Los vecinos reciben la visita de la comparsa colocando en la puerta de su vivienda o establecimiento comercial un sobre rojo con dinero en su interior y una lechuga que simboliza larga vida y riqueza. Dependiendo de la forma de presentar el donativo y de su cantidad, las acrobacias y los bailes serán más o menos difíciles. Cada tipo de movimiento tiene un ritmo musical específico: cuando el león realiza un movimiento, el tambor ejecuta el sonido o ritmo adecuado y, tanto el gong como los platillos, deben seguir el ritmo del tambor y no el del león.
Los comerciantes y el público participan en la ceremonia ofreciendo sobres rojos con dinero. Con ellos alimentan al león colocándolos en su boca y así se ganan la buena suerte para el año lunar entrante aunque, en la práctica, es una donación para la escuela de artes marciales que organiza la función. El acto finaliza con un mensaje de buena suerte que cae de la boca del león, en medio de una explosión de fuegos artificiales para terminar de espantar a los seres malignos. De esta manera, los leones bendicen el lugar para que los comerciantes atraigan a más clientes y tengan prosperidad y, por extensión, también a todos los presentes.
Además de los músicos que tocan un
tambor grande, címbalos y un gong, los leones están acompañados
por un pequeño Buda, que representa a un monje shaolin que era demasiado rebelde para el entrenamiento del templo
por lo que fue expulsado. Este personaje lleva un hábito de monje,
una máscara y, bajo el traje, un cojín o almohada que le hace
parecer obeso. Este pequeño Buda trata de fastidar constantemente a
los leones azuzándolos con su abanico.
La danza de leones suele ir acompañada de exhibición de artes marciales. Aquí, delante de un supermercado
Los leones fueron a esta pastelería y el pastelero les debió de dar una excelente propina porque incluso lo mantearon
Danza de los leones en un restaurante
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