La Maison Rose
Para tomar algo rico, casero y a buen precio, sólo hay que ir a los alrededores de la plaza Abbesses para tomar algo, en concreto, en la rue de la Vieuville hay una trattoria llamada Pomodoro que hace unas pizzas caseras espectaculares y una pasta muy sabrosa. Vero italiano.
Pomodoro
Si vuestro presupuesto os lo permite, podéis ir a los mejores restaurantes del barrio que se encuentran en la rue Lepic, la calle donde se sitúa el mítico Moulin de la Galette en cuyo local se ha reabierto el restaurante con nuevos dueños, nuevas ideas y nueva carta. Recomiendo todos los restaurantes de esta calle: no hay ninguno malo.
Restaurantes de la rue Lepic
Bajando de la colina, hay muchos más resturantes y más variados: cocina asiática, criolla, italiana... y francesa, claro. En el área que va desde la rue Abbesses hasta la avenida Clichy, entre la rue Lepic y la calle Germain Pilon, se encuentran las mejores y más variadas propuestas gastronómicas de todo Montmartre. Precisamente fue en esta zona donde empezó la actividad hostelera del barrio, los famoso bistrós. Cuenta la historia que los rusos que conquistaron Francia después de las guerras napoleónicas, pedían comida y bebida en las fondas al grito de "bistro, bistro" que significa rápido, rápido. Aunque es la versión más conocida y querida por los vecinos del barrio, probablemente no sea cierta. Lo único verdadero es que en esta zona nacieron los restaurantes populares para comer y beber algo rápido y barato.
Mapa de la mejor zona de restaurantes de Montmartre
Restaurante de comida biológica
Otros restaurantes de la calle Véron
Por supuesto, no hay que olvidar la calle Abbesses, llena de restaurantes, cafeterías y bares para tomar algo, algunos con buen precio y buena calidad como el que recomendé aquí. La oferta es enorme y muy variada. En el propio boulevard de Clichy han reabierto el Trianon, el teatro y el restaurante. Y en la parte más baja de la rue Lepic, se encuentra Les Deux Moulins, el restaurante de la película Amélie. Si deseáis comida para llevar, en este tramo también hay varias tiendas de comida preparada y de delicatessen.
Ya os digo que no vais a encontrar a Amélie
Scaramouche y su terracita con muebles vintage
En fin, hemos recorrido Montmartre durante todo un mes. Hemos conocido su vida cultural, sus vecinos más ilustres, sus rincones más curiosos, sus museos... y también hemos ido de compras. Mucho ajetreo y más teniendo en cuenta que es un barrio situado en una colina y que hay que subir y bajar cuestas y escaleras constantemente. Me he dejado algunas cosas en el tintero pero cómo no hacerlo. Así tendré más motivos para escribir sobre este barrio más adelante.
Ya es hora de bajar las escaleras y abandonar Montmartre. Hasta pronto.
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