Vías viejas retiradas y vías nuevas para instalar
martes, 20 de octubre de 2015
Cambio de vías en el tren
Para una vez que tengo que utilizar la línea de tren de cercanías RER A y resulta que las vías están estropeadas. No es muy frecuente que eso ocurra; yo nunca lo había visto. Pero ayer me pasó y estuve un buen rato esperando y el tren no llegaba. Estaban cambiando las vías entre Châtelet y Gare de Lyon, dos de las estaciones más concurridas de dicha línea.
lunes, 19 de octubre de 2015
De derrota en derrota
¡Pobres franceses! Mis amigos están un poco tristes y no es para menos. Después de la dolorosa derrota sufrida por su selección de baloncesto contra su bestia negra, España, en su casa y en la prórroga, ahora el equipo de rugby ha recibido un palizón y ha sido eliminado de la Copa del Mundo por Nueva Zelanda. Desde el primer minuto, los All Black dominaron el partido y no dieron un respiro a sus rivales. Este resultado ha sido especialmente humillante para Francia ya que el rugby es el deporte nacional, el que juegan los niños en el colegio, el que sirve de activo social entre compañeros de clase o colegas del barrio. Ésta es la principal diferencia con el fútbol, que se considera el deporte de la calle y, en tiempos, el deporte de los niños que no iban a la escuela.
Como pequeño consuelo, el equipo francés de voley-ball (¿o debería decir balonvolea?) ha ganado el campeonato de Europa. Apenas han hablado de ello en los medios de comunicación y las referencias en prensa han sido escasas. Pero algo es algo. Como dicen mis amigos: "por una vez que no gana España...".
Dentro de poco empieza el campeonato de rugby femenino. Esperemos que las chicas hagan mejor papel que sus compañeros.
Como pequeño consuelo, el equipo francés de voley-ball (¿o debería decir balonvolea?) ha ganado el campeonato de Europa. Apenas han hablado de ello en los medios de comunicación y las referencias en prensa han sido escasas. Pero algo es algo. Como dicen mis amigos: "por una vez que no gana España...".
Dentro de poco empieza el campeonato de rugby femenino. Esperemos que las chicas hagan mejor papel que sus compañeros.
La portada del diario deportivo L'Equipe del día siguiente a la eliminación de Francia ha servido para una campaña publicitaria de dicho periódico. Eso sí que es masoquismo
viernes, 16 de octubre de 2015
Esplendor y miseria. Nueva polémica en el Orsay
El precioso y maravilloso Museo Orsay no para de generar polémicas en los últimos años. Algunas son externas. Éste es el caso de la artista que se saltó la seguridad e hizo una performance enseñando la vulva y recitando un poema junto a El origen del mundo de Courbet. Y también el de la ministra de Cultura, que publicó fotos de obras del museo cuando todavía no estaba permitido tomarlas. Pero, en otro casos, es el propio museo el objeto del escándalo. Después de una exposición sobre Degas y el desnudo, otra sobre desnudos masculinos, en plena polémica por la aprobación del matrimonio homosexual, y la dedicada al Marqués de Sade, llamada Atacar el sol y que fue promocionada con imágenes de una presunta orgía, llega ahora una muestra sobre la prostitución en el arte.
Por supuesto, el director del Museo y su equipo han sido cuestionados en varias ocasiones por la repetitiva utilización del sexo como temática de sus exposiciones temporales. Bien como gancho comercial bien por levantar expectación, cada otoño se centran en un aspecto de la sexualidad y la de este año trata uno de sus aspectos más sórdidos: la prostitución.
A diferencia de Atacar el sol, esta exposición está muy bien estructurada y todas sus obras corresponden con el tema a tratar. Además se muestran aspectos menos conocidos del oficio más antiguo del mundo como que muchas artistas (cantantes, actrices y, sobre todo, bailarinas), ocasionalmente, se prosituían o buscaban un protector que las ayudara en su carrera o que las mantuviera económicamente. De hecho, la propia Ópera de París organizaba fiestas y mascaradas para favorecer los encuentros entre artistas y nobles y burgueses que buscaban divertirse. Así encontramos muchos de los cuadros de Degas y Renoir. Muchas otras obras, como algunas de Gervex, nos muestran la elegante vida de las cortesanas, aquellas damas con uno o varios protectores que repartían su tiempo entre fiestas, cuidado personal y la prestación de sus carísimos servicios. También hay aspectos menos glamourosos de una prostitución de menor nivel como los cabarets, el consumo de alcohol, las fiestas locas y las pierreuses o chicas de la calle. Nos encontramos, de esta forma, con obras de Toulouse-Lautrec, Forain o Steinlen.
