lunes, 12 de enero de 2015

La solidaridad de una sociedad

Si algo se aprende de las desgracias es que incluso en los días más dramáticos, se pueden encontrar gestos de bondad y generosidad. No hablo sólo del empleado maliense del supermercado kosher que salvó la vida de varios clientes o del policía musulmán abatido cuando acudía al aviso de ataque a Charlie Hebdo, hablo de las miles de personas que de forma anónima se han manifestado por las calles de París en defensa de la libertad o han hecho sus donaciones a las familias de los policías muertos o se han suscrito al semanario. No lo olvidemos: Charlie Hebdo es muy bestia. Muchas de las ilustraciones publicadas por el semanario no se podrían publicar en España, se considerarían delito. Es muy apreciable que personas cuyas religiones o ideas han sido caricaturizadas por una revista, se manifiesten en favor de la libertad de publicación de la misma. Demuestra la madurez democrática y cívica de los ciudadanos de un país. Todo lo contrario de España donde la libertad de expresión está cada vez más limitada.


 Soy policía, soy judío, soy musulmán, soy cristiano, soy ateo, soy francés, soy ciudadano del mundo, soy Charlie. Cartel del Ayuntamiento que recuerda a una canción de Madonna.

 El Ayuntamiento de París declaró a Charlie Hebdo Ciudadano de Honor de la ciudad

Papelería con portadas de diversos medios de comunicación franceses y de otros países

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