Como la Historia es la memoria que los pueblos guardan de su pasado, lo importante no es lo que ha ocurrido sino lo que la gente cree que ha ocurrido. Y en el caso concreto del mayo francés, el 79% de los jóvenes actuales piensan que es una herencia positiva ya que las manifestaciones permitieron progresos para la sociedad. Uno de los más destacados, según ellos, es la liberación de la mujer, la relajación de las costumbres y la revolución sexual. Que dos hechos ocurran a la vez, no significa que uno sea consecuencia del otro, ni siquiera que estén relacionados entre sí. Parece como si se confundieran un montón de situaciones en una especie de nube de la memoria. Toda esta evolución social referida a las costumbres sociales está ligada a la evolución moral de la sociedad y la aparición y popularización de los métodos anticonceptivos, sobre todo, la píldora. La ley Neuwirth de legalización de la anticoncepción es de 1967 y la evolución de la situación jurídica de la mujer se fue produciendo poco a poco, por ejemplo, la posibilidad de abrir cuenta bancaria por una mujer sin necesitar el permiso de su marido data de 1965.
Engañoso cartel de la exposición del Ayuntamiento de París sobre el mayo del 68
Desde la conservadora España, la situación de las mujeres extranjeras parecía muy avanzada pero, ahora que han pasado varias décadas, vemos que no lo era tanto: la emancipación de la mujer (el reconocimiento de su capacidad jurídica plena) llegó a Francia en los primeros 80, es decir, más tarde que en España. Por no hablar de la mentalidad machista de los franceses y, peor, de las francesas. Ya llevo cuatro años viviendo aquí y puedo asegurar que los franceses son muchísimo más machistas que los españoles y, encima, tienen la poca decencia de culpar a los demás: cuando saco el tema siempre me responden que si los musulmanes, que si los extranjeros... los franceses de souche siempre encuentran una excusa con tal de no reconocer lo atrasado que está su país en tema de derechos de la mujer y la mentalidad tan retrógrada que tienen en este sentido.
Una mujer gritando en una manifestación
A nivel político es parecido. Ningún partido se ha declarado nunca abiertamente feminista, ni siquiera los de izquierdas: hasta hace 10 años, sólo un 20% de los diputados eran mujeres. En otros aspectos de la vida el resultado es similar: apenas hay profesoras universitarias de más de 50 años, ni en puestos directivos en las empresas y, en el ámbito laboral, son legión las mujeres que tienen jornada reducida, lo que lastra sus aspiraciones profesionales.
El mayo del 68 no fue una excepción: mujeres que estuvieron implicadas en las protestas contaban que los obreros estaban en el techo de la fábrica y ellas fuera intentando entrar y que la propia CGT se lo impedía con golpes y empujones. El movimiento estudiantil tampoco escapaba a esta discriminación: hablaban los hombres y no las mujeres y en los iconos del movimiento lo único que se ve de las mujeres son aquellas que aparecen con el torso desnudo. Pero no hay mal que por bien no venga: todas estas reivindicaciones dieron fuerza al incipiente movimiento feminista francés que empezó a organizarse al modo de las asambleas revolucionarias.
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