Este domingo día 1 de febrero finalizaba la exposición L'éclat des ombres que el Museo Quai Branly dedicaba al arte de las Islas Salomón. Este archipiélago fue descubierto en 1.568 por el navegante español Álvaro de Mendaña y recibió ese nombre porque el objetivo de la expedición era encontrar las tierras mitológicas en las que se encontraban las minas del rey Salomón. Al no encontrarse ninguna riqueza destacable, los europeos perdieron el interés por estas islas y no sería hasta el siglo XIX en que los ingleses comenzarían la colonización de las mismas buscando no sólo riquezas sino también mano de obra esclava.
En esta exposición, de nombre rimbombante, podemos apreciar el arte del pueblo melanesio anterior y posterior a la colonización. La mayoría de los objetos están realizados en madera teñida de negro o marrón oscuro y decorados con conchas, nácar y metales de color blanco, brillantes e irisados, que otorgan luz a esa oscuridad de la materia de base. Ese juego de contrastes entre el negro y los detalles blancos no queda sólo en el ámbito estético sino que es también un símbolo de relación entre el mundo real y el mundo de los espíritus. En estas islas, como en tantos pueblos, se rendía culto a los antepasados y muchas obras aquí expuestas marcan esa unión con las generaciones anteriores y con los espíritus de la naturaleza.
Los españoles no encontraron oro pero en las islas Salomón hay pirita
Cuenco ritual para funerales: dentro no se metía el cadáver del
difunto, sino una mezcla de cuartos de cerdo y pasta de ñames que después se comían los vivos
Tótem de los antepasados
Pero no sólo de espíritus vive el hombre. También se muestran
interesantes aspectos prácticos de la vida cotidiana. Así veremos
objetos relacionados con la guerra como armas y piraguas; con la pesca,
como anzuelos y lanzas y con la vida social, como collares y peines. Me
gustaría hacer especial mención a la fabricación de monedas: los
habitantes de estas islas tenían un sistema monetario bastante complejo
que servía para el intercambio comercial, para el
pago de indemnizaciones, para la realización de negocios familiares tales como herencias y dotes y para
el establecimientos de precios e impuestos. Muchas veces, con nuestros
prejuicios, consideramos primitivos pueblos lejanos que están poco
avanzados técnicamente como pueden ser los antiguos pueblos oceánicos.
Pero nada más lejos de la realidad: la existencia de dinero ya muestra complejidad social y abstracción intelectual.
Estas monedas engarzadas en cuerdas a modo de cinturones se siguen
utilizando en algunos puntos de las islas al margen de la moneda
oficial, el dólar salomonense. También me llamó la atención la
influencia que la colonización británica y la evangelización han tenido
en la realidad de las islas que han adoptado el cristianismo y las
costumbres occidentales sin perder el estilo artístico tradicional.
Peines, abanico y en lo alto, una visera
Mascarón de proa de una piragua
Reproducción a escala de una piragua. Las originales alcanzaban 15 metros
Muestra de anzuelos de diferentes tamaños: uno de los pescados que se da en esas aguas es el bonito aunque es algo diferente al bonito del norte que conocemos en España
Las cuentas de estos cordeles son monedas fabricadas con resinas y conchas
Cristo realizado en madera dentro de la estética melanesia
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