París es una ciudad maravillosa llena de monumentos singulares, también sus edificios señoriales de estilo hausmanniano son elegantes y sus grandes avenidas arboladas junto con los parques y jardines le dan un toque de calidez; sus museos son increíbles y sus barrios populares como el Marais, Montmartre o la Butte-aux-Cailles le dan un aire bohemio encantador. Pero en París también hay cosas feas y la más fea, o al menos la más visible, es ésta.
En realidad, el problema no es sólo que la torre sea horrible sino que está situada en uno de los barrios clásicos del centro de París, rompiendo totalmente con la estética del barrio y de la ciudad. Desde algunas calles cercanas da la impresión de ser un enorme ataúd puesto de pie en mitad de la ciudad. Este edificio fue inaugurado en 1.973 y causó tanto revuelo que cuatro años después se prohibió construir rascacielos en París intramuros. Creo que el problema no es tanto la construcción, por espantosa que sea, sino la ubicación. Éste es el barrio Montparnasse.
Como se puede ver, en esta zona un rascacielos no pega ni con cola. Por fortuna, los edificios altos de París no están dentro del municipio, por ejemplo, la zona de la Défense, cuya remodelación concluyó en 1.989, se extiende sobre tres municipios cercanos. Una vez superado el impacto inicial, la prohibición de construir nuevos rascacielos se levantó y ahora se construirán nuevas torres aunque, por suerte, estarán en barrios periféricos. Así el arquitecto Jean Nouvel, que firmó el edificio del Museo Quai Branly, ha proyectado dos rascacielos en Boulevard Masséna en el distrito XIII, cerca de Ivry. Asimismo, la torre del Tribunal de Grand Instance, diseñada por Renzo Piano y cuya construcción corre a cargo del estudio OMA, se edificará en el barrio de Batignolles y el municipio de Clichy. Por su parte, los arquitectos Herzog & de Meuron han proyectado una torre llamada Triangle con forma de pirámide en Porte de Versailles entre Paris Expo, el recinto ferial, y la localidad de Issy.
Pero no todo es negativo en esta torre. Por el momento, sigue siendo el edificio más alto de Francia y hasta los gestores de la torre la publicitan como las mejores vistas de París. Es lógico: desde la Torre Montparnasse se ve todo París... menos la propia torre.
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