sábado, 4 de noviembre de 2017

Les Dilettantes, cata de champagne

En las últimas semanas, no he parado ni un minuto: exposiciones, salir con los amigos y mucho trabajo no me dejan tiempo para escribir por lo que tengo muchas entradas en el tintero virtual. Empezaré por publicar una cuya actividad se sale de lo corriente: una cata de champán. Un poco por casualidad encontré esta actividad en el Airbnb Events y allí nos fuimos un grupito de españoles que coincidimos con unos norteamericanos y una australiana. Las explicaciones, por tanto, fueron en inglés lo que nos vino muy bien porque lo tenemos oxidado.

Detalle de la bodega

Las organizadoras del evento son Las Diletantes, Fanny y Loreley, que nos recibieron con los brazos abiertos en su cava del barrio de Saint-Germain. Se trata de una bodega del siglo XVIII en la que encontrar una interesante selección de champagnes de cuatro terruños diferentes: Montaigne de Reims, Valée-La-Marne, Côtes des Blancs y Côtes des Bars. Además de tratarse de una bodega dedicada exclusivamente al champán, todos los caldos están realizados por pequeños productores y con uva recogida a mano para evitar los posibles deterioros de los procedimientos mecánicos. Las explicaciones recibidas durante la cata fueron breves pero muy interesantes. No se trata de un curso enológico sino una actividad para pasar un buen rato mientras se aprenden los conceptos básicos de esta bebida.
 
Muestrario de champagnes

Algunas ideas ya las tenía claras como, por ejemplo, que el mejor es el Brut Nature (el más seco), que cuanto más viejo es el champán, más finas son sus burbujas o que la producción se realiza, fundamentalmente, con las uvas Chardonnay, Pinot Noir y Pinot Meunier. Entre lo aprendido aquella tarde, he descubierto que cada tipo de champán necesita una copa diferente (flauta o contorneada, parecida a la de vino blanco), la importancia de la composición geológica del terreno en las propiedades de las uvas y que hay tres categorías en función de la edad del vino: Champagne, Premier Cru y Grand Cru. Nuestra anfitriona también nos regaló algunas explicaciones sobre la segunda fermentación del vino que es la que produce las burbujas y sobre la mejor forma de degustarlo: nada de moverlo, no se olfatea como el vino tinto pero sí se observa puesto que el color del líquido así como la forma y tamaño de las burbujas es importante para determinar la calidad del champán.
 
Empieza lo bueno

La degustación consistió en tres champagnes de tres lugares y características diferentes. Empezamos con un Blanc de Blancs, es decir, 100% Chardonnay, llamado Cazals muy fresco y con un toque cítrico. El siguiente fue otro Blanc de Blancs llamado Aspasie, ligeramente más seco y que recordaba el gusto de la manzana verde, con un punto especiado. El último fue Serveaux Fils realizado con uva Meunier, el más seco de los tres, que me recordó a frutos secos, pasas y un toque de ciruela.
 
Las botellas en orden de degustación

Un detalle que me gustó es que cada champán tiene una ficha donde se describen no sólo sus características sino también las de la bodega y de los productores, con foto incluida. Son las mismas fotos que se encuentran en el escaparate y que demuestran la cercanía y conocimiento de este negocio con los productos que venden y sus suministradores. La experiencia fue maravillosa y nuestras anfitrionas nos permitieron quedarnos hasta más tarde de la hora. Ya sé dónde voy a hacer mis compras de champagne esta Navidad. 


 

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