Dos imágenes de la Sala de los Espejos
Alcoba de María Antonieta
Pasada la zona de los dormitorios y salones privados, se puede visitar lo que para mí es lo mejor de Versalles: la Sala de las Batallas,
un amplio salón con pinturas de enorme tamaño que representan de manera
muy idealizada las batallas victoriosas más importantes de la historia
de Francia, algunas de ellas del general y luego emperador Napoleón
Bonaparte. Por desgracia, no hay mucha luz y no se pueden sacar fotos
con flash así que las que hice no se ven nada bien y no valía la pena
publicarlas. Además así os dejo con las ganas de ver esa galería.
Y para acabar, la parte más decepcionante de la visita: los jardines. No son decepcionantes en sí mismos, al contrario, son preciosos: la decepción es que no se pueden visitar sino se compra una entrada especial. Sí, así es. Se pueden visitar con la entrada normal que se llama Pasaporte pero sólo de abril a octubre, así que si visitáis el Palacio de noviembre a marzo os toca pagar la entrada Grandes Aguas y Jardines Musicales (sí, se llama así) o no visitarlos. La primera opción, pagar la entrada de los jardines, me parece una barbaridad porque son 7 ó 9 euros para ver los jardines y las fuentes y, depende de la hora, ni siquiera están en funcionamiento. La segunda opción tiene un inconveniente añadido y es que los jardines están situados entre el palacio y los bosques, donde se hallan los palacetes Trianon, la Aldea y la Orangerie, así que para de ir de una parte a otra del recinto hay que salir de él, dar una vuelta por el pueblo y volver a entrar por la parte trasera del palacio o por la entrada de Boulevard de la Reine si se desean visitar los bosques. Esos pretendidos espectáculos se los han sacado de la manga con la única finalidad de sacar más dinero. Me parece un abuso, francamente. Y sospecho que el único motivo por el que estas entradas no se cobran en los meses de verano es porque hay muchas más visitas y no pueden mandar a miles de personas a rodear el recinto andando por el pueblo porque éste se colapsaría.
La fuente de Apolo
Resumiendo: sí, Versalles es maravilloso, espectacular, fantástico... pero he ido tres veces y las tres me he sentido un poco defraudada. Sé que muchas personas no estarán de acuerdo conmigo y les parecerá sorprendente que alguien no esté enamorado de Versalles. Pero es así y creedme que nadie lo lamenta más que yo.
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