Papeletas del Congreso y Senado y los sobres correspondientes, incluido el necesario para el envío del voto, junto con la hoja de instrucciones
domingo, 6 de diciembre de 2015
Las próximas elecciones generales del 20-D
Ayer día 5 me llegaron, por fin, las papeletas de votación para las próximas elecciones generales que serán, además, las más abiertas e imprevisibles de la historia de la democracia española. tanto es así que hasta el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) ha tenido la osadía, por no decir el descaro, de publicar unas encuestas sobre intención de voto con con más de un 40% de indecisos, es decir, gente que ha declarado que quiere votar pero todavía no ha decidido a quién. Esos sondeos no tienen por tanto validez porque reflejan una intención de voto que apenas supera el 50% de los encuestados. Como tengo la suerte de que París está cerca de España, mis papeletas han llegado pronto y las voy a enviar lo antes posible, pero no pueden decir lo mismo muchos otros emigrados que residen en lugares más lejanos. Las trabas administrativas son importantes, los plazos muy cortos y el sistema se ha quedado obsoleto teniendo en cuenta la cantidad de gente que está marchándose del país. Encima, hace unos años se estableció el voto rogado para los electores de España en el extranjero, es decir, ya no existe el sufragio universal por el que todos los mayores de edad no incapacitados tienen derecho a votar, sino que los residentes en el extranjero están obligados a inscribirse en un censo especial para poder votar, en definitiva, un tipo de voto censitario que, unido a todo lo anterior, hace que dos terceras partes de los españoles residentes en el extranjero no lleguen a emitir su voto o, si lo emiten, éste no llegue a tiempo. Para los residentes fuera de la Unión Europea, el abstencionismo impuesto por las circunstancias supera el 90%. Por no hablar, de que a diferencia de otros países como Francia, el sistema electoral español no permite la elección de representantes propios de los españoles residentes en el extranjero, sino que cada uno elige los representantes de su última circunscripción electoral en España. Todo esto demuestra lo poco que a los políticos les importamos los españoles emigrados, razón por la cual, hay que votar ahora más que nunca. Y no podía decir esto en un día mejor que hoy, el día de la Constitución, esa norma suprema que la mala praxis de los políticos está vaciando de contenido.
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