A veces un gesto tan pequeño puede conllevar grandes y maravillosas consecuencias. Cuando falleció, Rosa Parks fue velada en el Capitolio de los Estados Unidos, la primera mujer y la primera persona negra en recibir tan alto honor. A tan ilustre defensora de los derechos civiles, París le dedicó hace años una estación de tren, algo muy pertinente. No creo que Parks se imaginara algún día que su defensa de su asiento en el transporte público la llevaría tan lejos y que su nombre se emplearía para una estación en otro país, otro continente.
La estación además está decorada con un mosaico llamado Tú nos transportas Rosa Parks y fue sufragado con aportaciones de los vecinos del barrio. Diseñado por los artistas plásticos Vincent Charra et Frédéric Ardie, fue elaborado por miembros de una asociación vecinal de personas discapacitadas.
Mosaico que refleja el incidente sufrido por Rosa Parks
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