibujo y de las épocas Art Nouveau y Art Decó.
Cartel de la exposición
Carteles de películas de cine mudo
El atractivo de esta película, La huella de la Mano Roja, reside en que una de las protagonistas fue la Mistinguett, famosa bailarina del Moulin Rouge
Espeluznante cartel de la película Zigomar contra Nick Carter. Zigomar es el criminal y Carter el detective. Lo habitual es colocar al héroe primero y al malo después pero no en estas películas donde el protagonista absoluto parece ser el malo
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