Cartel anunciador
Este Koons es un tipo listo. Fue trader en Wall Street y alumno de Salvador Dalí, a quien los críticos llamaban avida dollars por su desmesurado amor al dinero. Koons ha sabido llamar la atención en el loco mundo del arte contemporáneo y hacer negocio con ello, aprovechando la burbuja que se ha producido en esos últimos años debida, sobre todo, a la incorporación al mismo de nuevos mercados como son las monarquías del Golfo Pérsico y los millonarios asiáticos.
Esto no significa que Koons sea un mero producto de marketing y que no tenga ni idea de arte, al revés, creo que lo conoce demasiado bien: estudió Arte en Baltimore y en Chicago y trabajó en el MoMa. Siempre ha estado rodeado de artistas pero su trabajo creativo lo ha convertido en una franquicia: él diseña una pieza de la que elabora varias unidades, generalmente, en varios colores y que luego vende o reserva para exposiciones. De algunas de estas piezas, luego saca otras menores que también vende por separado.
Además, este hombre es raro en el mundo del arte porque es amable y simpático, atento con los medios, va bien vestido y peinado y lleva más de 20 años casado con la misma mujer. Ni se le conocen adicciones, al menos en un grado problemático, ni tiene mal carácter ni protagoniza salidas de tono o escándalos.
Independientemente de la opinión que se tenga sobre el artista, hay que destacar que la exposición es excelente. No sólo se han elegido piezas representativas de las diferentes series sino que hay una buena organización por etapas, de manera que el visitante que no conozca la trayectoria de Koons, la puede entender perfectamente. En las obras del creador, hay iconos de la cultura pop como electrodomésticos, carteles publicitarios y personajes famosos. Hay una representación de objetos cotidianos fuera de contexto, pelotas de baloncesto suspendidas en líquidos y globos hinchados encima de espejos. Los materiales son variados pero siempre industriales: acero, aluminio, plástico, resinas... También hay contraste de elementos, como la serie Antiquity, compuesta por esculturas de formas clasicistas que representan dioses romanos pero realizadas en materiales muy poco nobles, como el acero inoxidable de colores chillones. Lo que cuenta aquí es la sorpresa, el antagonismo de elementos, las referencias populares sacadas de contexto y una pequeña dosis de sarcasmo y crítica social. Su obra gusta bastante al gran público: imagino que porque lo que hay en ella es reconocible, pero visto de una manera nueva y atrevida. De ahí el éxito del pop-art y, en este caso, del neo pop-art.
Esta exposición es itinerante y ya se mostró en Whitney Museum of American Art de Nueva York y se verá también en el Museo Guggenheim de Bilbao a partir de junio. Si queréis conocer más a fondo la obra del artista, siempre os quedará la wikipedia. Os dejo con las imágenes.
Serie Inflatables
Serie Equilibrium
Serie Statuary
Serie The New
Serie Banality
Serie Celebration
Serie Made in Heaven. No puedo poner una foto de la obra original porque detrás había una foto pornográfica que no se puede publicar según las normas del servidor
Serie Popeye
Serie Antiquity
Serie Gazing Ball
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