viernes, 5 de mayo de 2017

Pissarro en Éragny

Bajo el título Pissarro en Éragny. La naturaleza redescubierta, el Museo del Luxemburgo nos presenta hasta el 9 de julio una retrospectiva de la última etapa artística del pintor Camille Pissarro, uno de los padres del impresionismo. La verdad que se trata de una exposición preciosa y muy agradable de ver pero no demasiado ambiciosa y con un interés científico más bien limitado. No a todo el mundo le gusta ver paisajes aunque hay que reconocer la maestría de Pissarro en esta temática. No veremos aquí escenas de Montmartre, donde residió un tiempo, ni retratos: la base de la muestra son los paisajes campestres y alguna escena de los trabajos agrícolas, es decir, todo lo que le rodeaba en su finca de Éragny-sur-Epte, que adquirió gracias a un préstamo de su amigo Claude Monet.

 Efecto de la nieve en Éragny, el camino de Gisors
 La casa Delafolie en Éragny, sol poniente
La casa Delafolie

Nada más entrar, hay una pequeña sala de introducción en la que ya se anuncia el objeto de la exposición: el cambio de estilo del pintor quien, a partir de 1889, abandona el neoimpresionismo en favor de una paleta de colores menos contrastada. En este sentido, el Museo ha hecho un gran trabajo ya que las obras seleccionadas y el recorrido propuesto nos muestran perfectamente dicha evolución.

Antes del citado 1889, la pincelada es pequeña, suave y estrecha pero viva. En los cuadros se nos muestran paisajes en perspectiva aunque los maravillosos cielos se roban toda nuestra atención más que los paisajes en sí mismos. Ya tres años antes, su pintura había vivido una renovación artística en su aproximación a la técnica puntillista desarrollada por Seurat pero, poco a poco, la fue abandonando para volver al impresionismo más clásico de pincelada suave, suelta y colores más neutros pero más sutiles. De hecho, la pincelada se va haciendo cada vez más amplia sobre todo en los cielos.

Vista de Bazincourt, helada blanca
Vista de Bazincourt, cielo rojo
Vista de Bazincourt, efecto de la nieve por la tarde

Aunque no dejó de lado la experimentación: hay una amplia selección de acuarelas, calcos, grabados, gouaches, dibujos a lápiz, a boli y tinta china y unas obras realizadas en sumi-e, técnica de dibujo a tinta lavada de origen japonés, porque ya sabemos que los impresionistas se vieron muy influidos por las estampas japonesas, tanto en el tratamiento del paisaje como en la parte técnica. También hay algunos cuadros de su hijo Lucien y una importante colección de fotografías y de cartas.

Sin duda, los paisajes y su tratamiento a nivel de evolución pictórica son lo más interesante de la exposición. Bastante menos llamativa resulta la sección dedicada a los trabajos del campo ya que, quizá por su avanzada edad, por la enfermedad que padecía o porque no era una gran dibujante, las figuras humanas no eran su punto fuerte de manera que recuerdan al peor Renoir.

 Tarde de primavera con tiempo gris en Éragny
 Otoño, bruma matinal en Éragny
Mujeres en una cerca, primavera, tiempo gris

No hay comentarios:

Publicar un comentario