miércoles, 21 de marzo de 2018

Sheila Hicks: Líneas de vida

Hasta el 30 de abril se puede visitar en el Centro Pompidou, una exposición dedicada a la artista Sheila Hicks. La autora es nacida en Nebraska pero residente en París desde 1964 y aquí ha desarrollado casi toda su trayectoria profesional. Como ya he comentado en alguna ocasión, los museos de arte contemporáneo nacen con la idea de albergar todo tipo de manifestaciones artísticas, incluidas aquellas que se consideran artes menores. En este campo se albergaría la exposición de Hicks, cuya obra se desarrolla en el arte textil. Desde el principio de su carrera, los tejidos y las telas han sido su objeto de preferencia creadora. La exaltación de la materia, la manipulación de la misma y el tratamiento del color son los rasgos más característicos de su trabajo.

La Sentinelle de saffran

Banisteriopsis. Dark ink

Gran conocedora del trabajo textil de los pueblos precolombinos, Hicks crea sus obras dando especial importancia a los volúmenes y las texturas, ya sea formando estructuras clásicas como esculturas y relieves o, por el contrario, absolutamente nuevas como lianas, bolas o apilamientos, desbordando lo meramente escultórico para entrar en lo decorativo y ambiental. A diferencia de otras retrospectivas, en esta ocasión la organización de la muestra ha decidido no seguir un hilo cronológico sino temático con la intención de que el visitante se integre en el universo de la artista.

Rempart
Palitos con bolas
The Envolving Tapestry: He/She

Hay muchas obras de gran tamaño y volumen como las formadas por enormes lianas de cuerdas de lana, las acumulaciones de bolas o las figuras de madejas. También hay obras planas como tapices o bordados de tejidos sobre superficies, en vertical u horizontal, que recuerdan los retablos renacentistas.

 
 Pêcher dans la rivière

Aunque mis obras favoritas son las de tamaño más pequeño, aquéllas que ocupan toda una pared de la exposición formando un enorme mural de obras en miniatura. Esta colección de retales más o menos grandes llamada Minimes, alberga varios cientos de piezas bordadas, tejidas y tricotadas por Hicks desde 1956 de las que el Pompidou expone 121 obras enmarcadas iguales formando un enorme collage. Toda una vida de artesanía creadora donde no sólo vemos diferentes técnicas y diseños sino también materiales (lana, seda, lino, algodón, plumas...) e influencias que la artista ha recibido en sus viajes por los países de Hispanoamérica, el norte de África o India. Estas pequeñas piezas, además de la belleza y complejidad que tienen en sí mismas, han servido también de bocetos para la realización de otras obras más grandes y complejas. Todo un mundo en tres dimensiones y lleno de colores creado por la americana que se puede visitar hasta el 30 de abril.

Algunas de las obras de su serie Minim
 

lunes, 19 de marzo de 2018

César

Dentro de una semana termina una de las exposiciones más importantes de la temporada, la retrospectiva dedicada a César, el escultor francés conocido por sus esculturas de pulgares, sus compresiones (de automóviles, sobre todo) y sus expansiones. Todas las diferentes etapas de su trayectoria están aquí expuestas. Antes de entrar en el edificio, ya vemos uno de sus famosos pulgares en la Piazza junto a la entrada del edificio y volveremos a ver varios más de diferentes materiales y tamaños en la muestra.

Pulgar

Como es habitual en las retrospectivas, el recorrido se hace de manera cronológica por lo que las primeras piezas son aquellas de su primera etapa realista, en las cuales, utiliza materiales de derribo para su creación escultórica, principalmente metal.  
Relieve en ramo y Ala
Torso

Aunque esta primera etapa me parece la más interesante, es la más reducida en cuanto a espacio ocupado del total de la muestra. Pronto pasamos a su etapa de expansiones así llamada por emplear espuma de poliuretano que se engrandece y expande añadiendo freón. César más que escultor es aquí un alquimista que juega a controlar dicha expansión: su evolución, su rapidez, su volumen y hasta el color. A decir verdad, estas esculturas me recuerdan un poco los experimentos del laboratorio escolar y no me llaman mucho la atención. En algunas ocasiones, el artista realizaba estas obras en público y después las fragmentaba y regalaba los pedazos a los espectadores. Por suerte, sus expansiones evolucionaron un poco y, a partir de 1969, desarrolla una técnica para endurecer la superficie de la espuma y volverla más resistentes. El proceso consistía en recubrir la espuma con capas de resina, lana de vidrio y lijar duramente la superficie resultante. El color se obtenía por la superposición de lacas acrílicas de colores nacarados y barnices translúcidos de manera que parece venir del interior. Sin duda, son las obras más llamativas y vistosas de toda la exposición.

