lunes, 23 de marzo de 2015

Rue Richelieu: Lego, monedas y mucho más

Alejándose un poquito de los grandes centros comerciales del Boulevard Haussmann, se llega a la calle Richelieu. Empezando por la zona norte, hay una enorme juguetería llamada Jouéclub en la que se pueden encontrar todos los tipos de juguetes que se os ocurran y que tiene un sección dedicada exclusivamente a los Lego, esos juegos de encajar piezas, tanto en versiones infantiles como de coleccionista. La tienda hace esquina con el bonito Passage des Princes y tiene su entrada principal por el Boulevard des Italiens.




Exposiciones de montajes Lego en la juguetería 
Passage des Princes

Unos metros más adelante podemos hacer una parada para comer en el Atsuatsu, un restaurante japonés diferente, ya que no sirve sushi, sino que está especializado en platos calientes, de ahí su nombre que significa «caliente, caliente». Nada más entrar, hay una zona de plancha (teppanyaki) en la que se preparan la mayoría de los platos. Más adentro, hay dos salas de comedor y también preparan comida para llevar y hacen eventos privados. Yo me senté en la barra y pedí una okonomiyaki pero, a diferencia de la de Aki, ésta era estilo Hiroshima, la que lleva fideos. La verdad es que estaba deliciosa y además era bastante grande; casi no me la pude acabar. La torta de base llevaba col y otras verduras y, por encima, fideos, carne de cerdo, atún deshidratado, un huevo, salsas... Todo muy rico. De postre, pedí un helado de sésamo negro para bajar la comida que estaba sensacional. Había otros platos especiales en la carta como fideos, cazuelas, pulpo, pescados... y una variedad importante de postres. Además, los empleados del restaurante son amabilísimos y el jefe de sala me invitó a un calpis aromatizado con sirope de cereza. Nunca en mi vida había probado el calpis y mirad que he probado multitud de cosas raras en mi vida. Es un refresco a base de yogur, algo así como leche ácida aguada. Me recordó ligeramente al ayran turco pero mucho más aguado y de su sabor, no puedo opinar porque el sirope anulaba todo el gusto del calpis. La experiencia fue muy agradable y espero volver. Lo recomiendo absolutamente.


Imagen del local
Barra junto a la plancha
Cerveza Kirin de grifo y el calpis de color rosa a causa del sirope de cereza
Es una pena que la foto haya salido tan mal porque no hace justicia al buen aspecto que tenía la okonomiyaki

Helado de sésamo negro, el color gris acero es real

Pero no todo son juguetes y restaurantes, bajando un poco más por la calle hay varias tiendas especializadas en numismática, es decir, coleccionismo de monedas y medallas. También las hay que venden otros objetos antiguos, en especial, joyas. Algunas de estas tiendas son muy antiguas y la mayoría tienen un pequeño taller. Nada más entrar, en algunos de estos negocios, está la mesa del tasador con una luz potente y una lupa: parece como un viaje en el tiempo.


Escaparates de las tiendas de coleccionistas

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