martes, 29 de marzo de 2016

Grandes Resistentes contemporáneas

El Servicio de igualdad, integración e inclusión del ayuntamiento ha organizado en el Hôtel de Ville una exposición sobre las grandes defensoras de los derechos humanos en los cinco continentes. En un mundo cada vez más violento y menos respetuoso con la libertad personal, estas valientes mujeres han levantado su voz contra las injusticias y se han organizado para erradicarlas, algunas de ellas perdiendo su vida por el camino como Anna Politkovskaia o Natalia Estemirova. Se trata de una exposición muy sencilla con unas fotografías de estas heroínas de nuestro tiempo y una breve descripción de la causa que defienden, los reconocimientos que han recibido (hay varias galardonadas con el premio Nobel de la Paz o el premio Sajarov) y algunas de sus frases.

Entre las mujeres reconocidas en esta muestra aparecen Malala Yousafzai, Rigoberta Menchú, Taslima Nasreen, Aung San Suu Kyi, entre otras, pero también colectivos formados por mujeres como las Damas de Blanco de Cuba o las Madres de la Plaza de Mayo argentinas. Una exposición muy inspiradora que nos hace ver que los derechos y libertades son algo vulnerable, débil, que hay que luchar por ellos cada día. Mientras estaba en la sala, había una profesora explicando algunos conceptos a un grupo de niños que escuchaban atentos y hacían preguntas. Es enternecedor oír a los chavales expresar sus dudas sobre la situación mundial y el respeto a los derechos humanos. Imagino que, en su ingenuidad, no entenderán cómo puede haber gente que no respeta la integridad y las ideas de otros. Esta modesta exposición, abierta hasta el 9 de abril, está dedicada a la periodista y bloguera siria Ruqia Hassan ejecutada el pasado septiembre por el Estado Islámico.

Malala Yousafzai
Madres de la Plaza de Mayo
Tawakkul Karman
Hauwa Ibrahim

domingo, 27 de marzo de 2016

Bélgica y los papafritas

Francia se ha solidarizado con la vecina Bélgica tras los horribles atentados de Bruselas. La Torre Eiffel se iluminó con los colores de la bandera belga, se pusieron velas y flores y hubo manifestaciones espontáneas de solidaridad. Además la Red se llenó de gestos de cariño hacia el pueblo belga y las patatas fritas, el punto fuerte de la gastronomía belga junto a los mejillones, la cerveza, los gofres y el chocolate, se convirtieron en un icono de ese apoyo.

Verdaderas patatas fritas belgas

Aunque a mí me ha venido a la cabeza la expresión argentina papafrita, que inmortalizara Mafalda, y que significa tonto. Y este significado se podría aplicar a la policía belga, a los servicios secretos, al Gobierno y hasta a toda la clase política del país. Aún recuerdo cómo, hace unos años, todo el mundo comentaba que en Bélgica no había gobierno y el país seguía funcionando: un país pequeño, bien organizado, con una economía potente, una administración eficaz y una ciudadanía cívica puede funcionar bien sin necesidad de un gobierno. Fueron muchos particulares y medios de comunicación, incluidos los llamados serios, los que alabaron esta situación como se puede ver aquí, aquí, en este link y en este otro. Pues bien, en ese tiempo también estalló la guerra de Siria y muchos fueron los habitantes de Bélgica, nacionales y extranjeros, que se fueron a combatir allí y a recibir instrucción militar y terrorista. Nadie hizo nada para evitarlo y mucho menos para impedir el regreso y la actividad terrorista de estos individuos a pesar de los avisos de otros países. Ahora sabemos que Bélgica ha sido la puerta de entrada, coladero más bien, de yihadistas: los que atentaron en París, los que han cometido esta última atrocidad y los que andarán por ahí organizando el próximo ataque en cualquier otro lugar. De momento, queda claro que los responsables de la seguridad y la inteligencia belgas no han hecho muy bien su trabajo. Ya se empieza a hablar de la mala organización, la falta de infraestructura, los recortes, los errores en el seguimiento... Todo ello con consecuencias gravísimas: pérdidas humanas e incontables heridos así como grandes daños económicos (en París, el turismo aún no se ha recuperado) y multitud de inconvenientes prácticos que sufrimos cada día los ciudadanos. Y todo lo anterior está sucediendo por culpa de los políticos belgas que antepusieron sus intereses partidistas al buen funcionamiento de su país, por su egoísmo y cortedad de miras, por su incapacidad para llegar a un acuerdo y resolver una situación de atasco político provocada por unos resultados ajustados en las elecciones. Así que de Bélgica, me quedo con las patatas fritas pero no los papafritas.