Las salas de la exposición están decoradas en rojo, granate y similares y algunos espacios más grandes incluso han sido entelados con sedas de brocados rojas y negras y con algunos muebles de la época. En algunas vitrinas, podemos ver objetos de lo más variados como tarjetas de visita de las chicas o de las mesdames, cajas de preservativos, documentos policiales y judiciales, estudios clínicos sobre las enfermedades venéreas, ropas y hasta un látigo. Mención especial merece una cama en dos alturas creada para el entonces príncipe de Gales, después rey Eduardo VII de Inglaterra. Hay otros espacios, reservados a los mayores de edad, donde se proyectan películas y se exhiben fotografías pornográficas de la primera década del siglo XX, todas ellas muy naïves ahora, pero escandalosas entonces.
También podemos contemplar obras que nos muestran la vida dentro de las casas de citas: desde la rutina de higiene de las chicas hasta cómo se desarrollaban las visitas de los clientes. Otras obras nos muestran la vida de estas mujeres en la cárcel ya que, no lo olvidemos, la prostitución era un delito y algunas acababan el prisión. Y, para finalizar, una gran sorpresa final: unas obras más allá de la fecha señalada por la exposición (1.910) realizadas por Picasso y algunos expresionistas escandinavos. Podría decir que fueron éstos mis cuadros favoritos de todo el recorrido, por supuesto, sin desmerecer ninguna de las grandes obras allí expuestas, muchas de ellas pertenecientes a los fondos del propio Orsay y otras llegadas desde colecciones privadas, mayoritariamente.
No se permiten las fotografías pero yo tengo en mis archivos algunas fotos de obras del Orsay y que forman parte de esta Esplendor y miserias, la cual recomiendo absolutamente aunque, al igual que la mayoría de temporales del museo, no son para todos los públicos ni para todos los estómagos.
Por supuesto, el director del Museo y su equipo han sido cuestionados en varias ocasiones por la repetitiva utilización del sexo como temática de sus exposiciones temporales. Bien como gancho comercial bien por levantar expectación, cada otoño se centran en un aspecto de la sexualidad y la de este año trata uno de sus aspectos más sórdidos: la prostitución.
A diferencia de Atacar el sol, esta exposición está muy bien estructurada y todas sus obras corresponden con el tema a tratar. Además se muestran aspectos menos conocidos del oficio más antiguo del mundo como que muchas artistas (cantantes, actrices y, sobre todo, bailarinas), ocasionalmente, se prosituían o buscaban un protector que las ayudara en su carrera o que las mantuviera económicamente. De hecho, la propia Ópera de París organizaba fiestas y mascaradas para favorecer los encuentros entre artistas y nobles y burgueses que buscaban divertirse. Así encontramos muchos de los cuadros de Degas y Renoir. Muchas otras obras, como algunas de Gervex, nos muestran la elegante vida de las cortesanas, aquellas damas con uno o varios protectores que repartían su tiempo entre fiestas, cuidado personal y la prestación de sus carísimos servicios. También hay aspectos menos glamourosos de una prostitución de menor nivel como los cabarets, el consumo de alcohol, las fiestas locas y las pierreuses o chicas de la calle. Nos encontramos, de esta forma, con obras de Toulouse-Lautrec, Forain o Steinlen.
Las salas de la exposición están decoradas en rojo, granate y similares y algunos espacios más grandes incluso han sido entelados con sedas de brocados rojas y negras y con algunos muebles de la época. En algunas vitrinas, podemos ver objetos de lo más variados como tarjetas de visita de las chicas o de las mesdames, cajas de preservativos, documentos policiales y judiciales, estudios clínicos sobre las enfermedades venéreas, ropas y hasta un látigo. Mención especial merece una cama en dos alturas creada para el entonces príncipe de Gales, después rey Eduardo VII de Inglaterra. Hay otros espacios, reservados a los mayores de edad, donde se proyectan películas y se exhiben fotografías pornográficas de la primera década del siglo XX, todas ellas muy naïves ahora, pero escandalosas entonces.
