jueves, 5 de mayo de 2016

Chamanes y divinidades de Ecuador

Son varias las exposiciones que finalizan el 16 de mayo y una de ellas es la que organiza el Quai Branly, uno de mis museos favoritos. Esta vez el tema es el Ecuador precolombino y su expresión religiosa tanto en lo relativo a sus dioses como a los hombres que median entre éstos y el pueblo: los chamanes. En estas sociedades, el mundo se dividía en tres partes de las que el chamán era el nexo de unión: la bóveda celeste, el inframundo de los espíritus y difuntos y la Madre Tierra llamada Pachamama. Después de alguna explicación sobre los pueblos que habitaban la costa, empieza la muestra con una introducción sobre los animales, que serían encarnaciones de seres del inframundo y los seres híbridos que combinan partes de diferentes animales.

Los conos que adornan la cabeza de este jaguar representan la clarividencia
Silbato en forma de búho

A medida que avanzamos, nos metemos de lleno en el mundo del chamanismo y sus diferentes componentes como la meditación, los ritos, la música... también en las distintas sustancias empleadas para llegar al trance como bebidas fermentadas y plantas alucinógenas. Si el colocón se consideraba un éxtasis místico, también el vómito posterior era parte del ritual. Aunque conocía la masticación de coca y el uso de drogas en algunos rituales, debo decir que me sorprendió mucho descubrir lo del vómito. El chamán era un pilar importantísimo de la sociedad con multitud de funciones útiles de las que podemos enumerar el tratamiento de enfermedades y la ayuda en los partos, los conocimientos astronómicos (y astrológicos) y la ayuda a la agricultura como la invocación de la lluvia o la organización de la cosecha. También se encargaba de las ceremonias tales como los matrimonios, los ritos de iniciación y los sacrificios, incluidos los humanos. Pero no todos los chamanes hacían de todo; por supuesto, cada chamán tenía unos aspectos sociales asignados, una especialidad por así decirlo.
 
Pensadora en contemplación
Personajes provocándose el vómito
Parto

Los chamanes eran hombres y mujeres formados desde la infancia para el desempeño de estas labores y en su caso sí podemos decir que el hábito hacía al monje. Su vestuario se componía de varios elementos llamativos: capas, penachos, brazaletes, máscaras de invocación de los espíritus, tiras de perlas, conchas marinas, fíbulas de oro... que completaban la propia decoración corporal de tatuajes, escarificaciones, pendientes, etc... Además, empleaban en su actividad un montón de accesorios de todo tipo: instrumentos musicales, estatuillas votivas, arquetas para guardar las sustancias alucinógenas, copas para libaciones... Todos estos objetos se exhiben en la muestra así como figuras que representan a los chamanes en plena actividad. 

 Templetes de cerámica
 Máscaras rituales
Sacerdotisas tatuadas

Pero hay mucho más. Al final, se nos da información sobre nuevos hallazgos arqueológicos, hay una colección de fotos, una sala donde se emite un corto de dibujos animados y, para acabar, un pequeño informe sobre el uso social del cacao en aquel lugar 1000 años antes que en Mesoamérica. Como punto negativo, diría que hay demasiadas explicaciones que cansan y saturan al visitante pero, por todo lo demás, una exposición muy recomendable.

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