sábado, 23 de mayo de 2015

Palais Tokyo y II

Continuando con la visita del Palais de Tokyo, toca ahora ver los sótanos y los pabellones exteriores. Como muchas de las obras expuestas son intervenciones, performances y actividades, el espacio de creación artística cambia constantemente. La visita de hoy no se parecerá en nada a la visita de hace unos meses ni a la que podremos hacer dentro de un año. Esto forma parte de su atractivo y también de su complejidad. El centro se comporta como un ser vivo que cambia, evoluciona, se relaciona con el mundo... de hecho, este autodenominado antimuseo tiene un embarcadero propio en el Sena, un jardín, una explanada en la que realizar conciertos y actuaciones y dos restaurantes con terraza.


Performance en la que participan los visitantes

Los sótanos son un lugar muy especial de este centro ya que se encuentran obras por todas partes: en las escaleras, en las vigas, en las paredes... Cualquier lugar es bueno para lanzar una propuesta. Aquí, más que en ningún otro rincón del palais, se ve que el edificio está en permanente revisión. Digamos que los espacios son como un lienzo en blanco para los artistas que pueden mostrar su creatividad sin apenas limitaciones.











Obras de diferentes exposiciones y artistas

En el final del recorrido, me encontré con una obra del artista español Fernando Sánchez Castillo llamada Guernica Syndrome y que está compuesta por varias piezas creadas con restos del Azor, el barco del dictador Francisco Franco. Sánchez Castillo adquirió el yate en 2.011 y lo desguazó para crear este conjunto escultórico.



Guernica Syndrome

Y por si tantas obras os han dejado con ganas de más, podéis visitar la tienda y comprar libros de arte. Tiene tantos y tan variados (de arte de todas las épocas y estilos, de moda, de filosofía, de política...) que parece una librería más que una tiendecita de recuerdos. Y si entra hambre, nada mejor que comer algo ligero en su cafetería. Para aquellos que prefieran algo más contundente, se puede comer y cenar en el restaurante Tokyo Eat que también es un espectáculo en sí mismo y siempre está llenísimo. A pesar del nombre y de las constantes referencias a Tokyo, el plato estrella es el steak tartar. Y para los más elegantes, el Monsieur Bleu, en el ala oeste, con sus recetas de cocina-fusión que se pueden disfrutar durante todo el día.

Imagen del Tokyo Eat

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