También podemos contemplar obras que nos muestran la vida dentro de las casas de citas: desde la rutina de higiene de las chicas hasta cómo se desarrollaban las visitas de los clientes. Otras obras nos muestran la vida de estas mujeres en la cárcel ya que, no lo olvidemos, la prostitución era un delito y algunas acababan el prisión. Y, para finalizar, una gran sorpresa final: unas obras más allá de la fecha señalada por la exposición (1.910) realizadas por Picasso y algunos expresionistas escandinavos. Podría decir que fueron éstos mis cuadros favoritos de todo el recorrido, por supuesto, sin desmerecer ninguna de las grandes obras allí expuestas, muchas de ellas pertenecientes a los fondos del propio Orsay y otras llegadas desde colecciones privadas, mayoritariamente.
No se permiten las fotografías pero yo tengo en mis archivos algunas fotos de obras del Orsay y que forman parte de esta Esplendor y miserias, la cual recomiendo absolutamente aunque, al igual que la mayoría de temporales del museo, no son para todos los públicos ni para todos los estómagos.
Cartel de la exposición
La espera de Jean Béraud
Olympia de Édouard Manet
martes, 13 de octubre de 2015
Desafío superado
A mi hermana Pili
Ayer fue 12 de octubre, la Fiesta Nacional de España y de muchos países hispanoamericanos y la gran fiesta de Zaragoza, mi ciudad natal. Mis amigos franceses quisieron acompañarme a tomar una copa y unas tapas para celebrar el día de mi ciudad y darme su cariño y apoyo porque saben que estoy lejos de mi familia y ayer era una ocasión especial. Me pusieron una condición: encontrar un bar o restaurante español en el que hubiera algo de Zaragoza. Por casualidad, lo encontré.
Fuimos al bar Les Piétons en pleno Marais. Y allí, junto a un montón de imágenes de la Virgen y custodiada por un San Pancracio, estaba una diminuta Pilarica. La foto no es muy buena pero yo cumplí mi parte y mis amigos pagaron la cena y las copas.
Ayer fue 12 de octubre, la Fiesta Nacional de España y de muchos países hispanoamericanos y la gran fiesta de Zaragoza, mi ciudad natal. Mis amigos franceses quisieron acompañarme a tomar una copa y unas tapas para celebrar el día de mi ciudad y darme su cariño y apoyo porque saben que estoy lejos de mi familia y ayer era una ocasión especial. Me pusieron una condición: encontrar un bar o restaurante español en el que hubiera algo de Zaragoza. Por casualidad, lo encontré.
Fuimos al bar Les Piétons en pleno Marais. Y allí, junto a un montón de imágenes de la Virgen y custodiada por un San Pancracio, estaba una diminuta Pilarica. La foto no es muy buena pero yo cumplí mi parte y mis amigos pagaron la cena y las copas.
martes, 6 de octubre de 2015
Retrospectiva de Mme. Le Brun
Hace unas semanas, conocí las nuevas exposiciones que se preparaban en París para este otoño-invierno y me llevé una gran sorpresa al ver que, por primera vez, Francia iba a dedicar una retrospectiva a Mme. Le Brun a la que conocimos aquí. No me maginaba, cuando escribí la entrada, que volvería a hablar de aquella dama y mucho menos que tendría la ocasión de ver casi todos sus cuadros expuestos juntos, más allá de la media docena de pinturas suyas que hay repartidas entre el Louvre y Versalles. Por eso, desde el primer momento, tuve claro que iría a ver esta exposición que ha contribuido a rendir homenaje y reivindicar la figura de esta ilustre pintora: la primera mujer que entró en la Real Academia de Pintura y Escultura y la primera, también, propietaria de un taller en el Louvre en el que daba clase a sus alumnos. (Hasta hace poco tiempo, además de museo, el Louvre era escuela de Bellas Artes y los maestros alquilaban o compraban sus espacios para dar clases)
Hasta tal punto llega el deseo de reivindicar su figura que ahora la presentan como Mme. Vigée Le Brun, anteponiendo su apellido de soltera al de casada. Hija de un pintor, desde muy pequeña mostró habilidades para el dibujo y la pintura que su padre estimuló enseñándole las técnicas de pastel y carboncillo. Siendo muy joven, empezó a retratar a sus familiares y amigos lo que valió conseguir sus primeros encargos entre la aristocracia y alta burguesía de la época hasta llegar a ser la pintora de cámara de la reina María Antonieta. La reina fue una de sus más firmes valedoras para que lograra su ingreso en la Academia de san Lucas y, posteriormente, en la Academia de Pintura y Escultura. Dada su cercanía con la familia real francesa, durante la Revolución fue calumniada y perseguida hasta el punto de tener que huir del país precipitadamente con su hija. De Francia pasó a Italia, donde sus amistades y su fama como retratista le abrieron las puertas de las mejores familias del sur de Italia. Posteriormente, pasó por Austria, Prusia y Rusia donde continuó su trabajo recibiendo encargos de los personajes más importantes, incluidas las familias reales de esos países. Especialmente fecunda, fue su relación con la casa imperial rusa que le encargó varios retratos de algunos de sus miembros.