miércoles, 23 de marzo de 2016

Ópera Garnier II. Visita

Continuamos con la visita a la Ópera Garnier. Si por fuera es impresionante, mucho más lo es por dentro. La sala de conciertos es sólo una pequeña parte del edificio y, ni siquiera, la más espectacular. Hay varias galerías para las recepciones, los entreactos y la vida social. En algunas de estas hermosas salas se desarrollaba el coqueteo y el intercambio de favores como ya supimos en la exposición del Orsay sobre la prostitución.

La entrada es impresionante; los pasillos y salones, deslumbrantes y la decoración, imponente. Como una imagen vale más que mil palabras, os dejo las fotos.

Fachada del edificio: le tengo mucho cariño puesto que fue el primer monumento que vi en París

Lujosa entrada principal 
Entrada de la orquesta
En uno de los pasillos había una exposición de vestuario de óperas y ballets


Diferentes imágenes de la sala de conciertos





Imágenes del Grand Foyer o vestíbulo

Galería de la terraza

Terraza


Antecámara y salones del sol y la luna


Biblioteca de la Ópera y unas miniaturas de escenografías de ballets
Vestíbulo de salida




Hasta el suelo de la Ópera es bonito. Estos mosaicos son preciosos

domingo, 20 de marzo de 2016

Ópera Garnier I. Historia

Entre las muchas ventajas que tiene visitar el fantástico Museo de Orsay, hay una muy especial: con la entrada del museo, se obtiene un descuento para visitar la Ópera Garnier. Y qué mejor que despertar la curiosidad por tan bello edificio que organizar una mini exposición sobre el palais Garnier en el propio Orsay. Muy cerca de las salas dedicadas a Courbet, hay una maqueta del edificio de la Ópera, unos grabados con algunos de los detalles de su decoración y unas miniaturas de los escenarios de óperas y ballets. Con la información obtenida en esta muestra, ya se puede conocer mejor la historia que llevó a la construcción de este maravilloso monumento parisino que tiene 11.000 metros cuadrados, capacidad para 2.200 espectadores y un escenario capaz de albergar a 450 intérpretes.

Miniatura de la Ópera de París
Grabados de la decoración del edificio
Miniaturas de escenarios

En 1860 se convocó, por primera vez, un concurso de ideas del que se seleccionaron cinco proyectos de entre 172 propuestas. En la fase final del concurso fue elegido por unanimidad un joven desconocido e inexperimentado Charles Garnier de 34 años. Fue tan inesperado su triunfo que tuvo que montar una oficina con un grupo de arquitectos, ex-compañeros de la École de Beaux Arts de París, porque no tenía estudio propio. El proyecto de Garnier fue escogido por delante del de Violet-le-Duc, el restaurador de la catedral de Notre-Dame y de la ciudadela de Carcasona, que era el favorito de la emperatriz Eugenia y del proyecto del arquitecto Charles Rohault de Fléury, encargado del Teatro de la Academia, la ópera de entonces. El barón Haussmann, urbanista de París, eligió el lugar a poca distancia del Louvre y arrasó 12.000 m² de extensión en una zona que, podríamos decir, no era la más indicada para tan magna obra. 