Expansión tetera
Expansión nº 3, La Lunar
Expansión nº 5

Para finalizar, hay una amplia zona con las obras de la compresión. Aunque hay varias obras de compresión de diferentes materiales como el cartón, el yute o la madera, sus piezas más famosas son las de coches comprimidos. Las más famosas son las que se realizaron en colaboración con la empresa FIAT y que conformaron un conjunto de 15 autómoviles comprimidos que conformaron la obra Suite Milanesa.
Sacos de yute. Compresión mural
Blu Francia 490
Arancio 592

Aunque el Pompidou no se cansa de repetir que la exposición es un homenaje al artista, lo cierto es que las relaciones de César con el museo siempre fueron muy tirantes. Para empezar, César nunca expuso en vida en el centro Pompidou de manera que esta retrospectiva se está vendiendo como un acto de justicia histórica, una reparación de aquel olvido. Aunque ya hace 20 años que el autor falleció así que yo diría que el acto de enmienda llega un poco tarde. Además la crítica está dividida en cuanto a la obra y a la exposición en sí. Si bien el artista puede gustar más o menos, lo que está claro es que la exposición no ha sido bien recibida, quizá por no contar con un hilo argumental claro ya que todas las obras están expuestas en un amplio espacio diáfano o bien porque hay una importante presencia de obras menores mientras la Suite Milanesa está incompleta. En cualquier caso, esta muestra hay que visitarla por la importancia y la influencia (en Jeff Koons, por ejemplo) del homenajeado pero es cierto que el acto de desagravio llega tarde y está incompleto.



lunes, 5 de marzo de 2018

Fitbit: la media maratón de París

Lo que se hace por los amigos. Un día muy lluvioso, un frío que pela, un bosque lleno de barro, miles de personas viendo una competición deportiva amateur... Pero nada nos amilanó. Un amigo participaba en la media maratón de este domingo y una amiga y yo decidimos ir a darle ánimos. Nos levantamos muy temprano un domingo, nos pusimos de barro hasta las rodillas caminando por la Bois de Vincennes hasta que llegamos a un lugar cercano a la meta, soportamos la lluvia incesante y los empujones de otros espectadores, estuvimos esperando un buen rato hasta que vimos pasar a nuestro amigo (el pobre ha estado lesionado y su marca personal fue peor de lo que había previsto) y después tuvimos que recorrer otra vez el camino pero en sentido de vuelta para ir a comer algo.

Como siempre en estos casos, hubo algún lesionado, mucha gente cansada y una medalla para todos aquellos de los 45.000 participantes que llegaron a la meta, incluído nuestro amigo.



 

domingo, 4 de marzo de 2018

MoMA

Mañana 5 de marzo termina en la Fundación Louis Vuitton la exposición consagrada al MoMA (Museum of Modern Art) de Nueva York. Repasando la historia de este emblemático museo de arte contemporáneo fundado en 1929, la muestra nos ofrece también un recorrido cronológico por el arte moderno. Aunque es muy popular, esta exposición no llega al éxito de público que alcanzó la última que visité, la dedicada a la colección Chtchoukine y que batió todos los récords posibles.

Así que empiezo mi artículo con el pintor con el que cerré el otro, Cézanne, el padre de la pintura moderna. Allí expuesta, nada más empezar, está su obra El Bañista, una de las más antiguas que posee el museo no sólo por su fecha de creación sino también de adquisición. Acompañado de un Picasso cubista y de un Hopper, nos da la bienvenida a la historia reciente del Arte. 

El Bañista de Cézanne

Después de esta sala introductoria nos encontramos los grandes maestros del siglo XX: Klimt, Picasso, Matisse, Calder, Magritte, Frida Khalo y muchos otros están aquí presentes pero llama especialmente la atención un cuadro: La Persistencia de la Memoria, el famoso cuadro de los relojes blandos de Dalí. Tantas veces reproducido que ahora, por fin, lo he visto a corta distancia. Y suerte que era corta porque no tenía la menor idea de su pequeño tamaño. Cuánta grandeza en una tela tan minúscula. Qué importancia la de ser un visionario, además de un gran artista. A pocos metros, otro de los cuadros más impresionantes de la colección: Autorretrato con cabello corto de Frida Khalo, el cuadro que marca el momento en que la mexicana tomó las riendas de su vida después de su separación de Diego Rivera.
La Calle de Kirchner
La Esperanza II de Klimt
Retrato de Félix Feneco de Signac
La Persistencia de la Memoria de Salvador Dalí
Autorretrato con cabello corto de Frida Khalo

Continúa el recorrido por los turbulentos años 30 europeos, las vanguardias dan un paso más allá y se comienza una tendencia divergente: por un lado, la denuncia de la realidad y, por el otro, la huida de ésta mediante la abstracción.

La Partida de Beckmann

Precisamente, a esta última está dedicada la siguiente sala. Los pintores expresionistas abstractos americanos como Pollock, O'Keeffee y Rothko son los protagonistas de esta galería.

