Durante los festejos del
Año Nuevo Chino, los alumnos de las
diferentes escuelas de artes marciales salen a las calles a mostrar las danzas
del león a los vecinos. Aunque los leones no son nativos de China,
llegaron a este país por la famosa Ruta de la Seda. Los gobernantes
de Persia y Bactria (actuales Irán y Afganistán) enviaron leones a
los emperadores chinos como regalos para conseguir el derecho a
negociar con comerciantes de esa ruta y poder acceder a los productos
que en ella se vendían, tejidos y especias fundamentalmente. A
partir de ahí, el león vino a representar la prosperidad y buenos
deseos para el futuro. Estos leones están formados por una pareja de
bailarines, uno de ellos manejando la cabeza y las patas delanteras y
el otro, la espalda y las patas traseras del animal. Estos vistosos y
coloridos leones llevan en la frente un
espejo
que sirve para espantar a los seres malignos y sus
diferentes tonos muestran valores positivos: el rojo
representa la valentía; el verde simboliza la amistad y la buena
voluntad; y el oro manifiesta la vitalidad y un espíritu dinámico.
Los vecinos reciben la visita de la comparsa colocando en la
puerta de su vivienda o establecimiento comercial un sobre rojo con dinero en su interior y una lechug
a
que simboliza larga vida y riqueza. Dependiendo de la
forma de presentar el donativo y de su cantidad, las acrobacias y los
bailes serán más o menos difíciles. Cada tipo de movimiento tiene
un ritmo musical específico: cuando el león realiza un movimiento,
el tambor ejecuta el sonido o ritmo adecuado y, tanto el gong como
los platillos, deben seguir el ritmo del tambor y no el del león.
Los comerciantes y el público participan en la ceremonia ofreciendo
sobres rojos con dinero.
Con ellos alimentan al león colocándolos en su boca y así se ganan
la
buena suerte para
el año lunar entrante aunque, en la práctica, es una
donación
para la escuela de artes marciales que organiza la función.
El acto finaliza con un mensaje de buena suerte que cae de la boca
del león, en medio de una explosión de fuegos artificiales para
terminar de espantar a los seres malignos. De esta manera, los leones
bendicen el lugar para que los comerciantes atraigan a más clientes
y tengan prosperidad y, por extensión, también a todos los
presentes.
Además de los músicos que tocan un
tambor grande, címbalos y un gong, los leones están acompañados
por un pequeño Buda, que representa a un monje shaolin que era demasiado rebelde para el entrenamiento del templo
por lo que fue expulsado. Este personaje lleva un hábito de monje,
una máscara y, bajo el traje, un cojín o almohada que le hace
parecer obeso. Este pequeño Buda trata de fastidar constantemente a
los leones azuzándolos con su abanico.
La danza de leones suele ir acompañada de exhibición de artes marciales. Aquí, delante de un supermercado
Los leones fueron a esta pastelería y el pastelero les debió de dar una excelente propina porque incluso lo mantearon
Danza de los leones en un restaurante