Los trabajos se prolongaron durante 15 años en los que pasó de todo: los cimientos eran tan profundos que, al excavar, se encontró una corriente de agua subterránea lo que dio lugar al mito, que aún perdura, de que hay un lago debajo del edificio. Al inicio de las obras, la emperatriz preguntó al arquitecto cuál era el estilo del teatro y éste respondió que sería estilo Napoleón III: lo que no sabía Garnier es que el emperador nunca llegaría a inaugurarla. Las obras se interrumpieron durante la guerra Franco-Prusiana, durante la Tercera República y durante la Comuna de manera que muchos pensaron que se cancelaría para siempre la construcción. Pero un incendio que devastó el Teatro de la Academia hizo que se reanudaran las obras a buen ritmo de modo que la Ópera se inauguró oficialmente el 5 de enero de 1875. Como anécdota, en dicha inauguración no invitaron al arquitecto, que había dado 15 años de su vida al edificio y quien tuvo que pagar su propia entrada. C'est pas possible! Aún así Garnier recibió una gran ovación al final de la prémiere.

No era para menos, ya que es un edificio magnífico e imponente, de volúmenes pronunciados, deslumbrante policromía y referencias decorativas del Renacimiento y el clasicismo aunque no pertenece a ninguna escuela arquitectónica definida. Si hubiera que darle un nombre a su estilo sería neobarroco, al menos, en el exterior. Por el contrario, en su construcción se emplearon las más modernas técnicas de la época, en especial, en su estructura de cemento y metal. En la misma, actuó como ayudante de Garnier, un joven ingeniero llamado Gustave Eiffel. ¿Os suena? 

Por supuesto, a lo largo de todos estos años, la Ópera ha sufrido modificaciones y reformas para adaptar las instalaciones eléctricas y de fontanería, crear salidas de emergencia, adecuar los espacios a las demandas de la escuela de ballet... Una vez inaugurada la Ópera de la Bastilla, el Palacio Garnier sufrió una profunda restauración para mejorar nuevamente la instalación eléctrica, reforzar la estructura, repintar la decoración y modernizar la tramoya. Aunque ningún arreglo ha sido tan controvertido como las pinturas de Marc Chagall de 1964 para adornar el fresco de la cúpula del teatro. Chagall recibió el encargo del ministro de Cultura, André Malraux, y sustituyó el fresco original de Lenepveu. Además del contraste entre lo moderno y lo clásico, el debate público también trató el hecho del cierre del teatro durante meses para pintar el plafón. Si el fresco queda bien o no, podéis juzgarlo vosotros mismos y compararlo con la obra anterior de la que también dejo foto. Es cierto que los vivos colores y el fondo blanco contrastan con el resto de la sala decorada en tonos burdeos y dorados. En el centro del plafón se encuentra una inmensa lámara de araña, diseñada por el propio Garnier, de ocho metros de longitud. Está sujetada por ocho cabes de hierro de manera que sería casi imposible que se cayera sobre los espectadores aunque sí es cierto que en una ocasión, en 1896, se cayó un contrafuerte lo que provocó la muerte de una de las empleadas de la ópera. Esta desgracia sirvió de inspiración para la obra El fantasma de la Ópera de Gaston Leroux, cuya trama se desarrolla en el edificio.

Las Musas y las Horas del día y de la noche, la pintura original

La obra de Marc Chagall

viernes, 18 de marzo de 2016

Patrick Modiano. Un pedigrí.

Mi primera novela en francés (que no el primer libro) me ha resultado fácil. Encontré esta obra en una librería de segunda mano y sólo me costó 1 €. Ya la conocía por un curso de francés así que sabía que el estilo no era enrevesado ni barroco, por tanto, un libro perfecto para comenzar a leer en francés.