Posteriormente, en la época napoleónica, regresó a Francia donde volvió a recibir encargos de las familias más importantes, incluida la familia Bonaparte. Unos años más tarde, realizó un viaje a Inglaterra en el que tuvo la oportunidad de retratar a algunos nobles y ricos comerciantes. De regreso a Francia, cultivó una de sus últimas pasiones, quizá la menos conocida, la de pintar paisajes, a la que se empezó a aficionar durante su estancia en Italia.
Hay que reconocer que buena parte del éxito del que disfrutó Mme. Le Brun durante su vida se debió a su realismo idealizado, es decir, a reflejar los rasgos de sus clientes pero algo embellecidos. Su excelente técnica, la dulzura de las composiciones y los colores cálidos que empleaba le valieron contar con una selecta y fiel clientela. Aunque tampoco faltó la polémica en su vida. En primer lugar, por el hecho de ser mujer, tenía muy difícil el acceso a formación y a los organismos culturales de la época. Después, al tener una relación de mucha confianza con la reina María Antonieta, decidió pintarla en camisa, es decir, en una prenda de interior, sin vestido, lo que provocó un escándalo en la época. Finalmente, al ser una pintora que realizaba sus retratos por encargo, no le faltaron los clientes insatisfechos como la zarina Catalina II a la que no le gustó nada el retrato conjunto de las dos hijas del zarevich Pablo.
Cabe destacar, también, que fue una gran pintora de retratos infantiles y una de las primeras artistas en dar una imagen tierna y amorosa de la maternidad por lo que abundan en su obra los retratos de madres en actitud cariñosa con sus hijos, empezando por el de ella misma con su hijita Jeanne.
Como opinón personal, debo decir que la exposición está muy bien realizada, ordenada y explicada. Se comprenden bien las obras en su contexto y a nivel pictórico. Además, se incluyen obras de otros artistas contemporáneos y también de otras mujeres artistas de la época y décadas posteriores. Asimismo, se analiza la situación de las mujeres artistas y hay varios cuadros de talleres de pintoras famosas. A pesar de todo lo anterior, debo destacar que hay algunos fallos importantes: es un poco raro que el cartel de la exposición no sea un autorretrato de los varios que pintó, inspirada por el gran maestro Rubens, sino la imagen de otra persona. Tampoco hace referencia a su taller en el Louvre aunque sí se habla de su labor como maestra.
Por suerte para todos, no se hacen apenas referencias a anécdotas tontas como los caprichos de sus clientes (los retratos de algunas damas de la familia Bonaparte y de ciertas nobles italianas tuvieron que ser corregidos y modificados varias veces) pero para esas estupideces ya están los guías. Durante toda mi visita, estuve detrás de un grupo de personas de la tercera edad que llevaban una guía que les iba contando que una dama retratada era un poco ligera de cascos, en lugar de hablar de la dulzura de los trazos, el dibujo sutil o los colores cálidos de la obra. Por encima de superficialidades, el arte de Mme. Le Brun permanece inalterado con el paso de los siglos, mostrando la cara amable de aquellos personajes que un día posaron para ella con el convencimiento de que la artista sería capaz de sacar de ellos toda la luz, la armonía y la delicadeza que llevaban dentro y cuya maestría la convirtió en, seguramente, la gran dama de la pintura francesa.
He aquí la artista
La Paz y la Abundancia, obra que le valió convertirse en académica
Posteriormente, en la época napoleónica, regresó a Francia donde volvió a recibir encargos de las familias más importantes, incluida la familia Bonaparte. Unos años más tarde, realizó un viaje a Inglaterra en el que tuvo la oportunidad de retratar a algunos nobles y ricos comerciantes. De regreso a Francia, cultivó una de sus últimas pasiones, quizá la menos conocida, la de pintar paisajes, a la que se empezó a aficionar durante su estancia en Italia.
