Los tres artistas
Para empezar, se trata de una de las exposiciones más largas del 
Museo con más de 350 piezas y ocupando todo el espacio de la planta 
principal. En una especie de introducción a sus trayectorias, hay varias
 obras inspiradas en artistas clásicos como Piero della Francesca en la 
que se hace hincapié en la relación de los tres amigos con el arte del 
pasado. A continuación, se examina otro nexo de unión entre ellos como 
son los diferentes personajes a los que los tres frecuentaban, fruto de 
esa amistad de la que se habla, y que posaron en varios de los retratos
aquí expuestos. 
 Sotobosque y rocas en Sausset-les-Pins de André Derain
 La jugadora de diábolo de Balthus
El lago de Sils de Giacometti
Naturaleza muerta con peras de Derain
Naturaleza muerta con manzana de Giacometti
Naturaleza muerta de Balthus. Más que muerta, parece asesinada.
Tres retratos femeninos: Desnudo con camisa blanca de Balthus, Joven desnuda de Derain y Retrato de Anette de Giacometti
Gran Bacanal negra de Derain
Más adelante, hay otra sección sobre 
los trabajos de Derain, Balthus y Giacometti para la escenografía y 
vestuario de óperas, ballets y obras de teatro. Ésta es una de las 
secciones más populares de todo el recorrido y una de la más bonitas e 
interesantes ya que nos muestra un concepto global del arte y la 
creación. Otro tema que despierta interés es la sección Ensueño, 
en la cual, aparecen obras donde las mujeres duermen o sueñan 
despiertas. Salpicando todo el transcurso de la exposición, hay varias 
vitrinas con dibujos, bocetos, pinceles y pequeñas obras escultóricas de
 Giacometti.
 Joven dormida de Balthus
 Retrato de Isabel de Giacometti
La amistad entre los tres hombres es una 
de las más intensas y duraderas del arte moderno y así lo atestiguan 
numerosos testimonios y pruebas. Lo que ya no resulta tan evidente es la
 relación artística entre los tres. Es cierto que los jóvenes Balthus y 
Giacometti encontraron en él no sólo un amigo y mentor sino también una 
referencia artística. El propio Giacometti reconoció: "Derain es el 
pintor que más me apasiona, que me ha aportado más después de Cézanne, 
para mí es el más audaz". Imagino que se refería al deseo de Derain de 
mantenerse en la figuración más allá de las vanguardias abstractas 
coetáneas. En efecto, podríamos considerar el estilo del francés como un
 artista neoclásico que pretende dar savia nueva a la representación de 
la realidad pero desde otra perspectiva. Nuevamente dice Giacometti: "Me
 interesa mucho el arte, pero la verdad me interesa infinitamente más". 
Uno de los elementos más importantes en el estilo de Derain es la 
presencia constante del color negro en una nueva reinterpretación de la 
confrontación entre luces y sombras, así sean bodegones, retratos o 
escenas. Si se dice que una obra empieza con un lienzo en blanco, las 
suyas se inician con un lienzo en negro. Ciertamente, la piel dorada y 
brillante de algunos de sus personajes y los bodegones sencillos pero 
sensuales muestran una enorme calidez y morbidez sobre fondo negro. El 
mismo camino siguió Balthus en su pintura aunque atacando de plano la 
moral y la censura de la época con sus provocativas imágenes de niñas 
hipersexualizadas. Mucho más complejo es ver la influencia de Derain en 
Giacometti ya que el suizo es fundamentalmente conocido como escultor. 
Aunque sus pinturas expuestas sí recogen el aire sombrío y perturbador 
de sus dos colegas, éste podría deberse a la trayectoria de su padre, 
Giovanni Giacometti, pintor y grabador, ya que una buena parte de la 
pintura recuerda tanto a los dibujos como a los grabados y las placas 
para grabar.
Naturaleza muerta con peras de Derain
Naturaleza muerta con manzana de Giacometti
Naturaleza muerta de Balthus. Más que muerta, parece asesinada.
Como siempre pasa con las exposiciones en 
que se ponen en relación artistas distintos, el resultado deja un sabor 
agridulce. Para la crítica está claro que quien sobresale respecto a los
 demás es Derain y que los otros dos creadores quedan opacados en la 
comparación. Por lo visto, a pesar de los numerosos y llamativos cuadros
 de Balthus y las esculturas y dibujos de Giacometti, el vencedor de la 
muestra ha sido él. Otro riesgo que se corre en estas exposiciones 
comparativas es la de no ver tal relación como ocurre aquí: se podría 
pensar que la oscuridad de la pintura de Giacometti proviene de la 
influencia de Derain pero se podía alegar que se debe al miedo a la 
muerte de Giacometti a raíz de una tétrica pesadilla que sufrió.
Tres retratos femeninos: Desnudo con camisa blanca de Balthus, Joven desnuda de Derain y Retrato de Anette de Giacometti
Resulta
 complicado analizar esta exposición porque estos artistas no se 
encuentran entre mis favoritos. Además, Derain fue un artista muy bien 
relacionado con otros contemporáneos a los que influyó y de los que 
recibió inspiración de manera que se puede oponer, por tanto, a los 
otros dos creadores elegidos o cualquier otro como Picasso: el problema 
es que al lado de Picasso, palidecería en la comparación.
Imagino
 que el interés principal reside en traer a París los cuadros de las 
colecciones norteamericanas y japonesas que no se ven con frecuencia en 
Europa y esto explica el desorbitado precio de las entradas (12€ la 
entrada de adulto). También es importante poder disfrutar de la Gran Bacanal negra de
 Derain, recién adquirida por el Museo, por primera vez. Aunque a nivel 
personal, lo más sorprendente para mí ha sido el descubrimiento de la 
pintura de Giacometti. Conocía la trayectoria del suizo como escultor 
pero las diferentes etapas de su obra pictórica me han dejado con ganas 
de aprender mucho más sobre ella tanto de la parte postimpresionista, más 
ligada a la de su padre, como de su etapa oscura.
La exposición finalizará el 29 de octubre y algunas de las obras no se pueden fotografiar.
  Gran Bacanal negra de Derain
 
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