Un pedigree es una novela autobiográfica en la que el premio Nobel, Patrick Modiano, nos explica lo que fue su vida hasta la mayoría de edad. El autor empieza diciendo que vivió sus primeros 21 años como si fuera un escenario, como si no estuviera viviendo su propia vida. Tan desprendido se muestra de su infancia y adolescencia que el estilo de la novela es muy sencillo, casi siempre habla en presente, dando muy pocos detalles, casi nunca muestra emociones o sentimientos sino que cuenta los hechos de manera casi telegráfica. Se siente como un perro abandonado, sin pedigrí, que nunca recibe una muestra de cariño ni un gesto de afecto de los que le rodean. Aunque nació en Boulogne-Billancourt, desde su más tierna infancia Patrick y su familia residieron en el 15 del muelle Conti, justo al lado del Instituto de Francia. Por allí aparecen los más extravagantes personajes vinculados a sus padres: hombres de negocios turbios relacionados con el mercado negro, actrices y bailarinas de cuarta categoría, aristócratas venidos a menos, amantes de los padres que, aunque divorciados, comparten edificio. El profundo golpe de perder a su hermano menor, sus vacaciones con el abuelo materno, sus estancias en internados, las penalidades económicas... la vida se va sucediendo a su alrededor sin que el pequeño encuentre un asidero al que agarrarse. Su consuelo: la lectura. En muchas ocasiones, los libros son sus únicos compañeros. Esto le lleva a empezar a escribir.

El libro

En el 15 del muelle Conti, Modiano pasó su infancia y adolescencia

Muy pronto empezó a ganar premios literarios. Siendo todavía un adolescente resultó vencedor en varios certámenes. El célebre cantante Maurice Chevalier leyó uno de sus relatos y le envió por correo una pluma con la punta de diamante para que siguiera escribiendo. Tiempo después tuvo que empeñar la pluma en el Monte de Piedad porque su madre no tenía dinero para comprar gasóleo para la calefacción. Con precisión de entomólogo, Modiano nos cita los hechos por estricto orden cronológico dando los datos exactos de nombres, fechas y lugares. Pero ninguna emoción o, al menos, ninguna provocada ni sentida por él. Como mucho, en alguna contada ocasión hace referencia a la indiferencia de sus padres hacia él o a la indignación de éstos cuando andaban faltos de dinero. Todo pasaba a su alrededor sin que él pudiera vivir su propia vida. 

El liceo Henri IV, donde el autor estuvo interno parte de su adolescencia
La familia Modiano paseaba por los Jardines de Tullerías

Modiano nos cuenta que tuvo una larga conversación con su padre la primera vez estuvo en un furgón policial y que éste se paró delante de Les Deux Magots

Cuando llega a la edad adulta, 21 años en ese momento, se muda y va a vivir al distrito XIII, en la avenida Gobelins. Allí parece empezar una segunda vida de la que es plenamente consciente y dueño de sí mismo. En ese apartamento comenzó a escribir su primera novela y el resto es historia.

Una vez que llegó a la mayoría de edad, el escritor se trasladó a la avenida Gobelins
El parque Montsouris en el que paseaba Modiano cuando ya era escritor

Todos los lugares que aparecen en las fotos son escenarios de momentos importantes de la novela y de la juventud del autor. Habla de ellos con el mismo desapego que con el que habla de las personas.

martes, 15 de marzo de 2016

Semana de la francofonía

El sábado 12 de marzo empezó la semana de la lengua francesa y de la francofonía que durará hasta el 20 de marzo. Se trata de la 21ª edición de este evento que se celebra en más de 70 países y tiene por objetivo poner en valor el francés. Hay 220 millones de francófonos en el mundo, de los cuales el 60% tiene menos de 30 años, y más de 900.000 profesores de lengua y cultura francesa en todo el mundo para propagar y dar a conocer este idioma. Aunque sigue siendo importante ya que es lengua oficial en muchas organizaciones internacionales, el francés languidece y está perdiendo influencia debido a la omnipresencia del inglés y la pujanza del español. Habrá todo tipo de conferencias, concursos literarios, exposiciones, talleres de escritura, actividades infantiles... Este año, la semana de la lengua francesa tiene como tema principal la riqueza de los regionalismos y se han elegido diez palabras provenientes de diferentes parte del mundo francófono como ejemplo. El concurso se llama Dis-moi dix mots y se han elegido las siguientes palabras:
- de Francia « chafouin » (encerrado, hermético, secreto) et « fada» (pirado, chalado),
- de Quebec « poudrerie » (aguanieve) et « dépanneur » (reparador, manitas), 
- de Bélgica  « lumerotte » (candil, lámpara de luz tenue) et « dracher » (diluviar), 
- de Suiza « ristrette » (café corto, ristretto) et « vigousse » (vigoroso, pletórico), 
- de Haiti  « tap-tap » (taxis colectivos pintados con muchos colores)
- de Congo « champagné » (persona influyente o con éxito social).