No. 10 de Rothko
Puerta y ventana de granja de O'Keeffee

A partir de este momento, pasamos a la segunda fase de la exposición consagrada a obras posteriores a 1950 con especial relevancia del moviento pop art. Las fronteras entre las distintas disciplinas artísticas se diluyen y la libertad creadora establece las bases de una nueva concepción del arte más transversal y personal. Aquí nos encontramos algunas de las obras más famosas que posee este museo y que trascienden el arte y se convierten en iconos como así lo han hecho los cuadros de las latas de sopa de Andy Warhol o las banderas del movimiento gay o la de los derechos civiles de los negros. Aquí se encuentran también algunas de las más recientes adquisiciones del Museo que continúa ampliando sus fondos con más obras, en especial, de artistas nacionales y de otros países americanos.

Mapa de Jasper Johns
Latas de Sopa Campbell's de Andy Warhol
Sopa de cebolla Campbell's de Andy Warhol

 Bandera del movimiento gay de Gilbert Baker
Bandera afroamericana de David Hammons

Sin título (Club Scene) de Kerry James Marshall

A lo largo de sus instalaciones, la fundación nos muestra importantísimas obras de diferentes estilos y formas de expresión. Uno de los principios fundacionales del MoMA, y de otros museos de arte contemporáneo, es poner en valor el arte y la expresión artística de forma multidisciplinar de manera que, aparte de las consabidas pintura y escultura, encontramos también obras de otras artes consideradas menores como la fotografía, el cine, el cartelismo, el dibujo, la danza, la música, las intervenciones, las actuaciones en vivo e, incluso, la arquitectura. Todo ello, conforma una explicación de la realidad histórica del momento que se opone a la abstracción antes vista. No sólo estas piezas se encuadran perfectamente en el conjunto de la exposición ya que cuentan una parte de la historia sino que, además, resultan de lo más atractivas al visitante. Así, por ejemplo, uno de los puntos donde se concentran más espectadores es la proyección de un fragmento de El Acorazado Potemkin, en concreto, la famosísima escena de la escalinata. Qué gran alivio sentí al ver tanta gente concentrada delante de esta gran obra maestra y no justo detrás donde se proyectaba uno de los primeros cortos protagonizados por el ratón Mickey. En la misma sala, había una exposición de carteles propagandísticos de la época de entreguerras, incuídos varios de la Guerra Civiel española.

 
 Carteles soviéticos de Gustav Klutsis
 
 Escena de la película El Acorazado Potemkin de S.M. Eisenstein
 Carteles de la Guerra Civil Española de Jaume Solà

Un poquito más adelante, con las obras de la segunda mitad del siglo XX, vemos también proyecciones de performances de música, danza y actuaciones así como instalaciones y fragmentos y maquetas de obras de arquitectura y piezas de artesanía, los llamados artes menores. También tienen gran importancia en esta sección las obras de arte creadas gracias a las nuevas tecnologías, Especialmente popular es una sala en la que se proyecta un motete del siglo XVI de Thomas Tallis en el que 40 altavoces difunden cada una de las 40 voces cantantes. Los vistantes (oyentes, más bien) pueden pasear por la sala para apreciar el momento exacto en cada voz se incorpora a la pieza, las diferentes tesituras de las mismas y los bellos sonidos que se forman al concertarse todas ellas. 

 Fragmento de la fachada de la sede de las Naciones Unidas
 Guitarra eléctrica Fender Stratocaster
 Sin título de Félix González-Torres
Por supuesto, las obras también se acompañan de documentos, fotografías y recortes de prensa en que nos explican el nacimiento y desarrollo del Museo. Dan ganas de volar a Nueva York y conocer más de este museo.
 Imagen de la exposición dedicada a Picasso en 1980

sábado, 3 de marzo de 2018

Fiesta de Purim

El pasado miércoles asistí por primera vez a la celebración de una de las fiestas más importantes del calendario judío: el Purim, la fiesta que celebra la intervención de Esther ante el rey persa Asuero (identificado normalmente con Jerjes) para salvar la vida de los judíos de Persia, amenazados por el primer ministro Amán, que fue ejecutado por el rey y reemplazado por Mordecai, el tío de Esther. Después de hacer ayuno, mi amiga Eli me llevó a la fiesta organizada en un importante club de la ciudad. Dado el estado de alerta terrorista que todavía hay en París, no se conoció el lugar del evento hasta una semana antes de la fiesta. Además el tema de la misma era El Gran Gatsby así que allí nos fuimos las dos, una de blanco y otra de negro como las Baccara, vestidas de bailarinas de charleston con nuestras plumas, nuestra perlas, nuestros flecos y dispuestas a bebernos hasta el agua de los floreros. ¿Por qué? Porque hay que beber hasta no distinguir a Amán de Mordecai, es decir, hasta no distinguir el Bien del Mal.

Para mostrar que la suerte puede cambiar en un segundo, como en la historia de la Biblia, es tradicional dedicar la velada a los juegos de azar así que había varias mesas para jugar al pocker, al blackjack y a la ruleta. La noche se puso seria cuando llegó el momento de la lectura de la Meguilá por parte del tenor Jonathan Touitou. Y después... más fiesta. Gracias Eli.