La tarde empezó con un cine. Fuimos a ver una película que, precisamente, trata el mundo de la restauración: Burnt, aquí llamada À vif!. Como es imposible ver esa película sin sentir hambre, ya que cuenta la historia de un cocinero y su equipo y la mayor parte de las escenas muestran la preparación y restauración de platos, decidimos ir a algún local de la zona de Grands Boulevards y nos decidimos a entrar en una taberna llamada James Hetfeeld's Pub donde tomamos unas pintas y comimos hamburguesas, patatas fritas y aros de cebolla. Además, vimos el partido de fútbol amistoso entre Inglaterra y Francia que acabó con victoria para los primeros. No se puede tener una noche más hostelera. Ni más patriótica. A pesar de perder y de no jugar demasiado bien, el público allí reunido no dejó de animar ni de cantar, De hecho, se cantó La Marsellesa varias veces antes de que terminara el partido y otra vez más al finalizar. Bonita noche si no fuera porque otra vez no pude dormir. El ruido de los helicópteros y las sirenas me lo impidió pues, mientras yo estaba tranquilamente en casa, en otro lugar la Policía detenía a varias personas relacionadas con los atentados del viernes. Todos los inconvenientes que estamos sufriendo en el transporte y en nuestra vida cotidiana no son nada en comparación con el riesgo que corremos. Pero no hay que amilanarse. Quedarse en casa sería lo peor para nuestras vidas y para la economía de la ciudad, basada en gran medida en el ocio y el turismo. Además de que sería nuestra pequeña venganza contra los terroristas, que han calificado de ateos, apóstatas y cosas semejantes a la gente que estaba tranquilamente disfrutando la noche del viernes: les molesta que disfrutemos de la vida. Por eso, hay que salir y disfrutar y que rabien los amargados y sectarios.
Imagen de la campaña
La taberna donde cenamos
Ambiente en el interior
Las hamburguesas tenían muy buena pinta y estaban muy ricas pero es la primera vez que me ponen el huevo a la plancha por fuera del pan
Guitarra rota en la decoración de una pared
Una de las varias ocasiones en que el público empezó a cantar espontáneamente el himno nacional
Es cierto, la actividad de ocio, cultura y turismo son el principal motor de París y es preciso recuperar la rutina habitual incluyendo el salir a tomar algo para que nos veamos arropados por las personas que nos rodean.
ResponderEliminarMuy loable la iniciativa y seguro que tuvo éxito.
Buena pieza de decoración la guitarra rota en la pared aunque no ponga a qué artista pertenecía y la foto de James Hetfield de Metallica a su lado.
Saludos.