Como no soy la única enamorada de Japón que hay en París, un amigo llamado Fabien me ha regalado unas chuches japonesas llamadas Meiji Wata-Pachi, o eso creo, porque todas las instrucciones están en japonés, salvo estas palabras y la lista de ingredientes. El caso es que se trata de una especie de algodón de azúcar con sabor a uva relleno de escamas de caramelo carbónico, lo que en España llamamos petazetas, y sidral. El sabor es extremadamente dulce pero con el regusto ácido que dejan las gominolas y la textura es liviana como el algodón dulce pero contrasta con los copos crujientes y el picor del sidral. Además los japoneses se las pintan solos para hacer los diseños de envases y lo que en un principio me parecían instrucciones, resulta que son las viñetas de una historieta de cómic.
El envoltorio
El aspecto
El interior
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