Así que empiezo mi artículo con el pintor con el que cerré el otro, Cézanne, el padre de la pintura moderna. Allí expuesta, nada más empezar, está su obra El Bañista, una de las más antiguas que posee el museo no sólo por su fecha de creación sino también de adquisición. Acompañado de un Picasso cubista y de un Hopper, nos da la bienvenida a la historia reciente del Arte.
El Bañista de Cézanne
Después de esta sala introductoria nos encontramos los grandes maestros del siglo XX: Klimt, Picasso, Matisse, Calder, Magritte, Frida Khalo y muchos otros están aquí presentes pero llama especialmente la atención un cuadro: La Persistencia de la Memoria, el famoso cuadro de los relojes blandos de Dalí. Tantas veces reproducido que ahora, por fin, lo he visto a corta distancia. Y suerte que era corta porque no tenía la menor idea de su pequeño tamaño. Cuánta grandeza en una tela tan minúscula. Qué importancia la de ser un visionario, además de un gran artista. A pocos metros, otro de los cuadros más impresionantes de la colección: Autorretrato con cabello corto de Frida Khalo, el cuadro que marca el momento en que la mexicana tomó las riendas de su vida después de su separación de Diego Rivera.
La Calle de Kirchner
La Esperanza II de Klimt
Retrato de Félix Feneco de Signac
La Persistencia de la Memoria de Salvador Dalí
Autorretrato con cabello corto de Frida Khalo
La Partida de Beckmann
Precisamente, a esta última está dedicada la siguiente sala. Los pintores expresionistas abstractos americanos como Pollock, O'Keeffee y Rothko son los protagonistas de esta galería.
No. 10 de Rothko
Puerta y ventana de granja de O'Keeffee
Mapa de Jasper Johns
Latas de Sopa Campbell's de Andy Warhol
Sopa de cebolla Campbell's de Andy Warhol
Bandera del movimiento gay de Gilbert Baker
Bandera afroamericana de David Hammons
Sin título (Club Scene) de Kerry James Marshall
A lo largo de sus instalaciones, la fundación nos muestra importantísimas obras de diferentes estilos y formas de expresión. Uno de los principios fundacionales del MoMA, y de otros museos de arte contemporáneo, es poner en valor el arte y la expresión artística de forma multidisciplinar de manera que, aparte de las consabidas pintura y escultura, encontramos también obras de otras artes consideradas menores como la fotografía, el cine, el cartelismo, el dibujo, la danza, la música, las intervenciones, las actuaciones en vivo e, incluso, la arquitectura. Todo ello, conforma una explicación de la realidad histórica del momento que se opone a la abstracción antes vista. No sólo estas piezas se encuadran perfectamente en el conjunto de la exposición ya que cuentan una parte de la historia sino que, además, resultan de lo más atractivas al visitante. Así, por ejemplo, uno de los puntos donde se concentran más espectadores es la proyección de un fragmento de El Acorazado Potemkin, en concreto, la famosísima escena de la escalinata. Qué gran alivio sentí al ver tanta gente concentrada delante de esta gran obra maestra y no justo detrás donde se proyectaba uno de los primeros cortos protagonizados por el ratón Mickey. En la misma sala, había una exposición de carteles propagandísticos de la época de entreguerras, incuídos varios de la Guerra Civiel española.
Carteles soviéticos de Gustav Klutsis
Escena de la película El Acorazado Potemkin de S.M. Eisenstein
Carteles de la Guerra Civil Española de Jaume Solà
Un poquito más adelante, con las obras de la segunda mitad del siglo XX, vemos también proyecciones de performances de música, danza y actuaciones así como instalaciones y fragmentos y maquetas de obras de arquitectura y piezas de artesanía, los llamados artes menores. También tienen gran importancia en esta sección las obras de arte creadas gracias a las nuevas tecnologías, Especialmente popular es una sala en la que se proyecta un motete del siglo XVI de Thomas Tallis en el que 40 altavoces difunden cada una de las 40 voces cantantes. Los vistantes (oyentes, más bien) pueden pasear por la sala para apreciar el momento exacto en cada voz se incorpora a la pieza, las diferentes tesituras de las mismas y los bellos sonidos que se forman al concertarse todas ellas.
Fragmento de la fachada de la sede de las Naciones Unidas
Guitarra eléctrica Fender Stratocaster
Sin título de Félix González-Torres
Por supuesto, las obras también se acompañan de
documentos, fotografías y recortes de prensa en que nos explican el
nacimiento y desarrollo del Museo. Dan ganas de volar a Nueva York y conocer más de este museo.
Imagen de la exposición dedicada a Picasso en 1980
No hay comentarios:
Publicar un comentario