¿Os atrevéis a escribir un cuento con ellas? 


La Biblioteca Nacional colabora en la semana de la Francofonía

domingo, 13 de marzo de 2016

Una semana difícil

La semana que acaba ha resultado bastante dificil de llevar. El martes por la noche comenzó una huelga que duró más de 24 horas y en la que buena parte del transporte público estuvo paralizado. El metro no funcionaba mal del todo pero los trenes de cercanías (RER) funcionaban a una cuarta parte de su frecuencia. Eso repercutía en el metro ya que había bastante más gente de la habitual. También hubo varias movilizaciones y manifestaciones en el centro de París y en los barrios, pero sin atercados importantes. Los sindicatos habían convocado esta huelga en protesta por la reforma laboral que el Gobierno está tramitando. Los franceses suelen decir que el deporte nacional es la huelga ya que se convocan huelgas generales cada dos o tres años y huelgas sectoriales casi todos los meses. Como consecuencia de la crisis, en los últimos años las protestas se han recrudecido y las diferentes medidas para reincentivar la economía no han satisfecho a los trabajadores ni a los empresarios (a unos por ser muy duras, a otros por no serlo). Aunque la ley está todavía en fase de estudio, ya ha sido modificada como concesión a la presión de los ciudadanos.

 El transporte público afectado por la movilización social

La Francia insumisa
Ésta ha sido también la semana de EU Sequana, el simulacro de inundación que el Ayuntamiento ha organizado para tener todo listo en caso de crecida del Sena. Ha habido diferentes actividades con participación de bomberos, policías y equipos de rescate de diferentes países de la Unión Europea. Además de los ejercicios en sí, después habrá una puesta en común de las conclusiones para mejorar la respuesta de los poderes públicos a la hora de tomar decisiones en caso de una inundación. La idea está bien y además ha permitido que el nivel del Sena sea más alto que en semanas anteriores, aunque se ha pasado las últimas tres semanas sin para de llover de manera que antes o después se iba a dar una gran crecida. Como soy de Zaragoza, conozco bien las consecuencias de una crecida y más si el gobierno de turno está lleno de incompetentes que no saben lo que hacen y con su indolencia hacen que los vecinos pierdan sus cosechas, su ganado, sus casas... Lamentablemente, esto pasó la pasada primavera coincidiendo con la campaña electoral de las elecciones municipales y autonómicas. En París es diferente porque el río está muy bien canalizado y hay zonas verdes en la áreas estrátegicas de una inundación como los meandros. No obstante, prevenir vale más que curar y el EU Sequana se está desarrollando sin incidencias y sin apenas incomodidades para los vecinos.
¡Vaya trago!
¿Estáis preparados para afrontar la crecida? La pregunta es si lo está la administración


martes, 8 de marzo de 2016

Shakespeare & Company, la historia de dos mujeres

Uno de los lugares más emblemáticos de la cultura librera parisina es Shakespeare & Company. Resulta extraño que una de las librerías más famosas de París sea una que está especializada en literatura anglosajona. Pero ya sabemos que en París cualquier cosa es posible y que son muchos los extranjeros que llegan a la ciudad del Sena para hacer realidad sus sueños. No menos curioso es el hecho de que para buscar los orígenes de esta librería haya que conocer la historia de otra.

