sábado, 25 de marzo de 2017

Sakura

Con la llegada de la primavera, salen las flores y llega el buen tiempo. Al menos, de momento, en París se está cumpliendo. Mis amigos españoles me dicen que hace frío y que en algunos sitios está nevando, no sólo en la montaña, también en Madrid. Aquí hoy ha hecho casi 20 grados y corría una brisa no demasiado fría que, espero, sirva para limpiar un poco la contaminación. Esta semana se ha producido en Japón la fiesta del Hanami, la fiesta de la floración de los cerezos, una tradición milenaria que antiguamente se relacionaba con la llegada del Año nuevo japonés, que tenía lugar a principios de la primavera, y que estaba cargada de simbolismo: la floración representa el paso del tiempo y de las estaciones. El tiempo pasa, el tiempo vuela, el tiempo huye... pero la belleza de las flores regresa cada año.

En la Défense, el barrio financiero y de negocios de París, hay una encantadora placita llamada de los Iris pero en el que las flores protagonistas no son las de su nombre, sino las sakuras, las flores del cerezo. Rodeada de enormes rascacielos de acero y cristal, allí hay media docena de preciosos cerezos traídos desde Japón que embellecen con sus flores la fría Esplanada de la Défense.




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