Primera entrada que le dedico al Louvre y no es para hablar de las obras que hay en él. Antes de entrar, ya hay algo impactante.
Una de las experiencias más extrañas de andar por el centro de París es ver como por entre los arcos del Louvre, el museo más visitado del mundo, empiezan a salir coches y hasta autobuses. Comprendo que es un edificio enorme y obligar a los vehículos a bordearlo sería difícil y obstaculizaría aún más el tráfico pero que haya circulación durante todo el día por debajo de un monumento histórico me parece una barbaridad. Cuando se adentran los buses en el Louvre que vienen desde el Pont de Carrousel se ve raro, pero los arcos de ese lado son bastante amplios. Otra perspectiva se tiene desde el lado de salida, es decir, la rue Rivoli donde los autobuses tienen el espacio justo, justo para pasar.
Increíble pero cierto
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