Adrienne Monnier abrió una librería en noviembre de 1915 La Maison des Amis des Livres, situada en la calle Odéon, convirtiéndose en la primera mujer librera de la historia de Francia. En ella no sólo había compra sino también préstamo de libros. Adrienne leía todos y cada uno de los libros que iba a vender de modo que podía aconsejar a sus clientes según sus gustos y su personalidad. Tantas eran sus adquisiciones que llegó un momento en que le faltaba espacio para instalar más anaqueles. Su librería pronto empezó a ser frecuentada por diversos intelectuales de la época como Jules Romains, André Bréton o Louis Aragon. Un día de marzo de 1917, una joven estadounidense llamada Sylvia Beach entró en la librería de Adrienne buscando nuevas lecturas. Propietaria y cliente comenzaron a hablar de su amor por los libros e iniciaron así una estrecha y duradera amistad. Cuatro años después y en la misma calle Odéon, Sylvia abrió Shakespeare & Company, especializada en literatura en inglés y que, con el tiempo, también se convertiría en editorial.

 
Foto de Sylvia Beach en su librería. El local de la antigua Shakespeare & Co. es ahora una tienda de ropa y conserva esta foto en el escaparate
 
Adrienne ayudó a Sylvia a comenzar esta aventura, a hacer las gestiones para sacar adelante su negocio y a administrarlo. Aunque ambas sentían una gran pasión por la lectura, su forma de trabajar era completamente distinta. Mientras Adrienne se centraba en los libros y las palabras, Sylvia prefería hacerlo en los lectores y los escritores, de ahí que comenzara pronto su labor como editora. Por eso Monnier apadrinó a nuevos escritores de vanguardia y creó la revista Le navire d'Argent, para dar a conocer las novedades editoriales y los nuevos estilos que iban surgiendo. Por su parte, Beach empezó a frecuentar a los escritores americanos residentes en París y a realizar sus propias ediciones de libros en inglés.

El libro más famoso que Shakespeare & Co. publicó fue el Ulises de James Joyce. Silvia fue tan generosa con su protegido que estuvo a punto de ir a la cárcel y a la ruina por su culpa. Adrienne tuvo que intervenir en defensa de su amiga, se enfrentó al irlandés y obligó a Sylvia a cortar los préstamos que le hacía. Después, Joyce firmó un contrato con una editorial americana rompiendo el que que tenía con Sylvia y dejándola en bancarrota, sin devolverle el dinero que había invertido ni indemnizando a la editorial por la pérdida de los derechos de autor.

Vista de la calle Odéon donde estaban la Maison des Amis des Livres y Shakespeare & Company

Pero éste no fue el único revés que afrontaron juntas. Durante la II Guerra Mundial, los alemanes amenazaron con confiscar los libros de Shakespeare & Co. Adrienne y la portera de la finca ayudaron a Sylvia a trasladar libros, cartas, cuadros y muebles al cuarto piso del edificio, en un apartamento vacio, para evitar el saqueo de los nazis. A pesar de eso, Beach fue detenida por la Gestapo y pasó seis meses en un campo de prisioneros.

Aunque la constancia y compañerismo de estas dos mujeres es admirable, ellas no estaban solas. Sus madres les apoyaron: Sylvia pidió dinero a su madre que vivía en Princeton para abrir su librería. Por su parte, la madre de Adrienne le mandaba verduras frescas todas las semanas y el dinero de la indemnización por accidente que su padre recibió (unos 10.000 francos de la época).

Estas mujeres cambiaron el panorama cultural de París en el periodo de entreguerras. No sólo vendían sino que se dedicaban a leer y aconsejar y recomendar a los lectores: eran auténticas libreras, de las que ya no quedan. Ahora en los grandes centros de venta de libros (me niego a llamarlos librerías) se pueden comprar hasta cafeteras. La Shakespeare & Co. que existe ahora junto al Sena, en la zona de Saint Michel, no es la auténtica y, salvo el nombre, no tiene nada que ver con la que fundara Beach.

Éste es mi pequeño homenaje a estas dos mujeres emprendedoras y adelantadas a su tiempo, cultas e intrépidas, en este Día de la Mujer.


La actual Shakespeare & Co. no es la original. Pero es bonita, está bien situada
 y tiene una cafetería estupenda.