Algunos de los paisajes que pintó Mme. Le Brun
La reina de Francia en camisa y con sombrero de paja. Un escándalo.
El retrato de las grandes duquesas juntas disgustó a la zarina Catalina II
Cabe destacar, también, que fue una gran pintora de retratos infantiles y una de las primeras artistas en dar una imagen tierna y amorosa de la maternidad por lo que abundan en su obra los retratos de madres en actitud cariñosa con sus hijos, empezando por el de ella misma con su hijita Jeanne.
Mme. Le Brun abraza cariñosamente a su hija Jeanne
Como opinón personal, debo decir que la exposición está muy bien realizada, ordenada y explicada. Se comprenden bien las obras en su contexto y a nivel pictórico. Además, se incluyen obras de otros artistas contemporáneos y también de otras mujeres artistas de la época y décadas posteriores. Asimismo, se analiza la situación de las mujeres artistas y hay varios cuadros de talleres de pintoras famosas. A pesar de todo lo anterior, debo destacar que hay algunos fallos importantes: es un poco raro que el cartel de la exposición no sea un autorretrato de los varios que pintó, inspirada por el gran maestro Rubens, sino la imagen de otra persona. Tampoco hace referencia a su taller en el Louvre aunque sí se habla de su labor como maestra.
Cartel de la exposición
Por suerte para todos, no se hacen apenas referencias a anécdotas tontas como los caprichos de sus clientes (los retratos de algunas damas de la familia Bonaparte y de ciertas nobles italianas tuvieron que ser corregidos y modificados varias veces) pero para esas estupideces ya están los guías. Durante toda mi visita, estuve detrás de un grupo de personas de la tercera edad que llevaban una guía que les iba contando que una dama retratada era un poco ligera de cascos, en lugar de hablar de la dulzura de los trazos, el dibujo sutil o los colores cálidos de la obra. Por encima de superficialidades, el arte de Mme. Le Brun permanece inalterado con el paso de los siglos, mostrando la cara amable de aquellos personajes que un día posaron para ella con el convencimiento de que la artista sería capaz de sacar de ellos toda la luz, la armonía y la delicadeza que llevaban dentro y cuya maestría la convirtió en, seguramente, la gran dama de la pintura francesa.
viernes, 2 de octubre de 2015
Salón de artistas de París
El ayuntamiento de París ha organizado, desde el 21 de septiembre y hasta el 10 de octubre, su tradicional Salón de Artistas en el que los funcionarios públicos de la villa de París pueden exponer sus obras. La muestra se celebra en el Hôtel de Ville y la entrada es gratuita. Al no ser artistas profesionales, no hay mucho público asistente pero vale la pena ver la exposición porque, como el arte contemporáneo está tan loco, algunas de estas obras no tienen nada que envidiar a algunas que se exponen en galerías y museos y que están sobrevaloradas. No falta de nada: hay pintura, escultura, grabado, acuarela, dibujo, fotografía, instalaciones y artes aplicadas. Sí que es cierto que, en las pocas instalaciones que hay, se nota la falta de medios pero, en muchas otras obras, el nivel y la originalidad son altos. Detrás de ese policía municipal, de esa maestra de escuela, de ese bombero o de esa administrativa que nos atiende puede haber un artista que, en cuanto llega a su casa, empieza a desarrollar sus dotes artísticas y ha decidido compartirlas con el público exponiendo sus mejores obras . De entre todas ellas, un jurado profesional otorgará diferentes premios para cada categoría y el público, decidirá otro. Os dejo algunas imágenes.
En esta obra, Alicia se ha trasladado al mundo de Hokusai
jueves, 1 de octubre de 2015
El encuentro con los notarios
Como todos los años, los notarios salen al encuentro de los ciudadanos para dar a conocer su profesión y resolver dudas de forma anónima y gratuita aunque, esta vez, con las protestas por la Ley Macron como telón de fondo. Esta mañana, ha comenzado la jornada con una gran cola de personas que deseaban relizar alguna consulta o asesoría en la sede del Colegio Notarial en el 1, Boulevard Sebastopol. Mañana viernes y el sábado continuarán las consultas y el resto de actividades como conferencias, debates y presentación de publicaciones. Si tenéis alguna duda jurídica de derecho civil o mercantil, no dudéis en acudir o en poneros en contacto con la Cámara de Notarios por email o teléfono.