El verano en París fue largo y cálido.
A finales de septiembre todavía se alcanzaban temperaturas
superiores a 30º y el sol lucía como en pleno julio, a veces
incluso picaba hasta el punto
de tener que buscar la sombra. Con
este tiempo tan maravilloso la gente salía a la calle y no le daba
pereza esperar para entrar en determinados sitios. Entiendo que
muchos turistas hagan cola para entrar en museos y monumentos o
exposiciones pero en los archifamosos y turísticos Campos Elíseos
vi unas colas muy distintas y, algunas de ellas incomprensibles para
mí. Bajando desde el Grand Palais, la primera fila para entrar a un
lugar fue ésta.
Abercrombie & Fitch. No sé si había tanta gente esperando porque
eran las rebajas, porque estrenaban nueva colección o porque había
algún famoso promocionando la tienda, el caso es que lo que se ve en
la foto sólo es la mitad de la fila que había en realidad.
Unos pocos metros
más adelante, también había cola para entrar en la tienda oficial
(una de las varias que hay) del Paris Saint-Germain, el equipo de
fútbol de la ciudad que ha empezado la liga de una manera un poco
irregular. La competición francesa acababa de comenzar y quizá por
eso la gente se apelotonó ese día para comprar las nuevas
equipaciones o quizá había algún jugador haciéndose fotos con los
aficionados. Como opinión personal, debo decir que David Luiz me cae
bien y creo que es muy mono pero, en esa maxifoto de la entrada de la
tienda tiene un aspecto horrible y unas ojeras muy poco saludables,
parece el malo de una serie de dibujos animados.
Otra fila que
encontré fue la del restaurante y tienda de delicatessen Ladurée.
La cola no era muy larga pero la terraza y el interior del local
estaban llenos, así que para entrar había que esperar a que otros
clientes terminasen de comer, es decir, bastante rato porque en
Francia se come despacio. En esa zona tan turística,(y tan lujosa a
la vez) hay un montón de restaurantes, algunos muy selectos y caros,
otros un poco menos pero también excelentes, otros más populares...
pero Ladurée tiene nombre y fama y, por eso, la gente quiere comer
allí. Reconozco que comer en una terraza en los Campos Elíseos
tiene un atractivo innegable pero yo soy de las que prefiere no
esperar para comer.
Y siguiendo en la
misma acera, encontré la cola para entrar en la boutique de Louis
Vuitton, ¿regalaban los bolsos? ¿había rebajas o cambio de
colección? La cola no ocupaba apenas espacio en los Campos Elíseos
porque, al ser un local que hace esquina, la fila seguía por la
avenida Georges V.
Y al final de la
avenida...el Arco del Triunfo. Por supuesto, para
visitarlo también había que esperar.
Un pequeño consejo, si
tenéis el Paris Museum Pass podéis entrar sin esperar porque ésta
de la foto es la cola para comprar la entrada, en cambio, al lado de
la ventanilla hay un control de acceso para los visitantes con PMP.
Otro día os enseño el Arco y las vistas, ¿de acuerdo?
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